La liraglutida, que se vende bajo las marca Saxenda, es un agonista del receptor del péptido similar al glucagón 1(GLP-1 RA).

La liraglutida, que se vende bajo las marca Saxenda, es un agonista del receptor del péptido similar al glucagón 1(GLP-1 RA).

Salud

El efecto inesperado de las 'inyecciones milagro': reducen un 41% el riesgo de cánceres vinculados a la obesidad

Los expertos creen que aún es pronto como para hablar de una evidencia "robusta", pero sí que consideran que se podría abrir una nueva vía de investigación.

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Pocas dudas quedan de que las inyecciones para bajar de peso se han convertido en una auténtica revolución. Así lo demuestran tanto los reconocimientos científicos que han recibido como los beneficios económicos que han reportado las compañías que las fabrican.

Estos tratamientos inyectables —que pertenecen a la familia de medicamentos GLP-1— han tenido efectos positivos que van más allá de la pérdida de peso. Se ha relacionado, por ejemplo, con una reducción de la presión arterial y con un menor riesgo de sufrir infarto.

Ahora, un nuevo estudio también sugiere que estas inyecciones reducirían el riesgo de cánceres relacionados con la obesidad. El hallazgo podría suponer un importante cambio en la medicina preventiva, ya que la obesidad se ha relacionado con al menos 13 tipos de cáncer.

El endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), Cristóbal Morales, celebra esta publicación que "da un paso más en evidencia científica" en lo que respecta a la seguridad de estos fármacos. Y aunque así parezca indicarlo el estudio, no cree que ofrezca la "robustez suficiente" como para afirmar a día de hoy que juegan un papel protector frente al cáncer.

Los propios autores también consideran que aún se necesita más evidencia. No sólo porque se trate de un estudio observacional, sino porque es la primera investigación en la que se compara a largo plazo la eficacia para prevenir el cáncer de los agonistas del GLP-1 (principalmente, los pacientes recibieron liraglutida) con la de la cirugía bariátrica.

Estas técnicas quirúrgicas que se utilizan para conseguir una pérdida de peso ya se habían asociado en anteriores estudios con una reducción del riesgo de cáncer de entre un 30% y un 42%. Pero, como señala Morales, la cirugía bariátrica, pese a ser muy segura, "es un fracaso del sistema sanitario porque el objetivo sería evitar que un paciente tenga que ir al quirófano".

En el caso de los agonistas del GLP-1, el citado estudio estimó la reducción del riesgo de cáncer relacionado con la obesidad en un 41%. Otra investigación, publicada en la revista JAMA el pasado año, también demostró que los agonistas de GLP-1 reducen el riesgo de desarrollar 10 de los 13 tipos de cáncer que se relacionan con la obesidad. El cáncer de páncreas era uno de los que presentaba un mejor resultado, con una reducción del 59%, junto con el de hígado y el de ovario. Un reciente estudio también sugirió que los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón 1 o medicamentos GLP-1 RA podían reducir el riesgo de cáncer de mama y carcinoma basocelular, pero aumentar el de colorrectal.

Disminución de la inflamación

La obesidad se ha relacionado con el riesgo de cáncer por la inflamación crónica, los trastornos hormonales o la desregulación de las adipocinas. Ahora bien, las razones por las que se reduce este riesgo con los tratamientos para perder peso no están tan claras. Es evidente que la pérdida de peso es un componente clave, pero no parece ser el único.

En la cirugía bariátrica, algunos estudios han sugerido que esta relación se debe a que puede reducir el exceso de inflamación, la hiperinsulinemia y modulan tanto las hormonas sexuales como los niveles de adipocinas. Todos estos factores se asocian a un mayor riesgo en distintos tipos de cáncer.

Como explica Morales, la reducción del riesgo con los agonistas del GLP1 no se produce sólo por la pérdida de peso, sino que también estaría relacionado con la disminución de la inflamación. La aparición de enfermedades cardiovasculares, así como de cáncer, se relaciona a día de hoy con la inflamación crónica de bajo grado.

Otra de las posibles causas se encontraría en la inmunomodulación. Por el papel protector que juega, junto con la disminución de la inflamación, los oncólogos le prestan cada vez más atención al estilo de vida de sus pacientes. "El control metabólico en pacientes oncológicos es muy importante para evitar la recaída".

La coordinadora del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) de Obesidad, Metabolismo y Cáncer, Laura García Estévez, coincide con Morales en que una de las principales razones de esta reducción del riesgo se debe a la disminución de la inflamación, puesto que, como ya han demostrado otros estudios, el número de adipocitos se suele mantener a partir de los 20 años, por lo que la pérdida de peso no se traduce en un menor número de estas células que forman el tejido adiposo.

Limitaciones en el estudio

García Estévez valora el hallazgo, que define como "muy prometedor", porque abre una nueva vía de investigación, aunque cuenta con un gran problema: "Es un estudio retrospectivo con una muestra de pacientes muy pequeña". Entiende que "lo ideal" sería poder llevar a cabo uno prospectivo con el que poder comprobar, por ejemplo, si combinando estos fármacos con la quimioterapia u otro tratamiento las pacientes con cáncer de mama podrían reducir el riesgo de recaída.

También plantearía problemas éticos, como añade Morales, ya que con una parte de los participantes tendrían que utilizar placebo. Cree, no obstante, que "la evidencia se puede ir construyendo a través de estudios observacionales", como el que se acaba de publicar en eClinicalMedicine, una revista de acceso abierto publicada por The Lancet.

En el propio estudio se reconoce que aunque "los resultados preliminares son prometedores", sigue sin estar claro si se traducirán en resultados clínicos a largo plazo en diferentes subgrupos de pacientes. Para ello, "son necesarias más investigaciones".