Bianca Bor, nutricionista, habla alto y claro: "Los suplementos de omega 3 en España pueden hackear tus hormonas"

Nuestro organismo es una máquina casi perfecta que en muchas ocasiones no sabemos cómo funciona en profundidad. Y es básico y fundamental conocer algunos principios primarios para poder llevar una alimentación rica y equilibrada y así evitar ciertos problemas de salud y contratiempos inesperados.

Una de las cuestiones más importantes en este aspecto es saber qué productos debemos comer y qué productos tenemos que evitar en nuestra dieta. Sin embargo, hay veces que solo apostando por algunos alimentos no cubrimos las necesidades básicas y mínimas que tiene nuestro organismo. 

Uno de los casos más frecuentes es lo que sucede con el omega 3, una sustancia presente en productos como el salmón, pero que no es fácil de encontrar ni tampoco de incorporar a nuestro organismo sin alguna penalización. Se trata de un ácido graso que desempeña una función vital en el cuidado de nuestra salud cardiovascular y cerebral. 

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Una de las claves más importantes de toda alimentación es que esta ayude a mantener el corazón sano y protegido de posibles accidentes cardiovasculares. Por si fuera poco, el omega 3 tiene propiedades antiinflamatorias y mejora también la salud de nuestros ojos. Sin embargo, como decíamos, se trata de un componente que es difícil de encontrar sin aportar una pequeña cuota de insalubridad a nuestro organismo.

El propio cuerpo no produce omega 3 por sí sólo y por eso debemos ayudarle a obtenerlo. La vía más sencilla y rápida de recibir omega 3 es a través del pescado, sobre todo de productos como el salmón o las sardinas. Sin embargo, comer algunos tipos de pescado conlleva el riesgo de aumentar nuestros niveles de metales. Por ello, muchas personas recurren a los tradicionales suplementos. Aunque también en ellos hay un inconveniente como explica la experta en nutrición Bianca Bor.

¿Es bueno tomar suplementos de omega 3?

Aquellas personas que no incorporan a su dieta productos que nos aporten omega 3 suelen tomar suplementos para intentar compensar esta falta. El salmón, la caballa, el atún blanco, la trucha o las sardinas son los alimentos que mayor aportación de este ácido graso dan a nuestro organismo.

Sin embargo, la batalla por mantener altos niveles de omega 3 puede ser más complicada de lo que pensamos. Esta grasa se obtiene generalmente del pescado, pero en especial de los pescados azules, sobre todo de los más grandes. Pero el problema es que estas especies "pueden acumular muchos metales pesados" tal y como explica la nutricionista Bianca Bor. "Se van comiendo unos a otros".

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Por esta cuestión, muchas personas recurren directamente a suplementación de omega 3, aunque aquí también hay que tener cuidado. En primer lugar, esta experta recomienda apostar por productos que contengan el certificado IFOS. Así garantizan que cumplen con los estándares de calidad.

Este sello "garantiza que esas capsulitas han pasado un filtro en el que se ha visto que cumplen con unos mínimos de metales pesados, tóxicos, etcétera". Para ir más sobre seguro, Bianca Bor recomienda no comprar nuestros suplementos en el supermercado, ya que la mayoría no cuenta con esta certificación. "Igual tomáis omega 3 pensando que estáis haciendo algo bueno y estáis metiendo un montón de metales pesados".

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Realmente hay que tener mucho cuidado ya que una acumulación descontrolada de estos metales tan tóxicos puede ser un peligro para la salud, sobre todo a nivel hormonal. "Actúan como hackers, es decir, pueden hackear tus hormonas y dar lugar a desajustes en la regla, dolores...". Como bien indica esta especialista, no es ninguna broma.

La Organización de Consumidores y Usuarios ha manifestado de manera recurrente su preocupación respecto al consumo excesivo de suplementos que contienen omega 3. Muchos de estos productos que contienen este ácido graso provocan efectos adversos tal y como también afirma la Agencia Europea del Medicamento. 

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Estos aumentan la probabilidad de sufrir fibrilación auricular, un tipo de arritmia cardíaca cuyos efectos pueden presentar riesgos para la salud, especialmente en personas que cuentan con enfermedades cardiovasculares previas o factores de riesgo.

La principal alerta que lanza esta experta hace referencia a los medicamentos a base de omega 3, pero el riesgo también obliga a extremar la precaución con los alimentos que contienen este ácido graso o con los suplementos nutricionales que se encargan de aportar al cuerpo esta sustancia.