Imagen | David McNew / Getty Images

La industria alimentaria, como cualquier otro negocio busca obtener beneficios y, en ocasiones, el intentar maximizarlos hace que se pierdan los escrúpulos y que se lleven a cabo fraudes que incluso pueden poner en juego la salud de los consumidores.

Según cuenta Christophe Brusset -ingeniero francés que ha trabajado durante más de 20 años como director de compras en grandes empresas agroalimentarias- en su libro “¡Cómo puedes comer eso!” recientemente publicado por Planeta, durante el ejercicio de su profesión fue cómplice y testigo de acciones realmente desagradables que a más de uno le van a poner los pelos de punta.

Los grandes fraudes de la industria alimentaria

Algunos no nos resultan nuevos, pues ya han sido denunciados en los medios con anterioridad con mayor o menor repercusión, otros es posible que te hagan replantearte la compra de algunos productos.

La carne de caballo

No es la primera vez que se utiliza carne de caballo haciéndola pasar por otra, pues hace unos años fue bastante sonado el escándalo de los productos supuestamente de vacuno que también contenían carne de este animal. El propio Brusset explica a Lavanguardia.com que concretamente los ravioli de la marca Leader Price -marca low cost que se vende en algunas cadenas de supermercados locales como la gallega Gadis-, contenían carne de caballo en vez de la de cerdo que anunciaban.

No es que comer carne de caballo sea peligroso para la salud, todo lo contrario, pero lo que no es ético ni legal es el engaño.

Especias molidas con heces

especias

En el libro se relatan casos de especias turcas con excrementos de pájaros o pimientas y guindillas indias con excrementos de ratón. Para no perder dinero, se molía todo y se mezclaba con partidas sanas.

Eso no es todo en el mundo de las especias molidas, el azafrán molido se puede adulterar con polvo de ladrillo.

Si siempre os suelo insistir en que la pimienta está más rica recién molida por uno mismo, creo que a partir de ahora voy a insistir aún más.

El fraude del azafrán

azafran

Este ya nos lo sabíamos, en España se exporta más azafrán del que se produce. Esto es, España compra azafrán a Irán, que es el primer productor mundial, luego Estados Unidos le compra el azafrán a España y lo vende como español, así no tiene que comerciar con Irán que para eso le han puesto un embargo.

Como este hay más casos, granos de mostaza india comprados en el país asiático que se usan para fabricar mostaza de Dijon en Holanda o Alemania.

O hierbas provenzales que en realidad proceden de Albania o del Norte de África.

El pimentón

Pimentón de La Vera

En este caso, la trampa está en vender pimentón obtenido a partir de residuos de extracción como si fuera de primera calidad, para que os hagáis una idea, sería algo así como vender aceite de orujo como si fuera virgen extra.

Ir reduciendo la cantidad pero sin bajar el precio

En este caso, afortunadamente, no afecta a la composición o a la calidad del producto. Es algo que yo he visto algunas veces en las tabletas de chocolate, que de repente un buen día la tableta que antes pesaba 150 g ahora pesa 125 g y sigue teniendo el mismo precio. Como el tamaño del packaging es el mismo casi nadie se da cuenta.

Dice Brusset que eso pasa con galletas, yogures y otros muchos productos.

Rebozados congelados

nuggets

Todo lo que tiene mal color o mal aspecto, acaba rebozado en la sección de congelados del supermercado. Aparte de que tienen más grasas, harinas, sal y no son nada saludables.

Según la OMS, solo en Europa mueren 5000 personas al año víctimas de intoxicaciones alimentarias y hasta 23 millones sufren en algún momento una intoxicación alimentaria.

No sé qué pensáis vosotros, pero yo cada vez estoy más convencida de eso de no comer nada que mi abuela no reconociese como comida.