La combinación del sol con el mar y la dieta mediterránea constituye un cóctel perfecto para aquellos que buscan tranquilidad y calidad de vida. Prueba de ello son los datos de la población extranjera jubilada en la provincia. El 28 % de los residentes extranjeros jubilados empadronados en España viven en Alicante, por delante de la segunda provincia con mayor población extranjera jubilada, Málaga, con un 16 %.

Daniel Tahou es francés y hace 6 años decidió dejar su ciudad, Toulouse, por la ciudad de Torrevieja. Inicialmente de visita por vacaciones, Daniel decidió quedarse en Torrevieja tras enamorarse de "la combinación de la laguna rosa, del mar azul y de los naranjos". Desde entonces, ha comprado la primera casa que ha visitado y se plantea volver a Francia. Daniel explica que lo que le pasó con Torrevieja se puede resumir en un coup de fourde.

Graham Knight dejó su casa en Kent en Inglaterra hace 32 años para instalarse en Torrevieja tras haber venido de visita y caer en el encanto de la "buena calidad de vida" que hay en Torrevieja y en la provincia de Alicante.

Imagen de Alicante

Antes de instalarse en Torrevieja, Daniel y Graham cuentan cómo veían a menudo imágenes de la Costa Blanca, sobre todo mediante la publicidad. Una imagen que "desprendía tranquilidad", algo que ambos coinciden haber encontrado en la provincia de Alicante.

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"La calidad de vida aquí no tiene nada que ver con la de Francia, y, económicamente, aquí con la pensión de la jubilación, puedes vivir, en cambio, en Francia, solo puedes sobrevivir". Daniel fue enfermero y se jubiló hace unos años, una nueva etapa de la vida que asegura querer vivir en la "tranquilidad" y con la "buena calidad de vida" de Torrevieja.

"Aquí lo tenemos todo. Sol, playa, buena comida, buenas fiestas, buenos amigos, y la gente es muy amable, no tiene nada que ver con Francia", destaca Daniel.

"Los españoles siempre han sido muy comprensivos y amables, aparte de que Torrevieja cuenta con una gran cantidad de extranjeros", apunta, por su parte, Graham. En este sentido, el director de la oficina de atención al Residente Internacional del Ayuntamiento de Torrevieja, Jean Paul Mulero, destaca la presencia de 120 nacionalidades registradas en la ciudad: "La convivencia de tantas nacionalidades convierte a Torrevieja en una ciudad muy cosmopolita".

Vistas de la Playa del Acequión y del Puerto Marina Internacional de Torrevieja.

Voluntad de integrarse

Aunque se ha mudado hace ya 32 años, Graham recuerda perfectamente cómo fue su proceso de adaptación en España y más concretamente en Torrevieja. En este sentido, enfatiza en la importancia del idioma: "El primer paso para integrarse es el aprendizaje del idioma. Yo lo he tenido siempre muy claro y he procurado aprender el idioma y también interesarme por la cultura y la historia de mi nuevo hogar".

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Daniel se instaló en la ciudad de la sal y del sol hace tan solo 6 años y, con un castellano casi perfecto que sorprende a cualquiera por el poco tiempo que lleva en España, coincida con Graham y relata lo importante que fue para él aprender el idioma. "Todavía cometo algunos errores de pronunciación en castellano, pero para mí era muy importante aprender el idioma local", declara.

En esta conversación sobre la integración ha intervenido el director de la oficina de atención al Residente Internacional del Ayuntamiento de Torrevieja, Jean Paul Mulero, quien ha destacado la puesta en marcha de cursos sobre historia y tradiciones torrevejenses como la historia de las salinas y de la laguna rosa. Estos cursos los imparten la UNED y la UMH, en colaboración con el Ayuntamiento de Torrevieja.

"Estoy jubilado pero aquí no paro nunca", así describe Daniel su día a día, a lo que añade que uno de sus pasatiempos favoritos es jugar a la petanca con "otros extranjeros y algunos españoles" en la zona del Limonar de Torrevieja. "Cuando nos juntamos, aunque vengamos todos de lugares totalmente distintos, todos hacemos el esfuerzo de hablar español y nos entendemos todos en este idioma".

Qué aporta Torrevieja

Aparte del buen clima y de la buena comida, tanto Daniel como Graham destacan el buen humor y la amabilidad de la gente de Torrevieja y de Alicante, en general. "Aquí la gente sonríe y suele ser muy sociable, aparte de ser bastante solidaria", apunta Daniel. 

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En cuanto a las políticas locales, Daniel enfatiza sobre las grandes iniciativas que desarrolla el Ayuntamiento de Torrevieja para facilitar la integración a la población extranjera: "tenemos la suerte de tener un alcaide que se preocupa mucho por nosotros y organiza muchos eventos y fiestas de todo tipo".

"La gente aquí es muy diferente de cómo es la gente en Inglaterra, y de hecho, al final he aprendido mucho de mi propio país viviendo aquí". Graham relata cómo relacionarse con otros turistas y residentes ingleses le ha enseñado algunos aspectos que desconocía de su propio país.

Económicamente, Daniel y Graham coinciden en la buena situación en la que se encuentran desde que viven en Torrevieja, un modo de vida mucho menos "caro" que en sus países de origen. "Las pocas veces que vuelvo a Francia, cuando salgo a hacer la compra, me pongo a llorar de ver lo altos que están los precios", denuncia Daniel.

El histórico pailebote Pascual Flores, gran símbolo de Torrevieja, en un evento internacional en el canal del Sena en Ruan, Normandía.

¿Volveríais a vuestro país?

A esta pregunta, ambos hombres contestan con un "no" al unísono. "Cuando vuelvo a Inglaterra, aunque sea para ver a mi familia, a los cuatro días, quiero volver a España", se sincera Graham.

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Tanto Daniel como Graham coinciden en el deseo de quedarse a vivir en Torrevieja para siempre, por su parte, Daniel resume su vida aquí en "acogida, alegría y buenas políticas locales". Una vida que Graham resume en "cosmopolitismo, aceptación y calidad de vida".