El certificado de defunción de la reina Isabel II que firmó el doctor Douglas James Allan Glass.

El certificado de defunción de la reina Isabel II que firmó el doctor Douglas James Allan Glass. Arte EE / EP, National Records of Scotland (NRS)

Salud

Isabel II murió de “vieja” oficialmente: el rigor científico se rinde al mito de la reina de Inglaterra

La publicación de la llamativa causa de la muerte de la Reina contribuye al 'endiosamiento' de su figura y descarta investigar el verdadero motivo.

30 septiembre, 2022 02:57

La reina Isabel II murió el pasado 8 de septiembre, a las 15.10 horas de la tarde, debido a su avanzada edad. Esta es la sorprendente causa que consta en el certificado de defunción firmado por el doctor Douglas James Allan Glass, que este jueves se ha hecho público. En él se afirma, en contra de la evidencia científica recogida durante años, que la monarca murió de "vejez". No de una parada cardiorrespiratoria, o de una neumonía, o de un cáncer, o de una enfermedad neurodegenerativa, sino de "vejez". 

El documento, que constata que el óbito se produjo en el castillo de Balmoral, también apunta que la Reina falleció poco más de tres horas antes de que el Palacio de Buckingham lo anunciase de forma oficial. Así, el escrito señala que la informante oficial fue la princesa Ana, que estuvo junto a la cama de su madre hasta que murió. Además, se corrobora que sólo el rey Carlos III y ella pudieron verla en sus últimos instantes de vida y despedirse.

Curiosamente, la causa de la muerte de la Reina a los 96 años es la misma que consta en el certificado de defunción de Felipe de Edimburgo, fallecido a los 99 años de edad en abril de 2021. Pero, ¿se puede morir de vejez? La respuesta corta es no. Nadie muere realmente por viejo ya que siempre existen otras enfermedades preexistentes que son las que provocan la muerte en cuestión. 

"Las personas nos hacemos viejas, pero siempre morimos por algo, por algún fallo orgánico", explica a EL ESPAÑOL la geriatra Miriam Valdés. "Siempre hay una enfermedad desencadenante", añade. José Enrique Recio, médico de Urgencias durante más de 35 años en el Hospital Ernest Lluch Mart (Zaragoza), comparte la misma opinión.

"Si no existe un diagnóstico previo, suele expresarse así, es una forma 'dulce' de explicar una muerte cuando no tienes un diagnóstico", confirma el especialista. "Pero seguro que, si buscan, encontrarían algo", añade. "Los sistemas, evidentemente, envejecen, su funcionamiento decae y pueden llevarnos a la muerte. También es cierto que son edades en las que no se hacen autopsias para saber cuál ha sido el diagnóstico de la muerte".  

[Por qué la reina Isabel II tenía la mano amoratada en su última imagen pública]

El diario británico The Guardian apunta que la vejez es un término "aceptable" si el médico que certifica la muerte ha atendido durante mucho tiempo a un paciente, no estaba al tanto de ninguna enfermedad o lesión que contribuyese a la muerte y había observado una disminución gradual de su salud. En el caso de la reina Isabel II, la publicación del certificado de defunción en tiempo y forma desliza que realmente no se ha querido investigar (o hacer público) la causa real del fallecimiento. 

Un hematoma en la mano

Lo cierto es que, en los últimos meses, el estado de salud de la Reina ha sido fruto de numerosas especulaciones: desde que sufría una enfermedad en los huesos que le provocaba severos problemas de movilidad hasta supuestos problemas circulatorios. De hecho, en la que sería su última foto, realizada el pasado 6 de septiembre en el besamanos con Liz Truss en el castillo de Balomoral, se veía un importante cardenal en el reverso de su mano derecha.

Última imagen pública de la reina Isabel II durante el besamanos con Liz Truss, el pasado 6 de septiembre.

Última imagen pública de la reina Isabel II durante el besamanos con Liz Truss, el pasado 6 de septiembre. Reuters

"Lo más probable es que ese moratón haya aparecido tras cogerle una vía periférica. Es algo muy común en la gente mayor", explicaron fuentes médicas a este mismo diario hace sólo unas semanas. Las vías intravenosas periféricas se utilizan para administrar líquidos o medicamentos a los pacientes. Para ello se utiliza un catéter plástico corto y pequeño que alcanza una vena —ya sea de la mano, el codo o el pie— tras atravesar la piel. 

"La gente mayor tiene mucha fragilidad capilar, los vasos sanguíneos son muy frágiles y se rompen con facilidad. Si le han puesto una vía, es probable que le hayan hecho algo de daño y se haya formado ahí un moratón", confirmaban los especialistas consultados por este periódico. Este problema no es exclusivo de las personas mayores, sino que también ocurre en pacientes más jóvenes, si bien es cierto que la frecuencia es mucho menor. 

Sin embargo, otra de las posibilidades que se barajaban es que la monarca pudiese estar tomando algún tipo de medicación anticoagulante para la circulación tipo Sintrom. El uso de este tipo de fármacos podría haber provocado la aparición del hematoma. Sea como fuere, lo único cierto es que nunca sabremos oficialmente qué provocó la muerte de la Reina más allá de su "vejez". 

Isabel II, de 96 años, era la soberana más longeva de la historia de Reino Unido. Pese a haber gozado de una salud envidiable durante toda su vida, la monarca también tuvo algunos —anecdóticos— achaques. En febrero de este mismo año, sin ir mucho más lejos, pasó la Covid con síntomas leves. En 2003, tuvo que someterse a una intervención quirúrgica tras desgarrarse el cartílago de la rodilla derecha, y mucho antes, en 1994, ingresó en el hospital tras caerse de un caballo y romperse la muñeca. Durante el periodo final de su vida, la Reina experimentó problemas esporádicos de movilidad y utilizó un bastón con el que se le vio en sus últimas comparecencias públicas.