Por mucho que nos guste venirnos arriba cuando nos enfundamos el delantal y nos ponemos ante los fogones, hay veces en las que no hay nada que siente mejor que un par de huevos fritos y un mendrugo de pan. Sólo de pensar en la yema se me está haciendo la boca agua

Lo cierto es que pocos alimentos son tan versátiles como el huevo y, sin embargo, siempre que pensamos en uno lo hacemos en los de gallina. Vale, son los más comunes y se encuentran en todas las tiendas de alimentación, pero hay vida más allá de la gallina. Puede que no sean tan accesibles o baratos, pero hay huevos comestibles que no son de gallina que están igual de deliciosos.

1. Huevos de pato

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Son ligeramente más grandes y tienen más sabor que los huevos de gallina aunque también tienen más cantidad de grasa. Además de ser ricos en proteínas contienen vitamina A (buena para la vista), E (con propiedades antioxidantes), B2, B5 y minerales como fósforo, hierro calcio y potasio.

2. Huevos de codorniz

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Quizás sean los huevos comestibles que no son de gallina que más se ven en el día a día (especialmente en pintxos y tapas). Los huevos de codorniz se caracterizan por ser mucho más pequeños y tener una cáscara moteada. Pese a su pequeño tamaño tienen más vitaminas y minerales que los de gallina. Contienen cinco veces más potasio y hierro, por ejemplo. Se pueden comer tanto cocidos como fritos.

3. Huevos de ganso

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Los huevos de ganso son aún más grandes que los de pato, llegando a superar en tres veces el tamaño de los de gallina. De ahí que, pese a tener la misma proporción, cuente con más vitaminas y nutrientes. Aún así tienen una gran cantidad de colesterol (1 227 mg por huevo, cuatro veces más que la cantidad que se recomienda al día) y grasa.

4. Huevos de pavo

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Los de pavo son los huevos comestibles que no son de gallina que más se parecen a estos. Son más grandes pero mantienen el mismo sabor y su cáscara tiene la misma gama de colores (de blanco a marrón con puntitos). Su principal pega es que tienen una gran cantidad de colesterol (737 mg por huevo, más del doble de lo recomendado al día) y de grasas saturadas.

5. Huevos de avestruz

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Los de avestruz son los huevos comestibles que no son de gallina más grandes que existen. Para que os hagáis a la idea, uno de estos huevos equivale a unos 20-25 huevos grandes de gallina. Son tan grandes que resultan poco prácticos. ¿Cuántas veces tenéis que usar tal cantidad de huevo en una receta? De ahí que básicamente se usen para llamar la atención. Vienen de perlas para hacer tortillas o huevos revueltos aunque con algo de maña incluso se podrán freír como un huevo de gallina.

Aunque no los he mencionado en la lista, también son comestibles los huevos de otras aves como la paloma, el faisán o el emú. También se suelen comer las huevas de peces como el esturión y sus famoso caviar. Aunque no son tan conocidas también son comestibles los huevos del salmón, el bacalao o la merluza.

¿A qué esperas para probarlos?

Foto de cabecera por Kate Remmer / Unsplash.

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