Jacobo y Pablo Moreno son la cuarta generación al mando de Mallorca, la pastelería con 93 años de historia que nació en el número 7 de la madrileña calle de Bravo Murillo. Allí nacieron también estos dos hermanos que hoy lideran una de las firmas hosteleras más conocidas de nuestro país, en una de las viviendas situadas sobre la emblemática tienda de Chamberí. 

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Las ensaimadas y los torteles (un tipo de bollo circular relleno de mazapán) comenzaron siendo sus productos estrella y gracias a los cuales se ganaron una merecida fama entre los vecinos del barrio. Ahora cuentan con más de 800 referencias en su carta y gestionan desde desayunos (su mayor demanda) hasta cenas. "Somos casi como un supermercado", apunta Jacobo. Un supermercado especial donde respetan la elaboración artesanal de sus alimentos. "Se podría estandarizar la producción, pero entonces nos convertiríamos en un Starbucks al uso", comenta Pablo. 

Sin embargo, dentro de esa extensa oferta reconocen que el pan no era uno de sus puntos fuertes. Tras advertir que los españoles comenzaron a interesarse más por los panes artesanales de masa madre, decidieron transformarse. Aun así, aseguran que en nuestro país no estamos acostumbrados a pagar mucho por el pan y su consumo es considerablemente bajo en comparación con otros lugares. 

Los nuevos cinco tipos de panes de Pastelería Mallorca.

Después de más de seis meses de pruebas, los hermanos Moreno han lanzado una nueva gama de panes formada por cinco tipos distintos: cuatro hogazas (de masa madre, integral, de espelta con semillas de chía y de centeno con semillas variadas) y una barra, que está elaborada con harina de trigo molida a piedra de la mejor calidad. En Cocinillas nos gustó especialmente la de espelta y la de centeno. 

Para garantizar su sabor, todos estos panes de la nueva colección están cocinados con fermentaciones largas, de más de 24 horas. Además, gracias a sus ingredientes de máxima calidad, pueden congelarse para alargar su consumo sin perder su textura ni sus propiedades digestivas. 

Asimismo, cada hogaza es lo suficientemente generosa como para que dos personas desayunen durante toda una semana. El precio de la de masa madre, la 100% integral y la 100% espelta y semillas de chía con masa madre son 6€, mientras que la de centeno y semillas con masa madre cuesta 5€ y la barra artesana tiene un precio de 3€.

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Todas se pueden pedir a domicilio a través de su página web oficial o consumir en rebanadas individuales en alguna de las 8 tiendas que Pastelería Mallorca tiene en Madrid, acompañadas de salmón ahumado Carpier o jamón ibérico de bellota cortado a cuchillo. "No podemos competir con el panadero que hace sólo 20 panes al día en su tienda, pero queremos estar ahí", afirman los hermanos Moreno, que desde este lunes han sacado a la venta su nueva y deliciosa apuesta con la que esperan conquistar a sus clientes.