La ciencia descubre por qué nos enamoramos más en verano.

La ciencia descubre por qué nos enamoramos más en verano.

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Por qué nos enamoramos más en verano: la ciencia responde

Diferentes estudios científicos han podido confirmar que nuestros cuerpos reaccionan y se relacionan de una manera diferente en función de la época del año en la que nos encontremos. La ciencia sabe la razón.

25 agosto, 2023 13:09

Cuando llega el verano también lo hace una época del año en el que nos acostumbramos a estar más felices y sentirnos más libres. En gran parte viene dado por el buen tiempo, que hace que estemos más animados, pero también por las vacaciones que, en muchos casos, se pueden disfrutar y que nos permiten alejarnos de nuestras obligaciones profesionales o escolares. Además, la llegada del verano tiene una influencia directa en nuestras relaciones sentimentales, tal y como demuestra la ciencia.

Diferentes estudios científicos han podido confirmar a lo largo de los años que nuestros cuerpos reaccionan y se relacionan de una manera diferente en función de la época del año en la que nos encontremos. En verano nos enamoramos más, y la ciencia sabe la razón.

¿Por qué nos enamoramos más en verano?

Diferentes grupos de investigación en psicología, sociología, neurociencias y endocrinología se han encargado durante años de estudiar la razón por la que los seres humanos nos enamoramos más en verano, pudiendo confirmar que, al contrario de lo que se pueda llegar a pensar, esto sucede en realidad y no se trata de un mito.

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Algunas estadísticas que fundamentan su conclusión es que en esta época se incrementa la venta de preservativos hasta en un 15% a nivel mundial, y que, 9 meses después, nacen el 25% de los bebés. De esta forma, está claro que la época veraniega es en la que los sentimientos están en su momento de máximo esplendor del año.

Los estudios muestran que los niveles de actividad sexual se incrementan significativamente durante el verano, lo que va a acompañado del mencionado aumento en la venta de preservativos y del incremento de las búsquedas en Google relacionadas con sitios de citas, así como del uso de aplicaciones para ligar o las redes sociales para este tipo de fines.

Una estación propicia para el amor

El motivo por el que nos enamoramos más en verano es porque las emociones placenteras y el deseo sexual encuentran en esta época del año una estación propia para ello, un momento en el que se dan las condiciones más favorables para las relaciones íntimas y sentimentales, en la que nos encontramos con mayor motivación, hedonismo, entusiasmo e intensidad y con un menor estrés.

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A ello hay que sumar que el sol activa la secreción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que favorecen el encuentro amoroso, además de que, durante el verano aumentan los niveles de serotonina y testosterona, siendo sustancias clave para explicar la razón de los enamoramientos veraniegos.

La serotonina es una sustancia clave para la ciencia y la gran responsable de que nos enamoremos más durante el periodo estival. Esta es capaz de reducir la ansiedad al mismo tiempo que mejora el estado de ánimo, pero también nos hace tener mayor percepción y atenúa el estado de alerta hacia situaciones externas. Todo ello se traduce en una mayor capacidad para captar y responder a las señales de conquista, con mayor aceptación sobre el cuerpo propio y una reducción del pudor y los prejuicios.

Sin embargo, la serotonina no está sola, ya que junto a ella está la oxitocina. Esta hormona, conocida como "la "hormona del amor", favorece la conducta del apego y llega a alcanzar el mayor nivel de secreción ante la presencia de estímulos sociales. Así, en esta época del año tenemos más contactos y nos ayuda a encontrarnos mejor con nosotros mismos y más receptivos con los demás.

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Por si esto fuera poco, a la ecuación hay que sumar la presencia de la hormona testosterona, que estaría detrás de la base científica con fundamento biológico que sostienen diferentes expertos, que apuntan a que esta hormona es la responsable del amor y el deseo sexual, que aumentan cuando el día es más largo, al que sucede durante el verano.

No solo es una cuestión hormonal

Los factores hormonales son claves para favorecer que nos enamoremos más en verano, pero la ciencia también habla de otros factores que nos llevan a estar más predispuestos a encontrar el amor o tener encuentros íntimos.

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Por ejemplo, con el bronceado conseguimos tener una piel sugerente y más atractiva, además de que, por el calor, es habitual utilizar ropa más ligera e insinuante, con colores de mayor intensidad y estampados más llamativos y alegres. Además, el propio uso de una menor cantidad de la tela y el estar semidesnudos o desnudos al tomar el sol, incentivan las fantasías sexuales que, durante el resto del año, pasan más desapercibidas.

También es necesario hablar del lado psicológico, y es que durante el periodo estival conseguimos deshacernos de ese estrés que nos acompaña durante el resto del año. El verano es asociado con una época del año en el que se puede disfrutar de un tiempo que parece infinito, un momento para relajarse y disfrutar de una gran sensación de bienestar realizando nuestras actividades favoritas al aire libre. A ello hay que sumar que el verano exalta nuestros sentidos, haciendo que se estimulen y sean capaces de percibir cosas diferentes a las del resto del año.

¿Relaciones efímeras?

Es un clásico hablar de "amor de verano" para referirse a esas relaciones que tienen su origen en esta época del año y que, a menudo, se trata de relaciones efímeras que, llegan a su fin, una vez terminadas las vacaciones.

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Sin embargo, aunque los expertos insisten en que estas relaciones no tienen una fecha de caducidad diferente a la de un amor de invierno, la diferencia radica en que durante el verano existen más posibilidades de enamoramiento y muchas personas, por pura distancia geográfica, no pueden mantener ese vínculo necesario para mantener la relación. A pesar de los avances tecnológicos, estos no son capaces de sustituir la relación física.