Mano de mujer abriendo un monedero vacío (iStock)

Mano de mujer abriendo un monedero vacío (iStock)

Desarrollo personal

¿Por qué gastamos más cuando tenemos más dinero? Trucos sencillos para conseguir ahorrar

Descubre cómo gestionar mejor tu dinero con pequeños hábitos del día a día.

23 septiembre, 2023 09:01

Tal vez ya te ha pasado: has notado que aunque ganes más dinero, sea la cantidad que sea, acabas teniendo lo mismo en tu cuenta, como si tuvieras un techo invisible del que no puedes pasar. Recibes un bono de trabajo, y de repente se estropea el coche y tienes que pagar todas las reparaciones, o surge una multa inesperada o tienes que ayudar a un familiar que lo necesita.

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Maïté Issa, autora del best-seller Tu éxito es inevitable, explica que si siempre regresas a tener lo mismo, es porque tienes un “termostato financiero”.

El termostato, al contrario del termómetro, decide cuál es la temperatura que va a haber en una sala, de forma que si lo pones a 23 grados, así mantiene la sala. Desgraciadamente, una parte de nuestra psique está diseñada para crear ese termostato en todos los ámbitos de nuestra vida, incluido el ámbito financiero.

Esta es la misma razón por la cual muchos ganadores de la lotería, según estudios de seguimiento, en dos años regresan a tener la misma cantidad que tenían antes de ganar, o incluso menos dinero.

¿Cómo funciona este termostato financiero?

Este termostato es un mecanismo de protección de nuestro cerebro. Nuestra mente arcaica, que heredamos de nuestros antepasados, quiere que estemos a salvo, por lo tanto, evita que vivamos experiencias nuevas, porque a nivel ancestral las experiencias nuevas equivalían a un potencial peligro de muerte.

Como resultado, la cueva ancestral, o nuestra zona de confort, está acostumbrada a tener una cierta cantidad de dinero. La parte arcaica de nuestro cerebro nos va a proteger y a defendernos contra la pertenencia de más dinero.

Este termostato se crea en la infancia, de acuerdo a lo que hemos visto, según lo que hemos experimentado y lo que nos ha rodeado. Si nuestros padres repetían ideas como 'no se puede' o 'no hay dinero', o si hemos visto que al final del mes no había postre en la mesa, o había tensión en casa por el tema financiero, lo que entendemos es que el dinero es escaso y este termostato se mide según esas vivencias. 

En otros términos, el termostato financiero ha sido programado en tu cerebro por las experiencias que has vivido. Esas experiencias dieron luz a creencias y emociones, que van a guiar tus comportamientos, tus acciones y tus resultados en cuanto al dinero. Todas estas creencias activan tu cerebro para que este cree esa realidad acorde y te cierre a otras posibilidades.

Todo empieza en el cerebro, pero ¿cómo hacemos para reprogramar el cerebro y cambiar esas creencias y emociones con respecto al dinero? Buscamos reescribir el pasado y redefinir la relación con el dinero.

Primero hay que hacerse consciente de que tipo relación tienes con el dinero, cómo lo defines. Puedes hacer un ejercicio para identificarlo: si tuvieras que explicar a alguien qué es el dinero, ¿qué dices primero? Hay respuestas como que el dinero es la raíz del mal o la razón de todos tus problemas.

Después debes observar cómo te portas tú con el dinero, a la hora de pagar algo, por ejemplo. Si te quejas, si das las gracias… También qué tan generoso eres con tu dinero, si eres responsable con él, cuánto te quedas para ti, etc.

Es recomendable observar las frases que vas repitiendo acerca del dinero. Notar las emociones que tienes al ver tu cuenta bancaria te ayudará a ver cómo es esa relación que mantienes.

Una vez seamos conscientes de lo mencionado anteriormente, hay que llevar ese trabajo al subconsciente. Para ello, hay que cambiar esos comportamientos con actos muy sencillos: dar las gracias cada vez que puedes pagar algo en vez de quejarte o tomarte el pagar la cuenta como un acto de empoderamiento en vez de como una tortura. 

Issa aconseja aprender sobre el dinero, informarnos y formarnos para saber cuál es la manera de manifestarlo o de gestionarlo. Con un buen acompañamiento y disciplina se pueden revertir patrones de escasez y sanar la relación con el dinero.