La reintroducción del águila imperial en Cádiz

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Sociedad

El águila imperial regresa a Cádiz: 8 nuevos polluelos ya vuelan en libertad en la provincia

Un grupo de expertos ha trasladado ocho crías de esta especie desde sus nidos en Córdoba a un entorno natural en Cádiz con el objetivo de reintroducir la especie en la provincia y monitorizar su comportamiento.

17 agosto, 2022 02:46
Aleksandra Ivanova Cristina Yusta

Una de las especies más amenazadas de nuestro entorno es el águila imperial ibérica, un ave endémica de la Península. En los años 60 y 70 estuvo muy cerca de la extinción, con tan solo 30 parejas conocidas, según indica el Ministerio para la Transición Ecológica. La especie sigue catalogada como en peligro, aunque las políticas de conservación puestas en marcha en 1980 han permitido una paulatina pero alentadora recuperación.

En la actualidad existen algo más de 400 parejas de esta especie en nuestro país, una enorme rapaz que puede alcanzar los 220 centímetros de envergadura: es la segunda águila en España por tamaño, después del águila real. En Andalucía se concentra una gran proporción de estas aves y los asentamientos crecen cada año, de hecho, en 2022 se registró un récord histórico de nacimiento de polluelos con 166 ejemplares.

Para facilitar la reinserción de esta especie en Andalucía, la empresa energética Iberdrola ha puesto en marcha una iniciativa que ha consistido en la recogida de ocho crías de águila imperial de distintos nidos en Córdoba -donde se concentra el 90% de la población de la especie- para después trasladarlas a un entorno natural en Cádiz. Este proyecto de recuperación, mantenimiento e investigación del águila imperial tiene como objetivo conseguir una población estable para esta especie amenazada y se ha llevado a cabo con la colaboración de la Junta de Andalucía, además de formar parte de la construcción de la nueva planta fotovoltaica Cespedera de Iberdrola.

El cuidado de los expertos, esencial para la reintroducción de las aves

El traslado de estas primeras crías ha resultado todo un éxito, que culminó con el primer vuelo en libertad de los polluelos. Las crías fueron escogidas por su alto riesgo de supervivencia y, tras su recogida en distintos nidos de Córdoba, los pollos fueron custodiados por un grupo de profesionales hasta llegar a Cádiz. Allí se instalaron en unos jaulones “hacking”, fabricados especialmente para este proyecto y colocados estratégicamente para que los animales puedan acostumbrarse a su nuevo entorno.

Los jaulones “hacking” están diseñados para que los animales puedan alimentarse, crecer e iniciar el vuelo por primera vez sin ningún tipo de contacto con los expertos dedicados a su protección y cuidado, quienes, además, controlan su comportamiento desde la más absoluta sutileza. Con el tiempo, el águila identificará estos jaulones como nidos y, tras su suelta, volverá a ellos para la futura crianza de polluelos, un fenómeno conocido como “filopatría”, que constituye la tendencia de algunos animales a permanecer y reproducirse en el mismo territorio en el que nacieron.

Además de garantizar la reinserción y protección de esta especie endémica, esta iniciativa cumple con una función de investigación, lo que permite a los profesionales aumentar su conocimiento sobre el comportamiento de las aves. Entre algunas de las actividades que se han puesto en práctica para saber aún más sobre el águila imperial destaca el marcaje GPS, que permitirá seguir sus costumbres migratorias.

La reintroducción del águila imperial en Cádiz tiene como fin último conseguir una población estable de esta especie en la provincia, que ya cuenta con 6 parejas nidificantes. Para este proyecto, Iberdrola ha destinado hasta ahora 65.000 euros a las diferentes actividades del proyecto y espera que en los próximos años estas aves se relacionen con poblaciones de otros lugares de Andalucía, como Sierra Morena y Doñana.

Equilibrio medioambiental

La energética sigue trabajando para la protección de la biodiversidad de los territorios andaluces, donde cuenta con numerosas instalaciones de energía eólica y fotovoltaica y donde trabaja con las administraciones autonómicas y locales.

Pero no solo en Andalucía, sino en toda España, la compañía cuenta con numerosas iniciativas para la protección del medioambiente. Entre ellas está, por ejemplo, el Programa Árboles, a través del cual Iberdrola plantará unos 20 millones de árboles hasta el final de esta década, para cumplir unos objetivos de reforestación y con los que capturará aproximadamente seis millones de toneladas de CO2.

Y en algunas de sus plantas fotovoltaicas de Cáceres, Badajoz y Huelva se han instalado más de 300 colmenas (que congregan unas 15 millones de abejas) para apoyar la apicultura y preservar la biodiversidad de los entornos naturales. Ejemplos como estos forman parte de las más de 1.450 acciones de protección a la biodiversidad que Iberdrola ha llevado a cabo en los últimos tres años.