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12 rincones con encanto para disfrutar de una escapada de Semana Santa en las Rías Baixas

Más allá de los destinos turísticos como Sanxenxo, Combarro o Baiona, este rincón del sur de Galicia ofrece al viajero un sinfín de pintorescos pueblos ideales para disfrutar de una escapada de fin de semana
Pueblos de las Rías Baixas
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Pueblos de las Rías Baixas
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Las Rías Baixas son el lugar de verano por excelencia en Galicia. Conocidas por el encanto de su litoral, su exquisita gastronomía y sus pintores pueblos marineros, cada vez son más los viajeros que eligen también este completo geodestino gallego más allá de la temporada estival, para disfrutar de fechas tan especiales como la Semana Santa. Entre los rincones más emblemáticos destacan lugares como Cambados, Combarro, Sanxenxo e incluso Vigo o Nigrán, todos ellos saturados y masificados siempre que avecinan este tipo de épocas de enorme flujo turístico. De hecho, es precisamente en estas ocasiones cuando conocer los rincones menos conocidos de la región se convierten en la mejor opción para poder disfrutar de una escapada tranquila y con todos los lujos. Lo cierto es que la cara menos popular de las Rías Baixas alberga también grandes tesoros en forma de pequeños pueblos rurales y grandes localidades que ofrecen al viajero todo lo necesario para sumergirse de lleno en la cultura gallega. Es por ello que, al margen de los destinos clásicos, en esta ocasión nos aventuramos a descubrir 12 lugares diferentes para una escapada única y completa por el sur de Galicia esta Semana Santa. 

Muros

Vista del pueblo de Esteiro, Muros. Foto: Wikimedia

La ría de Muros e Noia conforma uno de los destinos turísticos con más encanto de toda Galicia. Lo cierto es que este rincón enmarcado en la zona más septentrional de las Rías Baixas se encuentra repleto de pintorescos pueblos invadidos por el espíritu marinero de sus paisajes y tradiciones. En el corazón de este geodestino coruñés, la pequeña parroquia de Esteiro destaca por su enorme riqueza paisajística e histórica, pero también por su famoso Gran Prix de carrilanas de madera. A medio camino entre el mar y la montaña, el encanto natural de Esteiro queda demostrado en cada idílico escenario y arenal que se extiende desde el estuario del río Major hasta la propia bocana de la ría. Del mismo modo, en su faceta más patrimonial, la antigua calzada romana que cruzaba la histórica villa así como el templo parroquial, de estilo y cuyos orígenes se sitúan entre los siglos XVII y XVIII, son otras de las paradas obligadas en la ruta de cualquier viajero por la zona. 

Rianxo

Panorámica de las Rías Baixas desde el Mirador Pico Muralla, Rianxo. Foto: Barbanzarousa.gal

En plena comarca do Barbanza, Rianxo conforma una de las grandes joyas que encontramos a orillas de la ría de Arousa. Cuando ponemos el foco en esta villa histórica es inevitable evocar la melodía de la famosa Rianxeira y el encendido de bengalas durante la multitudinaria Feesta da Guadalupe. No obstante, la localidad alberga entre sus límites un sinfín de atractivos para el viajero: desde las ruinas milenarias del Castelo da Lúahasta el hórreo más largo de Galicia, el conocido como Hórreo de Araño con sus 37,05 metros. En los terrenos más elevados del municipio, enclavado a unos 679 metros de altitud, el mirador del Monte da Muralla ofrece una de las panorámicas más bonitas del litoral arousana.

Illa de Arousa

Faro de Punta Cabalo, Illa de Arousa. Foto: Shutterstock

La comarca do Salnés es uno de los geodestinos gallegos más visitados de todas las Rías Baixas y entre sus límites se encuentra también uno de los municipios más jóvenes de Galicia: A Illa de Arousa. En apenas siete kilómetros cuadrados de superficie, la localidad isleña conforma un auténtico paraíso natural repleto de arenales paradisíacos, enclaves rocosos y escenarios mágicos y pintorescos como el entorno del Faro de Punta Cabalo o el Parque Natural de Carreirón. En su núcleo urbano, el ambiente marinero recorre todas y cada una de estas calles arousanas, especialmente en los rincones donde se emplazan los cuatro puertos pesqueros del municipio: O Cabodeiro, O Naval, O Campo y O Xufre. Ya en su cara interior más elevada, el mirador Con do Forno se presenta como otro de los puntos imprescindibles en la hora de ruta por la localidad. Ubicado a unos 69 metros de altura sobre el nivel del mar, el enclave se encuentra coronado por la enorme escultura del Corazón de Jesús y desde el lugar es posible hacer un recorrido visual de lo más completo que abarca todo el centro urbano, la zona de puertos e incluso el puente que conecta la isla con la península desde 1985. 

Moaña

Mirador Monte do Faro. Foto: Treintayseis

En la parte meridional de la comarca do Morrazo, el municipio de Moaña es un auténtico acierto para aquellos visitantes que buscan disfrutar de la tranquilidad y el encanto natural de los pequeños pueblos de costa. Lo cierto es que la localidad se encuentra repleta de paisajes verdes, rutas fluviales y acogedores arenales, entre ellos la playa do Con o da Xunqueira. De hecho, si seguimos la estela del río da Fraga o del Freixa encontraremos también unas bonitas y agradables sendas que discurren entre bosques de ribera, cascadas de poca altura y algún que otro molino restaurado. También merece la pena visitar el área recreativa de Chan da Arquiña y la cima del Monte Faro, pues en lo más alto de este territorio se encuentra un singular mirador famoso por sus manos giratorias que permiten contemplar la ría de Vigo. En sus cotas más altas, la cima del Monte Paralaia es otro de los rincones a medio camino entre el mito y la realidad que debería estar en la hoja de ruta de cualquier persona a su paso por la península do Morrazo.  

Vilaboa

Muro entre los dos vasos de la Salina de Ulló. Foto: Shutterstock

Desde su construcción en el siglo XVII, la idiosincrasia de la localidad de Vilaboa ha estado vinculada a las famosa Salinas de Ulló, el complejo salinero más grande y mejor conservado de Galicia. Lo cierto es que al margen de las históricas salinas, este desconocido geodestino de las Rías Baixas tiene mucho más que aportar al viajero en cuanto a paisajes, actividades e historia. Bañada por las aguas de la ría de Vigo y enclavada en mitad de un entorno natural y geográfico privilegiado, Vilaboa esconde entre sus límites puntos de interés tan importantes como la capilla de Santa María (lugar donde acaba uno de los tramos del Camino de Santiago), uno de los hórreos más grande de Galicia o el concurrido Lago de Castiñeiras, una preciosa marisma de origen artificial enmarcada dentro del Parque Natural de Cotorredondo

O Porriño

Casa Consistorial de O Porriño (Pontevedra). Foto: concello O Porriño

Con un rico patrimonio histórico y una enorme belleza natural, la acogedora localidad de O Porriño ofrece al visitante una oportunidad única para sumergirse en la autenticidad de las Rías Baixas esta Semana Santa. El viajero que llegue a este municipio pontevedrés podrá explorar el callejero local y descubrir interesantes monumentos históricos y arquitectónicos como la propia casa consistorial o el emblemático templete de la Red de San Luis. Para aquellos que prefieren disfrutar de la riqueza fluvial y paisajísitica: la Ruta dos Muíños do Castro, los Muíños de Chenlo, de Mosende y el Paseo del Loureo son grandes opciones a la hora de explorar los paisajes verdes de O Porriño. De hecho, también se dice que las raíces más ancestrales de Galicia están en O Porriño, concretamente en As Gándaras de Budiño. Este espacio natural protegido a orillas del río Louro alberga en sus terrenos el yacimiento arqueológico con signos de presencia humana más antiguo conocido hasta la fecha en Galicia. . 

Fornelos de Montes

Fervenza de Casariños, en Fornelos de Montes. Foto: Shutterstock

Entre valles fluviales, rutas de senderismo y patrimonio histórico: Fornelos de Montes es el destino ideal para los amantes de la naturaleza. El embalse de Eiras, la serra do Suído o el Monte da Cidade son sólo algunos de los puntos más emblemáticos y visitados de esta localidad integrada en la comarca de Vigo y bañada por las aguas del río Oitavén. De hecho, cabe destacar que uno de los principales reclamos turísticos de Fornelos de Montes tiene que ver, precisamente, con su enorme riqueza fluvial. Tanto el Oitavén, como los ríos Parada y Barragán, dan forma en todo su recorrido a un sinfín de bosques de ribera e increíbles playas fluviales como las de Portovilán o Aiora.

Covelo

Playa fluvial de Maceira, Covelo. Foto: Shutterstock

La naturaleza y el patrimonio se dan la mano en el corazón de Covelo, una preciosa localidad rural integrada dentro de la comarca da Paradanta. De hecho, el valle del río Tea conforma el eje vertebrador de este destino enmarcado entre las sierras do Suído y O Faro de Avión. Una de las primeras actividades que recomendamos hacer en Covelo tiene que ver con el agradable Sendero dos Carranos, una ruta natural a través de 100 años de historia que discurre entre la casa rectoral de Fofe y la playa fluvial de Maceira. Además, los distintos cursos fluviales que se extienden por este rincón del interior de Pontevedra también dejan a su paso un sinnúmero de puentes históricos (Piñeiro, Abuiña, Fofe…), pasos de piedra y antiguos molinos, como los de Portafurada, en los que merece la pena detenerse. Por su parte, el patrimonio religioso muestra del mismo modo auténticas joyas de la arquitectura en la localidad, entre ellas la acogedora Ermita da Virxe da Guía de Maceira, enclavada en un excepcional valle verde con vistas a las dos sierras antes citadas. En el núcleo histórico del pueblo, en la plaza de Covelo se puede observar un singular cruceiro obra del maestro Cerviño, al cual se le atribuye la creación del famoso Cruceiro de O Hío. Y ya en las cotas más altas de la localidad, la riqueza natural y paisajística de Covela queda retratada en los alrededores del Mirador do Faro de Avión, una espectacular ventana natural a medio camino entre las provincias de Pontevedra y Ourense. 

Mondariz-Balneario

Balneario de Mondariz y Palacio del Agua. Foto: Shutterstock

A pesar de ser el municipio más pequeño de Galicia, la villa termal de Mondariz-Balneario tiene mucho que ofrecer al viajero. Este auténtico remanso de paz situado a tan sólo 40 minutos en coche de Vigo conforma el destino ideal para una escapada en familia. De hecho, aquellos que buscan disfrutar de los beneficios de las aguas termales podrán encontrar en este municipio una opción perfecta gracias al Balneario de Mondariz y su famoso SPA Palacio del Agua. Sin embargo, ya al margen de la cultura del agua, este rincón del interior de Pontevedra también puede presumir de contar con una gran riqueza patrimonial, natural e incluso histórica. Recorrer la senda fluvial del río Tea, descubrir los jardines del antiguo Gran Hotel o viajar al medievo con una visita al cercano Castillo de Sobroso son sólo algunos de los imprescindibles a nuestro paso por la pequeña villa de Mondariz-Balneario.   

Oia

Monasterio de Santa María de Oia. Foto: Concello de Oia

Enclavada frente a la inmesidad del océano Atlántico, la pequeña localidad de Oia es capaz de cautivar al viajero por su enorme belleza natural ―repleta de contrastes entre el mar y la montaña― y una arquitectura tradicional de lo más especial. El municipio oiense es, sin lugar a duas, uno de los secretos mejor guardados de la comarca do Baixo Miño. Un destino donde la gastronomía, la cultura y el arte conforman la lista temática de planes perfectos para una escapada diferente en las Rías Baixas. De entre todos sus atractivos turísticos, el Monasterio de Santa María de Oia es uno de los elementos del patrimonio religioso más importantes y destacados que podemos visitar. El cenobio se encuentra ubicado en pleno litoral gallego, su fundación data del siglo XII y fue declarado Bien de Interés Cultural ya en el año 1931. En su cara más interior y montañosa, la localidad alberga el famoso tesoro fluvial de las Pozas de Mougás, formado por un increíble paisajes de piscinas naturales enmarcadas en plena Serra da Groba. 

Arbo

El río Miño a su paso por la localidad de Arbo. Foto: Shutterstock

Más conocida como la capital mundial de la Lamprea, el carácter del bello municipio de Arbo se encuentra marcado por la idiosincrasia propia de los pueblos fronterizos a orillas del río Miño. De hecho, la localidad presume del mismo modo de ser el corazón de los vinos Condado y Albariño en el sur de la provincia de Pontevedra. En cualquier caso, y más allá de toda esta riqueza gastronómica y vitivinícola (consagrada en el Centro de Interpretación do Viño e A Lamprea), el territorio arbense también destaca por su enorme patrimonio natural, cultural y paisajístico, el cual queda retratado en un sinnúmero de rutas de senderismo que permiten descubrir los paisajes de cuento, la historia y etnografía de este pintoresco rincón en la frontera entre Galicia y Portugal. El Sendero de Pescadores del Miño es una de las rutas más emblemáticas de la zona, una senda fluvial cuyo elemento más interesante lo conforman las famosas pesqueiras de Arbo. Además, todo viajero que visite la localidad por primera vez no debe perderse tampoco las antiguas minas romanas de oro de A Lagoa, la aldea abandonada de Trabazos, A Fervenza da Laxe do Avó, la playa fluvial y el área recreativa del Deva e incluso los propios montes da Paradanta

Agolada

Os Pendellos de Agolada. Foto: Turismo de Galicia

En el interior de la provincia de Pontevedra, enmarcado en el corazón de la comarca do Deza, el municipio de Agolada conforma un destino ideal para los amantes del patrimonio, la etnografía y la naturaleza. Lo cierto es que esta villa gallega se encuentra situada en un territorio que históricamente ha sido punto de encuentro entre artesanos, comerciantes y viajeros de toda Galicia e incluso la península Ibérica. De hecho, en su núcleo urbano se encuentra un tesoro patrimonial que es el vivo reflejo de los mercados medievales y tradicionales de Galicia: Os Pendellos de Agolada, cuyas raíces se remontan al siglo XVIII y que en 1985 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. Al margen de este antiguo recinto ferial, la localidad también ofrece otros interesantes puntos de interés para visitar, entre ellos las Iglesias de Ramil o de San Xulián de Ventosa, los pazos de Eidián y Borraxeiros, así como también emblemática Ponte dos Cabalos

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