A la izquierda, Pedro Cavadas; a la derecha, Fernando Simón.

A la izquierda, Pedro Cavadas; a la derecha, Fernando Simón.

Salud Vacunas

El 'patinazo' del doctor Cavadas, el 'profeta de la Covid', que refuerza a los antivacunas

Las dudas que sembró sobre la seguridad de las vacunas cristalizan ahora en un movimiento de rechazo frente a su llegada inminente.

10 diciembre, 2020 12:30

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Pedro Cavadas ya era el 'doctor milagro' antes de la llegada del nuevo coronavirus SARS-Cov-2 por sus proezas en el campo de la cirugía reconstructiva; con la llegada de la pandemia, sin embargo, ha elevado su estátus a 'profeta de la Covid' tras predecir en enero que la gravedad de la pandemia sería mayor de lo que las autoridades sanitarias querían reconocer.

La figura de Cavadas se ha convertido en emblema de la contestación a la gestión sanitaria del Gobierno, y el cirujano ha seguido formulando 'predicciónes' que posteriormente se han confirmado, como la referente al uso de la mascarilla a lo largo del año que viene.  Sin embargo, el tono casual con el que formula sus advertencias le ha llevado a chocar con otros profesionales sanitarios, que le han acusado de lanzar mensajes que inducen a confusión de cara a la prevención de la pandemia.

El caso más notable fue la entrevista en El Hormiguero en la que sembró dudas sobre las vacunas contra la Covid-19 que ya se están inoculando en Reino Unido y llegarán en cuestión de semanas al resto de Europa, incluida España. Ponía en duda que fuera "metafísicamente" posible tener una vacuna aprobada en cuestión de meses en lugar de año, y auguraba que alguien se iba a comer "15 o 20 encefalitis" que podían ser "graves".

El augurio era extraño, y no solo por plantear una duda "metafísica", es decir, del orden de lo abstracto, sino porque inmediatamente admitía que los efectos secundarios se asocian a cualquier otra vacuna, por no decir fármaco. Además, el término "encefalitis" puede implicar, sencillamente, un dolor de cabeza. Estas expresiones provocaron el rechazo de varios médicos: "Lo que está haciendo Cavadas es especular delante de millones de personas sin saber los datos experimentales, y lo hace en una situación donde ya hay mucha gente que desconfía de la vacuna".

El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, explicaba además que el proceso de producción de las vacunas contra la Covid-19 había seguido "exactamente" las mismas fases que cualquier otra, sólo que las etapas "se han acelerado y superpuesto porque hay una necesidad de salud pública".

En opinión de Amós García Rojas, que también es el jefe de Sección del Servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud, Pedro Cavadas es un cirujano plástico magnífico, uno de los grandes genios de esta especialidad en España, pero "posiblemente en el proceso de producción de una vacuna no esté tan curtido".

De Cavadas al bulo antivacunas

Ahora, las palabras del cirujano han cristalizado entre el movimiento antivacunas español, que han logrado convertir en tendencia en Twitter el hashtag #YoNoMeVacuno. El acicate que necesitaban es el anuncio de que Reino Unido desaconsejaba la vacuna de Pfizer a las personas alérgicas a los medicamentos como demostración de una nueva predicción cumplida de Cavadas.

La realidad, según la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps),María Jesús Lamas, es que la aparición de posibles reacciones alérgicas es intrínseca a la puesta en circulación de cualquier fármaco y no denota que las vacunas para la Covid se hayan aprobado sin garantías. Por ese mismo motivo se han desplegado "actividades de vigilancia y seguridad a partir de ese momento son muy importantes para dar continuidad al uso seguro de la vacuna".

Aunque en España el movimiento anitivacunas es minoritario, como demuestra el éxito de la campaña de vacunación contra la gripe de este año, dudas como las difundidas por Cavadas han cundido entre la población. Según el CIS, los contrarios a vacunarse de inmediato son mayoría, con un 47%. La segunda oleada ha cifrado en más de un 55% a los españoles que prefieren no vacunarse hasta conocer los efectos secundarios.