Montaje fotográfico de la imagen de Santa Teresa de Jesús de Alba de Tormes y el Papa Francisco

Montaje fotográfico de la imagen de Santa Teresa de Jesús de Alba de Tormes y el Papa Francisco EL ESPAÑOL de Castilla y León

Salamanca

El hilo invisible que unió al Papa Francisco con Salamanca

Aunque nunca pisó Salamanca, el Papa Francisco mantuvo con esta tierra una conexión tejida con Santa Teresa, gestos y decisiones que dejaron huella.

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Nunca llegó a visitar Salamanca, pero su presencia fue constante. El Papa Francisco, fallecido este lunes, deja entre los salmantinos una mezcla de gratitud, respeto y esa nostalgia que sólo provoca lo que estuvo a punto de ocurrir.

Durante más de una década, su pontificado mantuvo un hilo invisible con esta tierra: por su vínculo espiritual con Santa Teresa de Jesús, por sus palabras, sus gestos y sus decisiones. Salamanca lo esperó muchas veces, y aunque no pisó sus calles, Francisco dejó huella.

La oportunidad más cercana se vivió en 2015, con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Francisco expresó públicamente su deseo de visitar Alba de Tormes, donde reposan los restos de la santa, en un viaje breve "de mañana y tarde", según dijo en el avión de regreso de Corea.

Las palabras del Papa encendieron la esperanza en toda la diócesis. Pero la visita no se concretó. Fue una decepción asumida con fe, pero también con pesar. Aun así, Francisco envió mensajes cariñosos, en los que describió a Teresa como "una mujer excepcional, creativa e innovadora".

Los años siguientes mantuvieron vivo ese anhelo. En 2018, con motivo del Año Jubilar Teresiano, volvió a invitarse al Papa a Alba. Tampoco entonces fue posible. Ni en 2021, cuando Castilla y León soñó con recibirlo en alguna de las celebraciones del VIII Centenario de la Catedral de Burgos o de la Semana Santa vallisoletana. Nunca hubo un viaje oficial del Papa Francisco a España. Y Salamanca siguió esperando.

La última ocasión se produjo hace apenas unos meses. La Diputación de Salamanca envió una carta al Vaticano para invitarle de nuevo a Alba de Tormes, esta vez con motivo de la exposición pública de los restos de Santa Teresa, abiertos por primera vez en 111 años.

El mensaje fue entregado en mano por una joven salmantina, María Caamaño, que tuvo la oportunidad de saludar y abrazar al Papa. Él, por entonces ya con la salud muy debilitada, aún repetía: "Espero poder ir a España este año". No le dio tiempo.

A pesar de no haber visitado la provincia, Francisco tomó decisiones relevantes que la tocaron directamente. En 2021, fue él quien unificó las diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo bajo un solo obispo, José Luis Retana, por primera vez en la historia.

Y fue también quien convirtió al salmantino Fernando Vérgez en cardenal, el primero nacido en la provincia, y le confió la presidencia del Estado de la Ciudad del Vaticano y un puesto en su Consejo de Cardenales.

El cariño de Francisco por las tierras charras se reflejaba en sus mensajes, en su mirada hacia los humildes y en su sintonía con la espiritualidad teresiana. Hoy, Salamanca lo despide con pena, pero también con gratitud.

Porque, aunque no se hizo la foto junto al sepulcro de Teresa, su voz se escuchó en sus iglesias, su ejemplo inspiró a muchos y su pontificado dejó una marca serena en esta tierra que siempre lo esperó con los brazos abiertos.