Santiago y una persona en una vivienda turística (iStock).

Santiago y una persona en una vivienda turística (iStock). Montaje.

Sociedad

Santiago (26), empresario que gestiona 24 pisos turísticos: "Facturamos 180.000€ con un 20% de beneficio por vivienda"

Encontrar piso en España se ha convertido en una misión casi imposible. Mientras muchos no llegan a fin de mes, otros han hecho del alquiler turístico un negocio rentable.

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Las claves

Santiago, un empresario de 26 años, gestiona 24 pisos turísticos en toda España a través de su empresa Rentitup, con una facturación anual de 600.000 euros y un beneficio aproximado del 20% por vivienda.

El negocio de los pisos turísticos en España sigue creciendo, con más de 360.000 viviendas registradas en 2025, un 13% más que el año anterior, mientras el alquiler tradicional pierde peso.

La clave del éxito de Rentitup es la diversificación geográfica de sus propiedades y una gestión eficiente en distintas ciudades españolas.

El auge de los apartamentos turísticos está contribuyendo al aumento de los precios del alquiler y a la escasez de viviendas asequibles en las grandes ciudades y zonas costeras.

Encontrar piso en España se ha convertido en una auténtica carrera contrarreloj. Según el Ministerio de Vivienda, el precio medio del alquiler supera ya los 12 euros por metro cuadrado, todo un récord histórico.

En ciudades como Madrid o Barcelona, un piso de 30 metros cuadrados ronda los 1.100 euros mensuales. Mientras millones de jóvenes y familias buscan opciones de alquiler asequible, algunos inversores acumulan decenas o incluso cientos de pisos para alquilar o vender.

Este es el caso de Santiago, un joven de 26 años que junto a su socio, Jorge, han fundado Rentitup, empresa que gestiona alojamientos turísticos en más de 25 ubicaciones de toda España.

"Tenemos 24 pisos, siempre queremos más"

Su fórmula funciona. "A día de hoy estamos con 24 pisos. Nuestro diferenciador es que estamos en diferentes puntos de España. Esperamos cerrar el año con 32 pisos", explica Jorge a Libre a los 30.

Desde la fundación hasta hoy, han crecido a un ritmo vertiginoso. Su primera gestión fue una villa de lujo en Toledo. Hoy, esa casa por sí sola genera miles de euros anuales. "Vimos que se nos daba bien, que íbamos creciendo y esa fue la semilla", añade Santiago.

Rentitup factura ya cerca de 600.000 euros al año, pero el beneficio real se queda en torno a los 180.000 euros.

"El año pasado cerramos con un margen en beneficio de la empresa con un 20% por alojamiento. Varía un poco porque algunos son de propiedad, pero para que la gente se haga una idea... nuestra facturación está entre un 20% de esos 600.000 euros", dice el joven de 26 años. Es decir, unos 180.000 euros de facturación real.

"La clave no es solo tener muchos inmuebles, sino poder gestionarlos en cualquier punto de España", apunta. Y es que su red de pisos se reparte por más de 25 ubicaciones.

"El alquiler turístico no deja de ser un negocio de hostelería y requiere ciertas inversiones", asegura ante las cámaras.

Ambos siguen mirando hacia el futuro. "Queríamos invertir mucho en un inmueble en Madrid y ahora estamos enfocados en Rentitup", comenta Jorge. 

Su otra empresa de hostelería continúa en marcha, aunque su atención está centrada en los pisos. "Tienen que salir las cuentas. Somos muy ambiciosos, dormimos seis horas al día y queremos más siempre, en todos los ámbitos", confiesa Jorge.

Mercado descompensado

El negocio de los pisos turísticos no deja de crecer. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2025 ya hay más de 360.000 viviendas registradas en España, un 13% más que el año anterior.

Una cifra que refleja hacia dónde se está moviendo el mercado: cada vez más propietarios apuestan por el alquiler vacacional como una forma más rentable y segura de sacar partido a sus inmuebles.

Mientras tanto, el alquiler tradicional sigue retrocediendo. Solo el 24% del parque de viviendas se destina ya a este tipo de uso, mientras los precios continúan disparados.

El resultado es un mercado descompensado: las zonas costeras y los centros de las grandes ciudades se llenan de apartamentos turísticos, mientras que los alquileres asequibles se convierten en una auténtica rareza.