Protesta en el campus de Villaviciosa de Odón (Madrid) de la Universidad Europea

Protesta en el campus de Villaviciosa de Odón (Madrid) de la Universidad Europea USO

Educación

El despido del 12% de la plantilla de la Universidad Europea abre la crisis: un fondo la compró en 2018

Será el ERE más grande de la historia de la educación española y el primero a profesores. Afectará a los campus de Madrid, Tenerife y Valencia. 

25 enero, 2021 20:54

Noticias relacionadas

La tragedia en la Universidad Europea de Madrid se venía mascando desde finales de 2018. Ahí fue cuando Laureate Education, una red estadounidense de instituciones privadas de educación superior con presencia internacional, decidió venderla al fondo de inversión británico Permira. “Lo hizo por 770 millones, un precio muy por encima de su valor”, explica a EL ESPAÑOL uno de los profesores cuyo puesto ahora está en el alambre. “Esa cifra era más de 15 veces el ebitda de la universidad, cuando el precio debería ser, como muchísimo, entre ocho y 10 veces superior”, explica. “Ahí nos dimos cuenta de que venían a ganar dinero, y punto”, añade.

Poco después, tan sólo dos meses tras la venta, el fondo de inversiones externalizó la gestión de las dos residencias que la universidad tiene en Villaviciosa de Odón (Madrid). Luego, intentó externalizar más. Y, aunque los resultados económicos de la universidad han sido relativamente buenos, ahora la Universidad Europea aplicará un ERE que afectará a 275 profesores. Se trata de un 12% de su plantilla, del ERE más grande de la historia de la educación española y el primero en el que son los docentes los afectados. Está haciendo historia, pero para mal, y afectará a sus campus en Madrid, Valencia y Tenerife.

Esta, a grandes rasgos, es la situación que está viviendo la Universidad Europea y que estos días tiene a sus profesores y estudiantes a punto de meter un pie en la trinchera. Ambos colectivos amenazan con una huelga durante la primera quincena de febrero y protestan porque consideran que la excusa que la empresa ha esgrimido para despedirles, la de la productividad y no la económica, no es tal. Consideran que el fondo de inversiones, que no está especializado en la educación, lo único que quiere hacer es ganar más dinero en detrimento de la calidad de la enseñanza.

Campus de Villaviciosa de Odón de la Universidad Europea de Madrid.

Campus de Villaviciosa de Odón de la Universidad Europea de Madrid. UEM

La de este martes va a ser una jornada clave en el conflicto. El Comité de Empresa ha mantenido este lunes su tercera reunión con los propietarios para intentar buscar una salida y este martes hará una videoconferencia con los profesores para explicar los avances, si es que los hay. Todos temen que ya digan el nombre de los despedidos. Además, el propio Comité celebrará sus elecciones también este martes y la participación, que se prevé masiva, puede acabar significando un pulso contra la patronal.

“Con la pandemia, la Universidad decidió que los profesores empezáramos a digitalizar los procesos. Con eso, hacen que produzcamos una docencia enlatada y hacen que baje la productividad. Nos dejaron sin subida salarial, nos hicieron trabajar a deshoras para que no repercutiera en la enseñanza de los alumnos y, después de un año así, el 14 de diciembre, antes de Navidad, nos dijeron que nos hacían un ERE histórico”, lamenta el profesor, que ha pedido no ser identificado.

La digitalización

Tal y como comenta el docente, que lleva muchos años trabajando para la Universidad, la empresa avisó de que iba a hacer el ERE el 14 de diciembre. Denuncia también que se trataba de una fecha trampa. Cuatro días después, el 18, empezaban las vacaciones a la vez que corría el plazo legal para establecer una mesa de negociación que tenía que estar conformada el 7 de enero, aún en periodo de vacaciones para parte de la plantilla.

En ese momento comienzan las negociaciones que acabarán con el ERE, el 7 de febrero, haya o no haya acuerdo. Y, justo en medio de las negociaciones, hay elecciones para el Comité de Empresa, todo un guirigay que venía avisando desde finales de 2018.

“Cuando estábamos con Laureate Education ya entendíamos que buscaban ganar dinero, por supuesto, pero por lo menos es una empresa del sector educativo. Pero el fondo ha estado metiendo mano en Telepizza, Cortefiel, ha intentado hacerse con Bimba y Lola… cuando pagan 770 millones sin conocer el sector, ya te choca de primeras”, explica el profesor. “Ahora, entendemos que, a pesar de que el cliente es el alumno, el objetivo del fondo es exprimir hasta el último metro cuadrado y hasta el último trabajador”, añade.

En la rotativa que mandó la empresa el pasado 14 de diciembre, Miguel Carmelo, el CEO de la Universidad Europea, dijo que el ERE se hacía con el objetivo de llevar a cabo una transformación: “Es imprescindible una reorganización de la estructura y los recursos de la Universidad”, apuntó, según ha podido comprobar EL ESPAÑOL. Esa reorganización de la estructura, ya empezó con el estado de alarma.

Según aseguran fuentes internas de la universidad, con la llegada de la pandemia la empresa pidió a los profesores que diseñaran contenidos en línea equivalentes a 12 horas de docencia. Eso, además, permite reciclarlo una vez hecho. “Así, si vas quitando 12 horas por cada asignatura a cada profesor, al final de cada cinco docentes te acaba sobrando uno. Además, en todas las clases han metido cámaras y micrófonos. Si ahora puedes tener a 20 alumnos, por las restricciones, al final puedes tener en la pantalla a 500”, apunta el docente. “Pero para atender a 500 alumnos, corregir sus ejercicios y despejar sus dudas, hace falta contratar a gente, no despedirla”, añade.

“Durante el estado de alarma, los profesores hicimos un trabajo extra increíble. Estuvimos corrigiendo y atendiendo fuera de nuestro horario, en circunstancias incómodas, y preparando las horas enlatadas que ahora retransmiten. El premio en marzo fue decirnos que no iba a haber subida salarial. Y tras un esfuerzo tremendo y quitarte las subidas, te dicen que 'lo has hecho muy bien, gracias… ahora te echamos'”, cuenta.

Los alumnos se suman

La Universidad Europea de Madrid nació en 1989 como Centro Europeo de Estudios Superiores, adscrito a la Complutense. En 1995, adquirió la condición de universidad privada. Bajo la propiedad de Laureate Education vivió una etapa de gracia que culminó en 2018 con el anuncio de la venta a Permira, que culminó a principios de 2019. Y es que, desde hacía unos años, Laureate llevaba un tiempo intentando capitalizar y deshaciéndose de todos los mercados que consideraba secundarios.

Se deshizo, así, de toda la Universidad Europea con sus campus en España y en Portugal. Pero también vendió los activos que tenía en Panamá, Costa Rica, Brasil, Australia, Nueva Zelanda, en 2019 y, en 2020, hizo lo propio en Honduras y Chile. Toda una sangría que en España se saldó con el centro de enseñanza en manos de un fondo de inversiones.

“Bajo la propiedad de Permira, mantendrán el enfoque en proporcionar una educación de alta calidad, proporcionando nuevas e innovadoras experiencias educativas. Continuaremos invirtiendo en los campus físicos y en reforzar la oferta online para satisfacer las necesidades de sus estudiantes”. Con esas palabras buscaba Permira tranquilizar a los alumnos y profesores de la Europea cuando la adquirieron. Dos años después, se ha desatado una crisis sin precedentes en el sector educativo.

Cabría pensar que es lógico que los profesores de la Universidad Europea critiquen el ERE porque afecta a su trabajo, como una especie de ludismo actualizado al siglo XXI, y que los alumnos se suman a sus demandas por pura simpatía. Pero no es del todo así, también arguyen motivos económicos.

Comunicado de la Asociación de Estudiantes de Psicología de la Universidad Europea de Madrid.

Comunicado de la Asociación de Estudiantes de Psicología de la Universidad Europea de Madrid. E.E.

La Asociación de Estudiantes de Psicología de la Universidad ha lanzado un duro comunicado estos días en el que muestran su posición, cristalina. “La calidad de enseñanza, la cercanía con los profesores, y la maestría de estos mismos es lo que ha hecho que la Universidad se sitúe entre las primeras universidades con mejor Docencia de España en el 2020 (...) Asimismo, debido a que nuestra Universidad es de carácter privado, la interacción entre profesores y alumnos se convierte en uno de los factores más apetecibles y prominentes de nuestra institución”, reza el comunicado.

Y amenazan: los alumnos entienden que, si se despide a personal docente, esa cercanía que se ha convertido en enseña puede verse afectada; por ello, piden una reducción de las tasas. De no lograrse, aseguran que podrían reclamar por incumplimiento de contrato. A fin de cuentas, ellos son los clientes. Es lo que tiene cuando cada universitario, en este centro, paga entre 1.100 y 1.200 euros al mes. El devenir de los próximos días es todavía un misterio. Pero la empresa no apunta que vaya a ceder. Los profesores y los alumnos, tampoco.