En los últimos años Vietnam viene ocupando los primeros puestos en la lista de destinos preferidos a la hora de viajar. Y sí, uno de los grandes motivos que fundamentan esta decisión reside en su gastronomía.
Ho Chi Minh, ahora Saigón, al sur del país, es un hervidero de tendencias en constante evolución. Es el motor económico del país y la que marca en cierto modo el camino a seguir. La apertura de numerosos restaurantes que forman ya parte de la familia de The World's 50 Best Asia es una prueba fehaciente de la interesantísima oferta culinaria de la ciudad -así como el resto del país- que le acompaña.
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A los innumerables puestos de street food que salpican sus calles se unen sugerentes locales donde apuestan por el fine dining sin dar la espalda a sus raíces. Un maravilloso ejemplo es Anăn Saigón (89 Tôn Thất Đạm, Bến Nghé, Quận 1), en el Distrito 1 de la ciudad.
Así es el mejor restaurante de Vietnam
Cuando Peter Cuong Franklin dejó su país natal y emigró a Estados Unidos como refugiado, poco se imaginaría que acabaría dirigiendo el mejor restaurante de Vietnam. Así lo ha considerado The Worlds's Best Asia durante la celebración de la 12.ª edición de sus premios el pasado 26 de marzo en Seúl.
Tras pasar por la banca el chef se formó en Le Cordon Bleu y en restaurantes de fama mundial como Caprice en Hong Kong, Alinea en Chicago y Nahm en Bangkok y regresó a Vietnam abriendo en 2017 Anăn. Incluido en la lista de los 50 mejores restaurantes de Asia, se encuentra en Chợ Cũ, el mercado más antiguo de Ho Chi Minh. Su estrella Michelin -la única con la que cuenta la ciudad- premia una cocina con platos, dinámicos e inspirados en la comida callejera. Utiliza ingredientes frescos, a menudo procedentes de los mercados locales, como el de Cũ, que tiene a sus pies.
La "Cuisine Mói" o "Nueva Cocina Vietnamita" de la que el chef Peter se ha hecho embajador refleja su visión de un Vietnam moderno profundamente respetuoso con su historia y sus tradiciones, pero progresista e internacional. Algo que también se refleja en el edificio que alberga el restaurante, que no rompe con la estética de la arquitectura que caracteriza la ciudad, ese caótico entramado de estrechos bloques con varias plantas que forman un abanico de colores tapizando sus calles y callejones. Éste es ecléctico y no le faltan neones, ni ese calor de la luz que invita a entrar.
El local también alberga el bar de cócteles Nhau Nhau y el restaurante de fideos Pot Au Pho, lo que resulta muy apropiado si se tiene en cuenta que la madre biológica de Franklin, y su primera inspiración (antes de ser adoptado como refugiado de la guerra de Vietnam), regentaba una tienda de fideos tradicionales en Dalat, ciudad en el centro del país popular por el cultivo de café, y lugar de nacimiento del chef.
El menú degustación Anăn, de 13 platos, es una excelente manera de hacerse una idea de la maestría culinaria del chef a través de pequeños platos llenos de sabor, como los fideos de gambas a la mantequilla, las brochetas de cerdo a la parrilla que sirven de relleno a unos deliciosos Nem Nướng y el arroz con cangrejo. El plan continúa en el bar de la azotea para redondear la velada con un postre de malvavisco de chocolate y un cóctel, todo ello servido con unas vistas panorámicas inmejorables de la ciudad.