El Consejo General de Colegios Farmacéuticos es la institución que representa a los farmacéuticos en España, con el objetivo de velar por el buen ejercicio y el avance asistencial de esta profesión esencial y de garantizar la calidad de los servicios sanitarios en beneficio de los ciudadanos.

Este órgano también desempeña un importante papel en el seguimiento de la legislación farmacéutica en nuestro país y resulta de gran importancia su colaboración con las autoridades sanitarias en la promoción de políticas de salud pública. El presidente del Consejo, Jesús Aguilar, conversa con EL ESPAÑOL acerca de los desafíos a los que se enfrenta el sector tras la emergencia sanitaria de la pandemia de Covid-19 y las propuestas que desde el CGCOF se han planteado para mejorar el Sistema Nacional de Salud.

¿De qué manera contribuye el sector farmacéutico a la mejora de la salud pública?

La profesión farmacéutica y las farmacias tienen una amplia experiencia de respuesta a los desafíos en salud pública. En la actualidad participan en numerosos programas tanto de prevención de la enfermedad, de deshabituación tabáquica, de dispensación de metadona e intercambio de jeringuillas, etc. Un ejemplo con evidencia comprobada es el programa de cribado de cáncer de colon, en el que se ha permitido incrementar considerablemente la participación del público diana.

Otra actividad en este ámbito son las Redes Autonómicas de Farmacias Centinelas (Asturias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Madrid y Navarra) que llevan a cabo diferentes funciones de refuerzo de salud pública. Y por último, la actuación durante la pandemia con una capacidad demostrada en la supervisión, realización de test y notificación de positivos de Covid-19 en farmacias de 12 comunidades que solo en enero de 2022 permitió detectar 110.000 positivos. Todos estos datos no hacen más que demostrar la necesidad de incorporar a los farmacéuticos y sus organizaciones colegiales en cualquier iniciativa que se tramite en el ámbito de la salud pública.

Durante la pandemia, la transformación digital fue un aspecto esencial en el sector sanitario, ¿cómo se digitalizó la farmacia?

La Farmacia fue pionera en el ámbito de la digitalización con el ejemplo de la receta electrónica pública, operativa e interoperable en toda España desde hace años y un referente en el ámbito internacional. Pero para nosotros la digitalización es un trabajo continuo por la eficiencia y la excelencia, por mejorar la forma de trabajo y responder a las expectativas de la población, lo que nos permitió estar ya preparados cuando irrumpió la pandemia. Es el caso de nuestro Centro de Información sobre el Suministro de Medicamentos (CISMED) que nos ofreció datos que permitieron realizar un seguimiento continuo junto a la Agencia del Medicamento, la industria y la distribución farmacéutica y adelantarnos a posibles desabastecimientos.

En este sentido, hemos dado un paso más creando Farmahelp, una plataforma tecnológica que permite al farmacéutico comunitario contactar con las farmacias de su entorno cuando un paciente necesita un medicamento y por urgencia o incidencias de suministro no dispone del mismo. En la actualidad cerca de 9.000 farmacias están conectadas a esta herramienta, que es gratuita y respeta la privacidad de la farmacia y los pacientes, y está localizando más de 5.000 medicamentos cada mes.

¿Ha habido una mayor colaboración entre las farmacias y otros actores del sistema de salud durante la pandemia?

No lo deseable para haber garantizado a los pacientes esa continuidad asistencial que nos demandan, pero sí se han dado pasos adelante en la coordinación entre farmacéuticos de distintos niveles asistenciales, buen ejemplo de ello es la dispensación colaborativa de medicamentos de diagnóstico y dispensación hospitalaria en farmacias comunitarias. Se trata de un servicio mediante el cual el paciente puede retirar su medicamento de hospital en la farmacia más cercana. El medicamento parte de los servicios de farmacia hospitalaria, pasa por la distribución farmacéutica y se recoge en la farmacia comunitaria.

Este sistema garantiza al paciente que su medicamento, a lo largo de todo el proceso, ha estado bajo la custodia de un farmacéutico. En la actualidad más de 32.000 ciudadanos de Andalucía, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra se están beneficiando de este servicio y los estudios muestran una alta satisfacción por parte de los pacientes.

¿Cree que la pandemia ha influido en la relación entre farmacéuticos o pacientes?

Sin duda, se ha consolidado. Nosotros mismos lo percibimos en lo peor de la pandemia, pero quisimos conocer la valoración de la sociedad en dos momentos clave. Así, dos meses después de la declaración del Estado de alarma, impulsamos junto a GAD3 el estudio “Papel de la Farmacia en la crisis del COVID-19”, que desveló que sólo en el primer mes de confinamiento más de 30 millones de españoles fueron asistidos en las farmacias y que la confianza de la población fue unánime (98%). En una segunda fase, año y medio después, volvimos a testar la opinión de los pacientes y los resultados volvieron a ser muy positivos confirmando que un 80% de los ciudadanos reclama más servicios asistenciales desde las farmacias o que 9 de cada 10 cree que se debe integrar más en la Atención Primaria.

¿Cuál es la importancia de la farmacia en el acceso a la atención sanitaria, especialmente en áreas rurales o desatendidas?

El valor asistencial de la farmacia rural es indudable, porque estas farmacias y farmacéuticos llegan donde otros no llegan y están asistiendo a millones de españoles que no disponen de otro servicio sanitario más cercano y accesible. Pero este valor va mucho más allá, es un activo social y de empleo. Así lo ha confirmado el estudio de Analistas Financieros Internacionales (AFI) “Aportación de valor del modelo de Farmacia a la cohesión social y el reto demográfico”, que concluyó que estas farmacias contribuyen a fijar población y mejoran los niveles de empleo en estos núcleos. Un paso muy importante en este sentido ha sido la firma del protocolo para la creación del ‘Programa de Farmacia Comunitaria Rural’, suscrito por tres Ministerios – Sanidad, Transición Ecológica y Reto demográfico y Servicios Sociales - y la Organización Farmacéutica Colegial. Un acuerdo que ahora hay que desarrollar con la puesta en marcha del pilotaje.

En definitiva, no podemos abandonar a los millones de españoles que viven en el medio rural y privarles de servicios sanitarios básicos. En este sentido la farmacia rural es una infraestructura sanitaria esencial.

¿Cuáles son las propuestas de la profesión farmacéutica para ayudar a reforzar el Sistema Nacional de Salud?

Todas nuestras propuestas tienen como único objetivo el beneficio de los pacientes y del sistema sanitario y así se lo estamos transmitiendo a los partidos políticos que comparecen a las próximas elecciones generales. Propuestas avaladas por la eficacia y eficiencia y que permitirán avanzar en la mejora de la calidad, la eficiencia y la equidad del Sistema Sanitario y que responden a tres objetivos básicos.

En primer lugar, se trata de iniciativas para garantizar a todos los ciudadanos la seguridad y el acceso a los medicamentos y productos sanitarios. Además, un segundo bloque de propuestas están dirigidas a reforzar la capacidad de la Atención Primaria, mejorando la continuidad asistencial al paciente, así como la eficiencia y calidad de los procesos en el Sistema Nacional de Salud. Por último, hay que alcanzar políticas de cohesión social para el Reto Demográfico y la Salud Pública del Gobierno de España y de las Comunidades Autónomas.

¿Cree que se utiliza todo el potencial de las farmacias y los farmacéuticos? ¿Qué mejoras se podrían implantar?

No, estamos desaprovechados. A lo largo de toda la pandemia nos hemos venido ofreciendo para reforzar las capacidades del Sistema Nacional de Salud convencidos de que podíamos hacer mucho más. En algunas Comunidades Autónomas se ha contado con la profesión para hacer tests u ofrecer la dispensación colaborativa entre farmacéuticos comunitarios y hospitalarios de medicamentos de hospital en farmacias. Pero la situación ha sido muy dispar y se ha generado un mapa asimétrico de servicios farmacéuticos, unos ciudadanos se han beneficiado más que otros.

En este sentido, tuve la oportunidad de comparecer ante la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social del Congreso de los Diputados dónde solicité que se reafirmase a la Farmacia Comunitaria como la Farmacia de AP para dar mayor capacidad asistencial al sistema sanitario. Además, insistí en la necesidad de que se la integrase en las políticas de salud pública, en la transformación digital de la sanidad y garantizar la viabilidad de las farmacias, por su labor sanitaria, social y de cohesión territorial. En resumen, hemos avanzado por necesidad. Pero de lo que se trata es de consolidar lo conseguido y seguir hacia adelante.

¿Qué desafíos enfrenta la profesión farmacéutica en la actualidad?

Es patente que la sociedad y el sistema sanitario necesitan cada día más a la profesión farmacéutica. En un horizonte definido por los desafíos asociados al envejecimiento, la cronicidad, la dependencia y la polimedicación; la farmacia ha evidenciado que su actuación mejora la salud de los ciudadanos y aporta eficiencia a los recursos públicos.

Algunos datos objetivos. La intervención del farmacéutico mediante el servicio de seguimiento farmacoterapéutico permite reducir los problemas de salud no controlados (54,1%), las visitas a urgencias (53,1%) y los ingresos hospitalarios (59,8%); lo que redunda en un ahorro para el Sistema Nacional de Salud de 2.272 millones de euros.

¿Cuáles son los próximos objetivos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos?

Desde el comité directivo del Consejo General de Farmacéuticos definimos la estrategia Somos Farmacéuticos que recogía los objetivos para el futuro más cercano. Una estrategia que presentamos antes de la pandemia, y que nos permitió afrontar la Covid con más garantías. Podríamos decir que fue una estrategia visionaria, ya que en ella vertebramos los tres ejes sobre los que hemos estado actuando en esta emergencia sanitaria: asistencial, social y digital.

Cada uno de estos tres pilares aterrizan en acciones concretas, y en documentos de desarrollo: con objetivos, líneas de actuación, programas y proyectos de trabajo. Iniciativas todas ellas que están siendo presentadas y responden a necesidades reales de los pacientes.

¿Cómo ve el futuro de la profesión?

Lo mejor está por llegar. La profesión farmacéutica se está preparando para un futuro de avance asistencial, social y digital para el que hemos fijado las bases. Una profesión de más de 78.000 profesionales y 22.000 farmacias dispuestas a poner sus conocimientos y capacidades al servicio del interés general. Las próximas elecciones generales son una oportunidad para aprovechar toda la aportación de la farmacia. No podemos retroceder en todo lo conseguido y lo aprendido debe servir de punto de partida para seguir avanzando y construir un nuevo Sistema Nacional de Salud.