Va acabando mayo y no llueve sobre mojado. Nuestro país es nuestro único país. No es el de al lado, ni el de arriba ni el de abajo. Es el nuestro, no hay otro. Por eso toca defenderlo de los otros.

Cambio climático aparte consecuencia de nuestro coche con combustible fósil y de comer carne cuando podemos. Parece que en Ucrania los rusos destruyeron un depósito de munición de uranio empobrecido, segura y sostenible, facilitada por los británicos. El hongo de un kilotón fue de los gordos. Lo que nadie dice es que si ese polvo va en dirección Europa o Siberia. Lo que si se sabe que oriente próximo está muy contaminado de ese polvo cancerígeno desde las guerras del golfo, Siria e Irak. De todas maneras nos moriremos por la supuesta huella de carbono que tan contenta pone a las plantas. Recicla y ve en bicicleta.

La campaña electoral se va salpicando de agresiones de unos contra otros, de los mismos contra los otros. Nada nuevo pero silenciado. Intentos masivos de pucherazo, censos adulterados, paracaidistas en muchos ayuntamientos, robo de papeleta, seguimos como siempre para bingo. Policía y Guardia Civil investigan la implicación de nuestros vecinos del sur en la trama de los votos de Melilla. Ciudad en la que deberían de anularse las elecciones y celebrarlas más adelante. Ya sabemos que no pasará nada pero al menos conservemos los papeles o cierta vergüenza. Vistos algunos candidatos parece que vivimos en un manicomio al aire libre. Difícil está que los cuerdos quieran ser candidatos.

Suecia tras el último informe de comprensión lectora ha decidido regresar al libro de texto y frenar la digitalización de las aulas. Los alumnos rara vez escriben a mano y necesitan constantemente estar conectados a internet. Abogan por un libro por asignatura. La inflación interanual en Argentina alcanza el ciento nueve por ciento por lo que la gente está desmontando las monedas para vender el latón del aro que las compone. El latón multiplica el precio en el mercado de las propias monedas. Un país que abastecía a medio mundo de carne ahora no tiene de que comer. Es increíble, pero pasa como en otros países que cayeron en los mismos errores. Después del incendio de la Hurdes y la Sierra de Gata probablemente tendremos más placas solares en el vértice de nuestra comunidad. Esperemos que los pinos rebroten y vuelvan a ser refugio de animales y aves. Las placas solares no atraen ni fijan la lluvia ni la biodiversidad, potencian el efecto invernadero, del que nadie habla, al reflejar los rayos del sol.

Hemos oído estos días, en campaña electoral, que después de abortar a los niños, también se les debe aparcar en un centro público para que sus madres puedan irse a tomar unas cervezas. No veo que una madre deba gastarse la comida de sus hijos en cervezas, ni que deba pedir al estado financiación. Derecho fundamental de las señoras a tomar cerveza recogido en el artículo 33 de la constitución de Narnia. Todo se andará. Las niñas gemelas de Oviedo parece que han sido víctimas de la ignorancia y la mediocridad en la que vivimos, en la que no se distingue entre política y las personas. La política sólo da de comer a los políticos como las matemáticas a los matemáticos. A los demás nos toca trabajar cada día.