Christian Vidal, 'Torete' en redes sociales

Christian Vidal, 'Torete' en redes sociales

Sociedad

Christian (32), empresario, sobre su negocio de reventa: "Los coches de segunda mano los vendemos por 5 veces más"

Christian Vidal ha convertido su afición por los coches en un negocio rentable comprando en subastas, reparando y vendiendo con margen.

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Las claves

Christian Vidal, conocido como 'Torete', ha creado un negocio rentable comprando coches en subastas, reparándolos y vendiéndolos con grandes márgenes de beneficio.

Los coches se adquieren por precios que van desde 500 hasta 10.000 euros y, tras ser reparados, pueden venderse por hasta cinco veces más.

El proceso de subasta puede ser complicado y consume tiempo, ya que no siempre se concreta la compra inmediatamente tras ganar una puja.

El equipo de Christian maneja decenas de coches al mes, alternando entre ventas rápidas y reparaciones completas según el potencial de cada vehículo.

Christian Vidal, conocido en el mundo de internet como 'Torete', ha convertido su pasión por los coches en un negocio rentable dentro del mercado de vehículos de segunda mano.

Con tan solo 32 años, este joven emprendedor ha dado con la clave para generar ingresos de forma constante: adquirir coches en subastas a bajo precio, invertir en reparaciones estratégicas y devolverlos al mercado con márgenes de beneficio muy elevados.

"Compro coches en subastas que a lo mejor están tocados con algún golpe de chapa o problemas de motor, pero son cosas muy sencillas de reparar. Digamos que, a lo mejor, en dos semanas las tenemos reparadas", explica Vidal en el canal de Adrián Sáenz.

Un negocio rentable

La inversión inicial varía según el modelo, pero las cifras son tentadoras. "Compramos coches en 500 o 10.000 euros, depende lógicamente del coche, y al final los podemos vender por tres, cuatro o cinco veces más", afirma.

Lo que empezó como una afición, terminó convirtiéndose en un proyecto sólido. "Contamos con una nave personal donde tenemos todo lo necesario para preparar un coche, porque lo tenemos como pasión", relata.

El trabajo, sin embargo, no está exento de complicaciones. Vidal reconoce que el proceso de subastas puede ser tedioso y poco predecible.

"Las subastas son un poco coñazo porque no es ganar la puja y ya. Hay coches que ganas la puja y te dan el coche, y otras veces ganas la puja y te dicen: 'no, ahora tienes un mes para que el tío acepte el dinero'. Entonces pierdes mucho tiempo, no es todo súper bonito", apunta.

Pese a las dificultades, el negocio sigue siendo rentable. A veces, incluso, decide vender rápido para agilizar el flujo de capital.

"Hay coches que a lo mejor compro y digo ‘va, no le voy a sacar yo el último euro’. Lo compro y lo vendo. Por ejemplo, pongo a la venta un 206 GTI que tiene cuatro cosas, lo compro por 500 euros, lo pongo por 1100 y lo compran", comenta.

En otras ocasiones, opta por una reparación completa: "Otras veces decidimos repararlo nosotros, gastarnos 600 euros más y venderlo por 3000".

Con decenas de vehículos en juego cada mes, Vidal y su equipo manejan volúmenes considerables: "Estamos pujando a lo mejor por 50 coches. Imagínate que nos entran 10 de golpe, pues a lo mejor decimos: cinco los vendemos, les sacamos un pellizquito, y los otros cinco los reparamos".