Imagen de José, dueño del negocio y una imagen generada por IA de una máquina expendedora.

Imagen de José, dueño del negocio y una imagen generada por IA de una máquina expendedora. Gemini

Sociedad

José, dueño de un negocio de máquinas expendedoras, sobre el dinero que gana: "Si vende 10 productos al día, se paga sola"

El empresario explicó cómo funciona la industria de las máquinas expendedoras, su funcionamiento y su rentabilidad.

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Las claves

El negocio de las máquinas expendedoras ofrece una fuente de ingresos pasiva y constante, con una inversión inicial recuperable en un año y medio.

La industria ha evolucionado con sistemas de pago que incluyen tarjetas de crédito, adaptándose a la demanda de comodidad y consumo rápido.

La ubicación estratégica de las máquinas es crucial para su éxito, destacándose en lugares de alto tránsito como hoteles y gimnasios.

Se recomienda evitar el uso de marcas blancas para asegurar mejores ventas y escuchar consejos sobre la colocación y gestión de las máquinas.

Si hay un negocio que funcione 24 horas al día, que sea pasivo y que no requiera de una atención constante es el de las máquinas expendedoras.

Así, pueden convertirse en toda una fuente de ingresos que logra que con productos tan simples como snacks o bebidas, se logre rentabilizar de manera exitosa.

De ese modo, el canal de Youtube de Adrián G. Martín se encargó de analizar esta industria contando con José, empresario de un negocio de máquinas expendedoras y que explicó el funcionamiento de esta industria.

Con máquinas y a lo loco

En los últimos años, la industria de las máquinas expendedoras ha experimentado un notable crecimiento impulsado por la demanda de comodidad y consumo rápido.

De hecho, si hasta hace poco solo se podía pagar con monedas, poco a poco se fue sumando la manera de pago con billetes hasta llegar a la actual: las tarjetas de crédito. "Es la evolución más notable en este tipo de máquinas", aseguraba el empresario.

Estos dispositivos, presentes en estaciones, oficinas o gimnasios, se han convertido en una alternativa práctica para adquirir productos sin necesidad de atención humana.

Por ello es que son una buena y exitosa fuente de ingresos, siempre con una buena planificación y estrategia de mercado.

"Dejando impuestos a parte, una máquina saldría sobre los 6.000 o 7.000 euros", señalaba José. "Nosotros el cálculo que hacemos es que si la máquina es capaz de vender 10 o 15 productos al día, prácticamente se está pagando sola".

Eso sí, su amortización está asegurada: "En un año y medio ya se ha amortizado. La máquina tiene una vida útil de 12 años, con lo cual es rentable siempre que tengamos ese volumen de ventas. También es importante que sean precios populares".

Además, tal y como menciona el director comercial de la empresa, Toni, estas máquinas tienen un gran nivel de rentabilidad. "De ganancia general unos 1.500 euros, si lo partes entre tres, unos 500 euros por cabeza. 500 euros vale el producto, 500 para el cliente y otros 500 para el que distribuye", apuntaba.

Por ello José considera clave la colocación de la máquina. Su ubicación puede asegurarle el éxito o condenar sus ventas al fracaso.

"En el caso de hoteles que es nuestro principal nicho, intentamos que el cliente coloque la máquina ya sea cerca del ascensor o de la escalera, que es por donde va a pasar la gente y lo van a ver", indicaba.

Este servicio viene sin compromiso de permanencia, sin fondo económico y un beneficio del 30% de comisión de la facturación. "Si ha facturado 1.500 euros, se queda con 500. Nos ocupamos de cualquier incidencia, de recargarlo de productos y nos ponemos en sus manos para que nos indiquen qué tipo de productos pueden funcionar mejor", aseguraba José.

Sin embargo, el empresario reconoce que en ocasiones personas que deciden colocar máquinas expendedoras cometen diferentes errores como "no dejarse aconsejar".

"Piensan que es poner una máquina y hacer dinero cuando realmente requiere de mucho esfuerzo", aseguraba el dueño. "¿Cómo conseguimos llegar al cliente? Pues a base de llamar a la puerta varias veces, presentarnos y ver cómo nos pueden escuchar. Hay que crear esa necesidad".

También no dudó en señalar cómo el uso de marcas blancas tiene un efecto perjudicial en las ventas de la máquina: "Puedes tenerla muy llena y muy bonita pero si la marca no es conocida, no te los van a comprar o te lo comprarán mucho menos".

Por tanto, la pregunta del millón: ¿Es rentable? El directo comercial lo tuvo claro. "Por supuesto. Es 24 horas, te evitas problemas de personal, siempre está activo y no hay fallos", reconocía Toni.