
Diana Morant junto a María Blasco en el CNIO en septiembre de 2022.
Las seis polémicas sobre la gestión del CNIO que comprometen a María Blasco y tendrá que aclarar el patronato
Problemas económicos, falta de transparencia y acoso son algunos de los problemas achacados a la dirección de María Blasco.
Más información: Lo que esconde la huida hacia delante de María Blasco: cada vez tiene menos apoyos dentro del patronato del CNIO
El patronato del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) se reúne el próximo miércoles 29 de enero. Sus 15 miembros tendrán en cada mano un informe: en la derecha, el elaborado por el equipo de María Blasco, directora científica del centro; en la izquierda, el apuntalado por Juan Arroyo, gerente.
Aunque el objetivo de la reunión es valorar el estado del CNIO —tras la negativa a aprobar las cuentas del centro en la reunión de diciembre—, nadie duda de que está en juego la cabeza de Blasco, que lleva en el puesto desde 2011 y que tiene a parte de la plantilla sublevada.
Ella se ha defendido, primero, echando balones fuera sobre el estado económico del centro; después, acusando directamente a Arroyo de sus problemas en una rueda de prensa celebrada esta semana.
Allí se declaró víctima de una campaña de mentiras y acoso por ser una mujer de éxito y anunció que estaba estudiando "denunciar" ante la Fiscalía la bicefalia del centro, según ella, fenómeno único en los institutos de investigación españoles y europeos.
Este miércoles, sin embargo, la ministra de Ciencia, Diana Morant, apuntó que otros centros "trabajan estupendamente" bajo ese mismo sistema y mencionó el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), que funciona a imagen y semejanza del CNIO.
Pese al intento de dar la vuelta a la narrativa de la situación, ya hay dos miembros del patronato que creen que debe dimitir. Los dos forman parte de la representación de las comunidades autónomas, y ambas están gobernadas por el PP: Castilla y León y Baleares.
Las decisiones del patronato se toman por votación y a nadie se le escapa que el mayor peso corresponde a miembros del Gobierno central o agencias que dependen de él: ministerios de Ciencia y Sanidad, Consejo Superior de Investigaciones Científicas o Instituto de Salud Carlos III, entre otros.
El próximo día 29, el patronato buscará resolver varias dudas sobre la gestión de los responsables del CNIO, en especial de Blasco, a quien se dirigen todas las miradas.
Por qué apenas se han vendido las obras de CNIO Arte
Blasco creó CNIO Arte en 2018 como una forma adicional de dar a conocer la labor del centro y captar fondos para la investigación. La idea era que una artista creara una obra y la donara al CNIO para venderla y obtener un beneficio.
El escándalo saltó cuando el diario ABC publicó que el CNIO había gastado casi un millón de euros en la iniciativa, dinero que en principio no se habría dedicado a lo que deben dedicarse los fondos del CNIO: investigar el cáncer.
El centro se defendió. El dinero destinado a CNIO Arte no ha sido sustraído de ningún proyecto de investigación sino que procede de fuentes externas (subvenciones de fundaciones y la iniciativa Amigos del CNIO) que en ningún momento iban a utilizarse para investigación.
Con todo, este dinero sí repercutía en la ciencia del centro. Primero, porque parte de esos fondos se destinaban antes a proyectos formativos, y segundo, porque supuso un aumento de recursos administrativos y de personal para impulsar CNIO Arte. Por eso, el patronato decidió suspender la iniciativa en su reunión de diciembre.
En las entrevistas que ha dado desde que saltó el escándalo, Blasco ha negado que el dinero destinado a CNIO Arte se hubiera tomado de los fondos de investigación, pero sí ha reconocido que han sido muy pocas las obras que se han vendido tras siete años de iniciativa. En la próxima reunión del patronato, por tanto, le será muy difícil justificar la continuidad de este proyecto personal suyo.
Por qué los científicos piden su relevo pero no el del gerente
Tras el escándalo de CNIO Arte salió a la luz una carta firmada por 24 jefes de equipo y unidad dirigida al Ministerio de Ciencia en la que pedían a Diana Morant el relevo de Blasco al frente del CNIO, a la que responsabilizaban de la crisis económica que vive el centro —tiene un déficit de 4,5 millones— y la salida de grandes investigadores, lo que ha precipitado su caída en los rankings internacionales.
El principal argumento que ha dado Blasco ante esas acusaciones ha sido señalar que ella no es responsable de las cuentas. Pero, ya en enero, una nueva carta rubricada por científicos y personal del centro apoyaba la primera, lamentando la "comunicación ineficaz" de las acciones del centro y "falta de claridad" sobre los salarios de los directivos y, nuevamente, pidiendo la destitución de la directora científica.
En la rueda de prensa de este martes, Blasco dio un salto hacia delante y pasó al ataque, poniendo nombre y apellidos a su objetivo: Juan Arroyo, director gerente, a quien responsabiliza de "las dificultades que me he encontrado en este centro".
Ante numerosos periodistas, la cabeza científica del CNIO dijo que un proyecto fallido de la anterior dirección (encabezada por Mariano Barbacid) junto a la gerencia había lastrado las cuentas, que ella pidió el cese de Arroyo y se lo garantizaron por dos veces y que su "preocupación ha ido aumentando debido a una demanda por prevaricación, tráfico de influencias, fraude y malversación de fondos" contra el gerente (no dijo que la demanda ha sido sobreseída).
Sin embargo, no ha explicado por qué, si el gerente es el culpable, los científicos piden su cabeza y no la de Arroyo. El lunes se ponía en marcha la iniciativa CNIO First, que redoblaba los ataques contra la directora científica, a la que acusaban de firmar un contrato ilegal.
Por qué la plantilla siguió creciendo a pesar de que todos sabían que iba a entrar en déficit
El CNIO tiene un déficit acumulado de 4,5 millones de euros. En una intervención a mediados de diciembre, María Blasco achacaba ese déficit a la estabilización del personal, algo a lo que obligaba la ley.
La directora explicaba que, desde 2018, se había contratado 120 personas a cargo de la subvención nominativa que otorga el Ministerio de Ciencia a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.
¿Cómo es posible que mantener a una personas que ya estaban trabajando en el centro suponga esta cantidad de pérdidas? Porque antes su sueldo provenía de la financiación de proyectos competitivos que iba ganando el centro, subvenciones de fundaciones públicas y privadas que forman una parte crucial de una institución de investigación biomédica.
Al entrar en la plantilla del CNIO, estas personas comenzaron a cobrar de la subvención nominativa del Ministerio de Ciencia. Esta, sin embargo, no ha variado en este tiempo, por lo que cada vez más personas cobraban de la misma sin que esta creciera.
La estabilización no se produjo de una sola vez sino que entraron 77 trabajadores en 2019 y otros 35 en 2022. Así se llegó a un déficit anunciado, algo que no pilló por sorpresa a los responsables del centro.
Los huecos dejados por estos trabajadores estabilizados fueron cubiertos y el personal del CNIO ha seguido creciendo pese a saber que el agujero iba a ir haciéndose cada vez más grande.
Así, según los informes anuales del centro, si en 2018 trabajaban 517 personas, de las cuales 435 se dedicaban a la investigación, en 2020 eran 596 personas (505 en investigación) y en 2024 integraban la plantilla 674 trabajadores (562 en puestos relacionados con la investigación).
Por qué se utilizó la tasa de reposición para subir el sueldo solo a tres personas
Tras la crisis de 2010 y la recesión económica posterior, el Gobierno de Mariano Rajoy introdujo en las instituciones públicas una herramienta llamada tasa de reposición: por cada X empleados salientes (por jubilación, por ejemplo) podrían entrar nuevos trabajadores en una proporción determinada.
El CNIO no fue ajeno a esto, como tampoco a los sueldos congelados durante lustros, tal y como han denunciado representantes de los trabajadores. Para solventar esta injusticia, pues las nuevas incorporaciones cobraban más que los empleados de más antigüedad, se planteó utilizar una herramienta prevista en los Presupuestos Generales del Estado que permitía utilizar esas plazas virtuales generadas por la tasa "para mejorar los salarios de varias personas", explican fuentes del centro a EL ESPAÑOL.
Sobre mesa se puso un procedimiento de evaluación transparente para utilizar este mecanismo y aumentar salarios. "El gerente estaba de acuerdo", explican esas fuentes. "Sin embargo, lo que se ha hecho, con el beneplácito de la directora, es usar tres tasas para promocionar a tres personas a dedo, enmascarándolo como si fueran realmente nuevas contrataciones".
Esta cuestión surgió durante la asamblea convocada por Blasco con los trabajadores la semana pasada. La respuesta de la directora fue la de siempre: no es su responsabilidad. "De repente tengo responsabilidades que no tengo", espetaba de forma irónica. La situación, sin embargo, ha generado malestar entre la plantilla.
Por qué ha caído el prestigio del centro a pesar de publicar cada vez más
En sus intervenciones, Blasco ha señalado que, a pesar del lastre económico, el potencial científico (que es lo que a ella le incumbe) está intacto o, si acaso, mejor que nunca. "El CNIO está en segunda posición de centros de cáncer en Europa y entre los primeros del mundo según varios rankings", recordaba en la rueda de prensa de este martes. "2023 fue el año con más artículos del CNIO publicados en revistas de alto impacto".
Fueron 58 los artículos con investigadores del CNIO en publicaciones científicas de gran prestigio, por 22 en su primer año como directora. Sin embargo, este crecimiento oculta que los artículos que tienen a un investigador del CNIO como primer o último autor (es decir, liderando la investigación) han ido decreciendo desde entonces.
En 2011, las publicaciones lideradas por el centro fueron 109, por 116 colaboraciones. En 2023, las primeras habían caído a 63 mientras que las segundas crecieron (135).
La fuga de cerebros que ha vivido el CNIO en la última década es en buena parte responsable de esta situación. Este golpe a la relevancia del centro se ha notado en los rankings internacionales: en siete años, el listado de Nature Index lo hacía caer nada menos que 129 puestos entre las instituciones europeas de investigación.
Si Blasco apela a que la parte económica no es su responsabilidad, esta caída de prestigio le señala directamente.
Por qué no se ha hecho nada ante el acoso y la violencia psicológica
El ambiente dentro del CNIO deja mucho que desear. La encuesta psicosocial del centro, en la que participó tres cuartas partes de la plantilla, puso de manifiesto la presencia frecuente de violencia psicológica en varias de las categorías.
No se trata solo de acoso: los resultados también mostraban niveles, menores pero relevantes, de acoso sexual y discriminación.
A esto se suman las denuncias por acoso a la propia directora. El diario ABC recogía 10 denuncias y durante las conversaciones con miembros del centro no son raras las historias sobre humillaciones presenciadas o vividas.
Sin embargo, en la rueda de prensa del martes Blasco negó el acoso, señaló que solo ha tenido noticia de una denuncia contra ella, que fue desestimada, y apeló a que todas las dudas y quejas del personal fueron resueltas en la asamblea de la semana pasada, que "fue un éxito y muy emocionante para el equipo de la dirección científica".