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De Rusia a Vigo para crear moda en cuero bajo el sello de Artesanía de Galicia 

Antonina Kadyrova descubrió en la ciudad Olívica su pasión por la artesanía en cuero, creando su propia marca cuyo sello de identidad se basa en la aplicación de una técnica del arte popular ruso conocida como Jojlomá
Antonina Kadyrova con varias de sus creaciones.
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Antonina Kadyrova con varias de sus creaciones.
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Desde tiempos inmemoriales, el cuero ha representado mucho más que un simple material para las diferentes sociedades y culturas: ha sido un auténtico lienzo en blanco para la expresión artística. Un testamento de habilidad, de conocimiento transmitido y creatividad que cada artesano con su savoir faire particular ha tenido el privilegio de convertir en una declaración única de resistencia y elegancia. Artesanos como la rusa Antonina Kadyrova, quien con su buen hacer y gusto por la estética ha sabido fusionar estas ancestrales tradiciones con la innovación para dar forma a su propia marca de moda en cuero bajo el sello de Artesanía de Galicia: AK. "La divulgación y la conservación de este noble oficio son cruciales para preservar la conexión única entre el pasado y el presente", afirma Antonina. "Cada pieza elaborada a mano con destreza cuenta historias únicas (...) Cada corte y costura no solo expresa habilidad, sino que también revela la profunda conexión entre el creador y la obra", agrega. 

Casualidad, o tal vez causalidad, esta artesana rusa (originaria de una isla del Pacífico conocida como Sajalín) acabó afincada hace algunos años en la gran metrópolis viguesa; en una ciudad que ahora considera hogar y que, al igual que sus creaciones, late al pulso de la modernidad y la artesanía. No obstante, y aunque pueda parecerlo, lo cierto es que no sería hasta el año 2014 cuando Kadyrova experimentaría su primer acercamiento al mundo del cuero de la mano de su maestro, Pepe Pereira, tras matricularse en dicha especialidad en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo por quedarse fuera de la plaza de "Moda e confección", disciplina que sí había estudiado previamente en Rusia. "Sinceramente, me enamoré desde el primer momento. Me encantó el material, las cualidades que tiene y las oportunidades que te da", reconoce esta gallega adoptiva sobre el cuero de curtición vegetal que utiliza ahora para confeccionar productos de marroquinería como bolsos, carteras, complementos e incluso máscaras. Con aquello comenzó una historia que ha terminado por convertir a Antonina en una artesana única en su género, pues tan solo ella utiliza sobre este tipo de creaciones en piel un antiguo arte popular ruso del siglo XVII conocido como Jojlomá. Una suerte de pintura decorativa "que consiste ―dice― en motivos florales y naturales, con colores predominantes como el rojo, negro y dorado". Un sello de identidad artística que, reconoce también, prevalece incluso por encima de su propia figura. 

Detrás de la moda y el arte en cuero

Distintas piezas de marroquinería hechas por Antonina Kadyrova. Foto: Cedida

La piel no tiene secretos para Antonina Kadyrova, una artista hecha a sí misma cuya narrativa artesanal se ha convertido en una forma de arte exótico dentro del mundo de la moda en cuero. Desde su taller ubicado en pleno centro de Vigo, Antonina infunde vida al cuero a diario, puesto que, tal y como señala, se trata de un material vivo que "pasa de generación en generación porque tiene esa propiedad de seguir viviendo y envejeciendo contigo". La fabricación de todas y cada una de sus piezas marroquinería es completamente manual, utilizando como base un cuero de curtición vegetal que emplea taninos naturales extraídos de árboles y plantas, principalmente de la mimosa o quebracho, sin dañarlas ni generar residuos tóxicos. Se trata, a fin de cuentas, de un material mucho más sostenible y respetuoso con el medio, más maleable que el cuero curtido al cromo y de mayor durabilidad y calidad. 

En la industria textil, el cuero conforma uno de los materiales más preciados: en parte por la elegancia y el valor que aportan a las piezas, en parte por la minuciosa mano de obra que hay detrás de cada resultado final. Porque la realidad es que el arte de trabajar en cuero es un proceso largo, que requiere de mucha paciencia, esfuerzo y sobre todo dedicación. Desde el labrado al moldeado o el repujado en cuero (para crear diseños en relieve), cada técnica o producto aplicado para la producción de una pieza de marroquinería necesita que sus propios tiempos sean respetados. "Solo el proceso de aplicación de pan de oro te lleva entre 3 y 5 días", apunta Antonina. "Lo mismo sucede con el tema de volúmenes (...) las máscaras que yo hago son a medida, tiene que venir la persona aquí al taller. Se podría hacer con un molde, pero es doble trabajo", añade. 

Esta alquimista del cuero trabaja en su mayoría pedidos por encargo a través de la web o redes sociales, lo que garantiza que cada pieza de AK sea única e irrepetible. "La gente quiere cosas determinadas, ya sea en cuanto a tamaño, a un tipo de asa larga o trenzada…", explica Antonina sobre una forma de trabajo en la que también ha encontrado una constante de inspiración para sus diseños. En cualquier caso, y al margen de los productos creados a petición, la firma de Kadyrova también presenta un pequeño stock de artículos en su catálogo online, entre ellos algunos bolsos y riñoneras, carteras y monederos así como todo tipo de complementos (llaveros, cinturones, pendientes, cuencos…). "Sé que en su momento cada una de estas piezas encontrará su dueño", asegura esta artesana rusa que aboga desde su pequeño taller en Vigo por el slow fashion y el consumo de manera consciente.  

El futuro y el legado de la tradición

Antonina Kadyrova con varias de sus piezas artesanales. Foto: Cedida

Como decíamos al comienzo, el oficio del cuero ha sido transmitido de generación en generación, preservando toda clase de conocimientos y técnicas ancestrales que se remontan a siglos atrás en el tiempo. Lo cierto es que los artesanos del cuero no solo dominan la destreza manual y el ingenio a la hora de dar vida a piezas repletas de alma, sino que también muestran un profundo respeto por las raíces de este loable oficio. "Invito a todos a explorar la artesanía en cuero con todos los sentidos, siendo guardianes de esta tradición que encapsula la esencia de la creatividad humana", manifiesta Antonina en su afán de seguir construyendo un futuro de largo recorrido para el arte en cuero. "Yo últimamente me dedico bastante a lo que es la formación (...) hay mucha gente que quiere aprender y al final, en Vigo, no hay muchas opciones a parte de la Escuela de Artes y Oficios, si tienes la oportunidad y la suerte de entrar", explica. 

Es por esta razón que, desde su taller artesanal en Vigo, esta emprendedora rusa lleva ahora a cabo una formación presencial y continuada de iniciación al trabajo en cuero."Cada vez me gusta más poder enseñar y compartir lo que sé", reconoce. De hecho, cabe señalar que como docente ya había impartido varios cursos previamente en dos asociaciones por medio de la Diputación de Pontevedra, manteniendo en ambos casos un grupo bastante grande de futuros artesanos del cuero. "Yo soy muy perfeccionista e insistente, el tema de la artesanía me gusta trabajarlo muy bien (...)tienes que tener ganas y tienes que exigirte a ti mismo para seguir evolucionando en el oficio", agrega Antonina, cuyo sueño es poder abrir en un futuro no muy lejano una tienda-taller en el corazón de Vigo donde poder seguir difundiendo y preservando el espíritu de la artesanía en cuero.

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