La salmantina María Jesús Prieto-Laffargue, ex presidenta de la Organización Mundial de Ingeniería

La salmantina María Jesús Prieto-Laffargue, ex presidenta de la Organización Mundial de Ingeniería

Economía

Las claves para la supervivencia de las pymes en Castilla y León: agrupación y menor presión fiscal

La salmantina María Jesús Prieto-Laffargue, expresidenta de la Organización Mundial de Ingeniería, desgrana paso a paso qué hacer para afrontar los desafíos de 2023

5 octubre, 2022 07:00

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Hablar de María Jesús Prieto-Laffargue (Salamanca, 1945) es hacerlo del triunfo de la mujer en un mundo donde aún no existían las cuotas por sexo.

En los años '70 ocupaba ya puestos de alta responsabilidad en empresas y consejos de dirección, y asegura que la única vez que ha sentido discriminación "ha sido precisamente por no pertenecer a ningún partido político y nunca por ser mujer".

Su trayectoria profesional y académica son tan extensas que no caben en un reportaje. Hoy, continúa en activo estudiando cómo mejorar los procesos productivos de las empresas y cómo afrontar el actual escenario económico marcado por la guerra en Ucrania, la falta de materias primas y los efectos de la deslocalización. 

Ingeniera Superior de Telecomunicación, diplomada en Alta Dirección de Empresas, Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lérida, exgerente nacional de Telefónica Sistemas, presidenta de la Organización Mundial de la Ingeniería (WFEO), representante del Gobierno de España ante organismos internacionales, Miembro del Consejo del Centro Europeo de Predicción del Clima de Redding (Reino Unido) o ex directora general del Instituto Nacional de Meteorología, son algunos de los hitos de una mujer que sostiene que "se están haciendo las cosas mal" para impulsar el crecimiento empresarial.

A pesar del desarrollo que experimentó la tecnología en España en los años '80, incluida la de los microprocesadores, "a principios de los '90 se tomó la decisión de que era mejor comprar que desarrollar, se deslocalizó la industria y éste fue el primer gran error que hoy lastra la competitividad del tejido productivo, también en Castilla y León", asegura.

Una falta de competitividad "que ya nos la advertían en Bruselas hace más de 30 años y las dificultades que tendríamos para alcanzar una maduración tecnológica", indica.

La falta de unidad de mercado, la inseguridad jurídica y el exceso normativo de "17 parlamentos que quizá se ha visto que no sean tan necesarios", dificultó el crecimiento de las empresas también en una comunidad autónoma, Castilla y León, que "lo tiene todo para ser un polo de atracción económico dado que su tejido empresarial es muy variado, con un ecosistema que saben hacer muy bien lo que hacen".

Sin embargo, la realidad "ha sido tozuda" y "ha quedado de manifiesto que muchas de las empresas de esta comunidad no van a poder ir a ningún lado por su pequeño tamaño", por lo que Prieto-Laffargue recomienda "crear agrupaciones para ser más competitivas".

Además, la expresidenta de la Organización Mundial de Ingeniería insiste en la necesidad de que "mejoren sus procesos productivos a través de la tecnología, para lo cual es crucial una utilización inteligente de los Fondos Next Generation". Unos fondos por importe de 1.800 millones de euros de los cuales, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, asegura que el Ejecutivo central ya ha ejecutado 600 mientras que los 1.200 restantes se encuentran ya en manos de la Junta de Castilla y León.

"La ejecución de estos fondos, que son una oportunidad enorme para la economía y las empresas, está siendo terriblemente lento", se lamenta Prieto-Laffargue.

Con más de 40 años de experiencia en puestos directivos al más alto nivel, coincide con lo expuesto por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, acerca de la necesidad de "reorientar estas ayudas como ya han decidido hacer en Francia y Alemania", dado que fueron pensadas para una situación que cambió radicalmente tras la invasión de Putin en Ucrania.

Eliminación del Impuesto de Sociedades

En plena batalla fiscal entre el Gobierno central y los distintos ejecutivos autonómicos por la idoneidad de rebajar la carga impositiva a las empresas y los ciudadanos, Prieto-Laffargue asegura sin paliativos que "hay que eliminar el impuesto de sociedades máxime cuando no hemos conseguido recuperar el PIB perdido durante la pandemia y, sin embargo, se han triplicado los impuestos y la deuda pública".

En este sentido, la ministra de Hacienda, María Jesús Montoro, ya ha anunciado una rebaja del tipo del Impuesto de Sociedades del 25% al 23% a las pymes. Un tipo que deja este gravamen en España sólo por delante de Noruega y Dinamarca, con un 22%; Eslovaquia, con un 21%, y Suecia, con un 20,6%.

Un alivio fiscal para las empresas que la salmantina justifica dado que "hay que poner sentido común y generar empleo, porque el bienestar social sólo viene a través de la reactivación del mercado de trabajo y, en este sentido, son las empresas su principal motor". "Con tanta presión fiscal, es imposible que crezcan lo que podrían hacerlo", concluye.

El conocimiento: principal activo de la Comunidad

El 56% de las empresas tiene dificultades para cubrir los puestos de trabajo cualificados que necesita. Este déficit de capital humano "lastra la competitividad de las empresas" en una comunidad autónoma que es "una gran oportunidad en sí misma como fuente de conocimiento, con una red de universidades de primer nivel en toda Europa".

Sin embargo, "los recuros humanos sin tecnologías transversales, no vale de nada. Se necesitan equipos multidisciplinares y Castilla y León debe reforzar la retención del talento de su red educativa". En este sentido, Prieto-Laffargue coincide con las demandas hechas por la propia CEOE en la Comunidad, que insiste en el coste que supone formar trabajadores excelentes que luego acaban en otras zonas de España o en el extranjero.

Sin embargo, la velocidad con la que se está desarrollando la digitalización exige que "las universidades de Castilla y León se especialicen para poder aportar ese talento que necesitan hoy las empresas de la Comunidad", y sin el cual seguirán siendo menos competitivas.

Pero para poder incrementar la competitividad del tejido empresarial, también es necesario que "la Comunidad desarrolle al máximo la tecnología, que se ha quedado un poco anticuada". Algo que Prieto-Laffargue cree que tiene solución "atrayendo nuevas inversiones dado que Castilla y León tiene un activo que otras comunidades no: mucho suelo. Y eso debería ser un aliciente para que vengan empresas tecnológicas a crear riqueza aquí", asegura.