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Sociedad

Cuando un trabajo te cambia la vida

Encontrar un empleo puede ser una tarea difícil para personas en riesgo de exclusión social. Pero algunas empresas ofrecen las oportunidades necesarias para su inserción laboral. 

22 marzo, 2022 03:29

Vivir una vida tranquila, estable y con cierta libertad económica es una aspiración, podríamos decir, casi universal. Y en la búsqueda de este equilibrio, el empleo es un factor determinante en cómo se desarrollan los proyectos de vida de las personas. Para Javier Sancho, empleado de Clece en el servicio de limpieza de la Universidad de Valladolid, encontrar su actual trabajo le “salvó la vida”.

Por su situación de desempleo, Javier se encontraba en situación de riesgo de exclusión social, como más de 12 millones de personas en España, según el último informe AROPE. Hasta que se topó con Clece, la empresa de servicios esenciales en la que entró a través de las prácticas no laborales de un cursillo de limpieza. El contrato indefinido que consiguió con ellos, hace cinco años -en víspera de Reyes-, “ha significado una suerte muy grande, yo estaba en la calle, sin trabajo ni nada. Ya no vivo día a día”.

La empresa, que siempre se ha caracterizado por su acción y compromiso social, promueve “la incorporación de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad mediante la contratación. Se trata de proporcionarles la experiencia que facilite su inserción laboral y que alcancen una mayor autonomía a través de una mayor independencia económica”, explica Elena Alonso, responsable de Selección e Inserción Laboral de Clece.

En los campus universitarios de Valladolid y Palencia Clece presta servicio a través de una plantilla formada en un 9% por personas procedentes de colectivos vulnerables: personas en riesgo de exclusión, con diversidad funcional o mujeres víctimas de violencia de género. Una plantilla que se ha gestado gracias a la colaboración de Clece con diferentes entidades sociales y organizaciones sin ánimo de lucro, que son las encargadas de poner en contacto a la empresa con personas que necesitan un empleo.

Como el de Javier, este fue también el caso de Claudia Álvarez (nombre ficticio), empleada de Clece en el servicio de limpieza de la Universidad de Valladolid. “Antes de encontrar este trabajo no me había ido muy bien. Estuve mucho tiempo limpiando, en casas, en alguna empresa para cubrir sustituciones, pero yo quería una estabilidad como la que me han dado ahora”. Debido a sus circunstancias personales, acudió a una entidad social, donde se encargaron de concertar una entrevista con Clece. De eso hace ya seis años, y ahora, asegura, “soy otra persona”.

El largo camino de la búsqueda de empleo

Los trabajos precarios han sido la principal dificultad que muchas personas, como Claudia o Javier, han tenido que enfrentar para salir adelante. De media, en España, los contratos temporales suponen el 29% del total de empleos, aunque en 2021 la temporalidad mejoró ligeramente hasta descender al 26%, según datos del SEPE.

Pero los factores externos, el sistema económico y las condiciones del mercado de trabajo no son los únicos que influyen en la búsqueda de empleo. Según explica la responsable de selección laboral de Clece, “para las personas en riesgo de exclusión social, cuando estás fuera del mercado laboral durante mucho tiempo se generan dentro de uno mismo pensamientos de incapacidad. Uno mismo pierde el concepto de poder trabajar”.

Cuando se generan este tipo de situaciones, la búsqueda de empleo se convierte en un proceso arduo y largo, con la dificultad añadida de unas circunstancias personales más duras. Antes de encontrar este trabajo, Javier Sancho se encontraba recogiendo chatarra. Y con tres hijos a su cargo, “a mí lo que me hacía falta era un trabajo”, cuenta.

A veces, lo único que se necesita es que se presente la oportunidad, porque tal como explica Javier, “nunca había trabajado en el sector de la limpieza, cuando entré no sabía y a mí me enseñaron a abrillantar suelos y a limpiar cristales. Todo se enseña y se aprende y todos tenemos derecho a trabajar”.

Historias como la suya son las que contempla día a día Eduardo Casado, encargado general de Clece en el servicio de limpieza en la Universidad de Valladolid. “Hay gente que venía de estar pasándolo muy mal. El problema que tienen es que les den una oportunidad para incorporarse al mercado laboral. Una vez empiezan a trabajar con nosotros ya empiezan a vivir de otra manera, se les nota un cambio muy grande”.

Otro ejemplo de ello es Claudia, quien asegura que, gracias a la confianza que depositaron en ella, “mi vida ha cambiado después de haber encontrado este trabajo. Tengo una estabilidad de sueldo todos los meses, soy más feliz y he salido adelante yo sola con mi hija”.

A cambio de poder cambiarle la vida a una persona, desde la empresa, explica el encargado de Clece, “solo tenemos que invertir un poco de tiempo en ellos para que las cosas funcionen”. Así, se intenta adaptar el puesto de trabajo a cada empleado, por ejemplo, escogiendo los centros de trabajo más cercanos a sus domicilios o intentando adaptar los horarios para facilitar la conciliación.

Más de 9.200 personas pertenecientes a colectivos vulnerables forman parte activa de la plantilla de Clece en toda España, haciendo de la inserción laboral una de las principales misiones de la compañía. En este sentido, el trabajo realizado con las personas en situación de exclusión, concluye Elena Alonso, “supone un valor añadido para la compañía y el enriquecimiento de las plantillas”.