Golf al atardecer.

Golf al atardecer. Gtres.

Salud Ejercicio físico

El popular pasatiempo que cuida el corazón y reduce el azúcar en sangre tanto como el ejercicio

Además de mejorar el perfil cardiovascular, reduce los niveles de glucosa y grasa en sangre por su mayor gasto total energético asociado.

9 febrero, 2023 02:36

Realizar ejercicio aeróbico y anaeróbico es una recomendación vigente para cualquier edad y condición física, siempre teniendo en cuenta las limitaciones y necesidades de cada uno. Generalmente se aconsejan ejercicios como caminatas, y a mayor nivel de intensidad la 'marcha nórdica', para mantener y mejorar la salud cardiometabólica a edades más avanzadas. Sin embargo, habría otros ejercicios menos intensos que podrían funcionar incluso mejor. Es el caso del golf.

Esa es la conclusión a la que ha llegado un reciente estudio publicado en el BMJ Open Sport & Exercise Medicine. Se sabe que el ejercicio aeróbico ayuda a prevenir enfermedades cardiometabólicas al reducir el riesgo de hipertensión arterial, diabetes y colesterol elevado en sangre, pero la mayoría de los estudios se han centrado en personas más jóvenes y en ejercicios de intensidad moderada-elevada. En este caso, el estudio se realizó en personas de mayor edad.

El golf es un ejemplo idóneo de práctica física para la madurez por su bajo impacto, al que se suman caminata a ritmo moderado y la marcha nórdica. Esta última se define como una técnica de marcha mejorada en la que se usan bastones para trabajar tanto la parte superior como inferior del cuerpo. Los tres casos serían ejemplos de ejercicio aeróbico al aire libre seguros y de fácil acceso para personas mayores.

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Sabiendo esto, un equipo de investigadores de Finlandia ha querido comparar los efectos agudos de los tres ejercicios en diversos parámetros de salud cardiometabólica. Para ello, se realizó un ensayo clínico con 25 golfistas mayores de 65 años, sanos, y se compararon los efectos de tres ejercicios aeróbicos agudos.

Estos consistían en una ronda de golf de 18 hoyos; seis kilómetros de marcha nórdica; y otros seis kilómetros de caminata. Para ello se tomaron muestras de sangre, glucemia digital y presión arterial, y se sumaron los datos obtenidos por los dispositivos para medir la distancia, duración, ritmo, gasto energético y pasos de los participantes.

También se usó un sensor de electrocardiograma mediante una correa para el pecho con el objetivo de monitorizar su frecuencia cardíaca durante las diferentes pruebas. Según los resultados, los tres ejercicios mejoraban el perfil cardiovascular de los adultos mayores a pesar de sus diferencias en duración e intensidad. Además, la reducción de la presión arterial sistólica o "alta" al caminar y al realizar la marcha nórdica también dieron lugar a una reducción de la presión arterial diastólica o "baja".

Sin embargo, y a pesar de su menor intensidad, el golf fue el ejercicio que mejoró en mayor medida otros parámetros como los niveles de glucosa y grasa en sangre. Probablemente, plantean los investigadores, las personas que lo practicaron se beneficiaron de su mayor duración y mayor gasto total energético asociado.

Limitaciones del estudio

A pesar de estos llamativos resultados, los investigadores son conscientes de varias limitaciones asociadas a su estudio. Se trata de una investigación con una muestra de pequeño tamaño, donde se usaron dispositivos de fitness cuya precisión podría ser discutible. Además, se realizó en un entorno real, por lo que algunos factores no pudieron controlarse igual de bien que en un entorno de laboratorio. Algo que, por otro lado, puede ser una ventaja.

Así mismo, cabe destacar que todos los participantes eran golfistas, para garantizar que los participantes lo practicasen correctamente sin llegar a entorpecer el estudio. Por su parte, cabe destacar que la marcha nórdica sí habría sido un ejercicio nuevo para la mayoría de los participantes, algo que a su vez podría haber dado lugar a una mala técnica y una menor efectividad de la misma sobre los parámetros estudiados.

Aún así, las conclusiones de los investigadores son claras: a pesar de la menor intensidad del ejercicio del golf, su mayor duración y mayor gasto energético total tendrían un efecto positivo sobre el perfil de grasas y glucosa en sangre en comparación a otros ejercicios de mayor intensidad pero menor duración. Estos factores, concluyen, deberían tenerse en cuenta para las recomendaciones a personas sanas de mayor edad.