Imagen de Pascual Ariño y una imagen generada por IA de un autónomo trabajando.
Pascual, español en Andorra: "No es normal que a un autónomo le quites el 21% de IVA, el IRPF y le subas la cuota"
El inversor inmobiliario que decidió marcharse de España por los impuestos fue muy crítico con el sistema de cotizaciones y fiscal.
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La anunciada propuesta del Gobierno para incrementar la cuota de los autónomos continúa generando controversia y debates, especialmente entre aquellas voces más críticas con la presión fiscal de España.
Aunque el Gobierno parece haber rectificado en su propuesta, lo cierto es que los autónomos han sido especialmente reacios a estas medidas, señalando cómo podría asfixiarlos entre tantos pagos y burocracia cada mes.
Así, este tema llegó a LaSexta Xplica, donde el inversor inmobiliario residente en Andorra, Pascual Ariño, no tardó en cargar contra los impuestos y cotizaciones en España.
El problema con los impuestos
En España, los trabajadores autónomos constituyen una parte esencial del tejido económico, representando a profesionales de sectores muy diversos que sostienen buena parte de la actividad productiva del país.
Sin embargo, este colectivo se enfrenta a múltiples retos estructurales, entre ellos la inestabilidad de ingresos, la dificultad para acceder a prestaciones sociales y una compleja carga administrativa.
Uno de los principales motivos de preocupación entre los autónomos es la presión fiscal. A pesar de ser motores de empleo y emprendimiento, muchos denuncian que el sistema de cotizaciones y tributos no se adapta a la realidad de sus ingresos, especialmente en los casos de quienes facturan de manera irregular o con márgenes muy ajustados.
Las cuotas fijas a la Seguridad Social y las obligaciones trimestrales con Hacienda pueden suponer un esfuerzo económico desproporcionado.
En los últimos años, el debate sobre la fiscalidad de los autónomos ha generado relevancia política y social. Se discuten reformas que busquen un equilibrio entre la sostenibilidad del sistema y la necesidad de aliviar la carga sobre estos trabajadores.
La búsqueda de un modelo más justo, flexible y progresivo es clave para garantizar que el trabajo por cuenta propia siga siendo una opción viable y atractiva en el mercado laboral español.
De tal manera, aquella propuesta del Gobierno anunciaba su intención de subir las cotizaciones situándolas entre 17,37 euros mensuales y 206,24 euros según la facturación del autónomo han generado gran malestar. De hecho estas subidas podrían incrementarse mucho más en los años posteriores.
Por ello, Pascual Ariño, inversor español en Andorra, fue especialmente crítico con estas medidas y no dudó en cargar contra los impuestos, dado que esa es precisamente la razón por la que abandonó España por el principado.
"Te voy a contar no solo mi opinión porque justamente hoy he hecho una encuesta en mis redes sociales. Todas y todas las respuestas que me han dicho es que abusan y los impuestos no van donde tienen que ir", apuntaba Ariño.
El inversor fue claro: "No es normal que una persona que sea autónoma y facture 1.000 o 1.500 euros, pague el 21% de IVA, luego le quiten el IRPF y encima tenga que pagar la cuota de autónomos, que ahora la han subido. También tiene que pagar la cuota de asesoría porque encima no nos enseñan educación financiera".
"Al final, el IVA, el IRPF, la cuota de autónomos y la asesoría, porque no tenemos educación financiera ni sabemos calcular los impuestos ni sabemos hacer la declaración de la Renta", aseguraba. "¿Qué le queda a esa persona para vivir? ¿Qué fomenta eso? Economía sumergida".
Sin embargo, ante las críticas, el Gobierno no tardó en revelar que finalmente optaría por congelar las cuotas para aquellos autónomos con menor facturación y subírselas al resto como máximo un 2,5% para el 2026, por debajo del IPC.