Francisco Javier Álvarez Beret, posando para EL ESPAÑOL.

Francisco Javier Álvarez Beret, posando para EL ESPAÑOL. David Morales EL ESPAÑOL

Reportajes

Beret: "Mi hermana murió por una negligencia médica, parece que se dejaron algo dentro. Fue la cosa más dura del mundo"

"Las mejores baladas de la historia se han hecho desde la derrota" // "Todas mis canciones nacen de la imperfección y del desequilibrio de un momento puntual".

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Francisco Javier Álvarez Beret (Sevilla, 1996) llora palabras que se convierten en letras. Letras que se convierten en canciones y que sirven de refugio para muchos. Maneja las emociones para transitar sin miedo por lo doloroso de la vida.

Es ahí donde dialoga con la belleza. Lo hace, una vez más, en 'Lo bello y lo roto', su tercer álbum, en el que vuelve a abrir las puertas de su mundo emocional, donde en cada cicatriz, cada pérdida y cada desamor demuestra una fragilidad que lo fortalece.

Su música explora la vulnerabilidad como fuente de verdad en un mundo que oculta lo que siente: "Todas mis canciones nacen de la imperfección y del desequilibrio de un momento puntual… normalmente escribo por la necesidad de expresar algo", dice.

Beret posando para EL ESPAÑOL.

Beret posando para EL ESPAÑOL. David Morales EL ESPAÑOL

Y, a pesar del desgarro, encuentra en la música un consuelo y un puente con quienes lo escuchan: "Pocas personas que están tristes dicen: 'voy a escuchar algo alegre'. Quieren desahogarse y se desahogan en la tristeza", explica el cantante en una entrevista con EL ESPAÑOL.

Sin embargo, antes de aprender a gestionar la belleza y la tristeza, Beret acogió el éxito de la peor manera posible: con ataques de ansiedad que lo llevaban al límite y lo paralizaban.

"Pensaba que no estaba aprovechando el momento y que no era feliz. Y eso era lo que más ansiedad me creaba. Iba con prisas. Me frustraba el querer aprovechar el momento y disfrutar y no poder hacerlo. Y eso lo transmitía en mis canciones. Ahí me di cuenta de que no quería compartir nada ni componer si no contaba lo que me estaba pasando", comenta.

Con cerca de 6 millones de oyentes mensuales en Spotify, Beret copa las listas de éxitos, esas que están plagadas de géneros urbanos y reguetón. El sevillano es casi una excepción. "Yo amo a Daddy Yankee y lo escucho desde que era pequeño, pero no me imagino a nadie diciéndole: "oye, tus frases me han emocionado profundamente". Que lo mismo sí, eh. Pero yo me alegro de hacer la música que hago porque creo que de verdad sirve para dejar una huella emocional", señala.

Pregunta.- Lo bello y lo roto es un álbum íntimo, emocional, háblame un poco de él. ¿Qué quiere transmitir con este álbum?

Respuesta.- Para componer 'Lo bello y lo roto' he tenido como referencia un arte japonés que se llama Kintsugi, cuyo mensaje habla de resiliencia. Y esa idea la quería llevar a la temática de las canciones. Y basándome en ese mensaje lo que quiero transmitir con este álbum es la idea de que dentro de lo negativo existe una belleza.

P.-También este álbum habla de cicatrices, de vulnerabilidad. ¿Por qué es importante hablar sobre estos temas?

R.- En primer lugar, escribo estas canciones que hablan sobre estos temas como una forma de desahogarme yo mismo. Y, al mismo tiempo, creo que es muy importante poder transmitir mediante mis letras mensajes emocionales que calen en lo profundo de quien las escucha.

Beret siendo entrevistado.

Beret siendo entrevistado. David Morales EL ESPAÑOL

P.-Lo bello y lo roto, una contradicción que habla de la belleza que se revela en la imperfección de las cosas rotas, ¿hubo alguna imperfección personal o artística a la hora de componer el disco?

R.- Claro, todas mis canciones nacen de la imperfección y del desequilibrio de un momento puntual. Algunas de mis canciones nacen por diversión, y suelen ser en las que transmito algo positivo. Pero normalmente escribo por la necesidad de contar algo. Y es ahí donde radica la
emoción.

P.- ¿Hubo alguna canción de este álbum que le doliera especialmente componer por el grado de implicación que conllevaba?

R.- Una canción que se llama 'Hola, qué tal?', que la compuse en Buenos Aires, y me costó porque mientras la escribía no podía parar de llorar. Es una canción muy directa y muy real.

P.- ¿De qué habla esa canción?

R.- Habla de qué le dirías a esa persona si volvieras a encontrártela de nuevo, habiendo pasado muchísimo tiempo... Y cuando empecé a componerla quería buscar frases complejas que lograran transmitir esa idea de encuentro y, sin embargo, me di cuenta de que en la simpleza de un "Hola, ¿qué tal?, ¿cómo te va la vida?", nacía absolutamente toda la emoción.

P.- ¿A quién está dedicada?

R.- Esa persona lo sabe. Y cuando se lo dije no quiso escucharla.

Beret sentado, posando para EL ESPAÑOL.

Beret sentado, posando para EL ESPAÑOL. David Morales EL ESPAÑOL

P.- Demasiado duro, ¿no?

R.- No quería pasarlo mal, pero bueno, creo que la escuchó al final.

P.- Vayamos a otra canción: '¿Cómo va a saber de amor?', una balada cruda, desgarradora también... ¿De qué herida o vivencia personal habla en esta canción?

R.- Esta canción es una respuesta a una amiga que está viviendo una relación tóxica con su pareja y, aun siendo consciente de ello, decide seguir. Yo hago esta canción para hacerle entender lo que está ocurriendo en su vida. Pero bueno, creo que este tipo de relaciones tóxicas, por desgracia, son muy frecuentes a día de hoy. Todos conocemos a dos personas que se matan y se aman al mismo tiempo.

P.- ¿Usted también se ha visto inmerso en una relación así?

R.- Sí, y eso me ha llevado a pensar, en ocasiones, que compensaba sufrir lo negativo de la relación siempre y cuando viviera también esos instantes de dopamina y felicidad que te llevan a creer que esa persona es la mejor del mundo, sabiendo que no.

P.- Sus canciones hablan mucho de desamor. Para componer así, ¿hay que haber sufrido mucho?

R.- Bueno, creo que hay que fallar mucho en el amor para escribir sobre él. Cuando uno está felizmente enamorado no tiene mucho que contar. Las mejores baladas de la historia se han hecho desde la derrota.

P.- Hablando de tristeza como motor para componer. Muchos tachan a sus canciones de ser demasiado tristes. ¿Qué encuentra en la tristeza?

R.- Pocas personas que están tristes dicen: "voy a escuchar algo alegre". Quieren desahogarse y se desahogan en la tristeza. Creo que la tristeza es también un motor de cambio. Las canciones tristes hacen pensar y reflexionar. Y creo que mis canciones generan un efecto mariposa. Muchos las comparten con amigos para expresar cómo se sienten. Y sólo por eso merece la pena porque inconscientemente estoy haciendo un bien sin darme cuenta.

P.- ¿Y dónde encuentra Beret la felicidad?

R.- En muchísimas partes de mi vida y en muchas cosas. Cuando estoy feliz no compongo. Hago de todo menos componer. Cuando estoy feliz no tengo nada que contar pero, a veces, me meto en el estudio y me divierto e intento contagiar a la gente de esa buena vibra también.

P.- A pesar del éxito, siempre ha estado muy conectado a su Sevilla natal. ¿Qué significa mantenerse pegado a sus raíces?

R.- Pues llevo solamente tres años viviendo en Madrid, hasta que ya era inviable y tuve que mudarme a la capital por trabajo. Pero para mí Sevilla es mi zona de confort. Allí está mi familia, mis amigos. Y eso está arraigado a mí tanto a la hora de componer como en mi personalidad. Yo creo que es importante tener en mente de dónde vienes, aunque no puedas estar físicamente allí.

P.- Su vida cambia radicalmente en 2015 tras aquel hit, 'Lo siento'. ¿Cómo gestionó el éxito tan repentino?

R.- Bueno, con mucha ansiedad. En ese momento no sabía cómo gestionar las cosas. Pensaba que no estaba aprovechando el momento y que no era feliz. Y eso era lo que más ansiedad me creaba. Iba con prisas. Por más que me fuera bien, pensaba que me podría ir aún mejor. Hasta
que me doy cuenta de que en realidad solo tenía que dejarme llevar y disfrutar. Pero eso lo ves más tarde.

Beret habla con EL ESPAÑOL sobre su trayectoria.

Beret habla con EL ESPAÑOL sobre su trayectoria. David Morales EL ESPAÑOL

P.- Curioso. A veces sólo hay que aprender a ser feliz.

R.- Es que, ¿sabes qué pasa? Y te lo dirán muchos artistas. Cuando más feliz está uno, no suele ser casi nunca cuando mejor le va profesionalmente

P.- ¿Por la presión?

R.- Exacto. Y a mí me pasó eso.

P.- Pero es que después de ese hit, era muy difícil no bajar el listón, ¿no?

R.- Claro, claro. A día de hoy, hay gente que va a mis conciertos solamente por escuchar 'Lo siento'. Con eso se explica todo.

P.- ¿Cómo ha sido convivir con esa infelicidad y presión?

R.- Complicado. En 2017 empecé a sufrir ataques de pánico, incluso taquicardias. Pero es verdad que desde hace años voy a terapia, y la verdad es que ya estoy súper bien. Pero, en ese momento, me frustraba el querer aprovechar el momento y disfrutar y no poder hacerlo. Y eso lo transmitía en mis canciones. Ahí me di cuenta de que no quería compartir nada ni componer si no contaba lo que me estaba pasando.

P.- ¿Cómo eran esas taquicardias?

R.- En la ansiedad existe una sintomatología muy amplia. Te pueden dar taquicardias, te puede dar mareos, dolor de cabeza, parestesia, que significa que empiezas a no sentir los brazos. Todo eso es irracional. No te está dando un ataque al corazón ni te estás volviendo loco. Pero
es la forma que tiene tu cerebro de mandarte una señal de que estás sufriendo un desequilibrio
emocional.

P.- ¿Ha sido tímido?

R.- De pequeño, sí. Lo pasaba muy mal. Recuerdo decirle a mi madre que no quería ir al colegio y me ponía a llorar. Pero luego ya rompí esa barrera. No me quedaba otra que no serlo.

P.- Y pasó de eso a subirse a un escenario con miles de personas delante. ¿De qué manera también la ansiedad ha moldeado su manera de enfrentarse al público?

R.- En realidad, es curioso. En mi caso, la ansiedad se ha manifestado más yendo a comprar el pan que encima de un escenario. En realidad no depende de las circunstancias. Depende de lo que tú interpretes de las circunstancias. Para mí un escenario es un lugar donde lo tengo todo
controlado porque he ensayado. Está todo en tu cabeza. La incertidumbre es lo peor para la ansiedad.

P.- ¿Dónde ha sufrido su mayor ataque de ansiedad?

R.- Es difícil de saber. Pero más allá de la ansiedad constante provocada por esa presión, he sufrido ataques de ansiedad en alguna situación donde había tanta gente que he pensado, "pero qué locura es esta, tío". Es decir, en situaciones donde hay mucha gente y la cosa se puede descontrolar. Hace poco hice una quedada masiva en el Templo de Debod y sufrí una ansiedad de la hostia. De todas formas, en esas situaciones de tanta masificación de gente, lo lógico es que te de ansiedad. Si no, es que estás muerto (ríe).

Beret habla con EL ESPAÑOL sobre sus ataques de ansiedad.

Beret habla con EL ESPAÑOL sobre sus ataques de ansiedad. David Morales EL ESPAÑOL

P.- Siempre le ha seguido mucha gente, y no ha parado de estar en las listas de éxitos. ¿Cuál cree que es la clave para encajar en ese esquema de la radiofórmula donde muchos artistas no consiguen encajar?

R.- Bueno, la realidad, y siendo muy frívolo, existe una fórmula. Y es que pocas canciones que no tengan un estribillo salen en la radio. Ahí la estructura es muy importante.

P.- ¿Tiene eso presente a la hora de componer?

R.- Yo no hago las canciones para la radio. Pero es verdad que yo hago muchas canciones que tienen esa estructura, pero porque me salen así. Y también es verdad que si algo suena mucho en la radio es porque le provoca algo a la gente, aunque muchos piensen que son canciones de mierda. Pero si a tanta gente le gusta es por algo.

P.- Ahí tiene que competir con géneros masivos como el reguetón. ¿Qué piensa cuando tiene que competir con Daddy Yankee?

R.- Bueno, creo que es otro estilo diferente. Y hay gente que se motiva y sale de fiesta y va al gimnasio con Daddy Yankee. Él se hace una hora y media de cardio en cada concierto. Y eso no es fácil.

P.- No infravalora lo que hacen ellos

R.- No, no, yo escucho reguetón también. Y escucho a cantautores. Escucho desde Jorge Drexler hasta Daddy Yankee.

P.- ¿Qué tiene Beret que no tenga Daddy Yankee?

R.- Yo amo a Daddy Yankee y lo escucho desde que era pequeño, pero no me imagino a nadie diciéndole: "oye, tus frases me han emocionado profundamente". Que lo mismo sí, eh. Mi música creo que se sustenta más en el poder de las letras, y él transmite con su flow. Pero yo me alegro de verdad de hacer la música que hago porque creo que de verdad sirve para dejar una huella emocional.

P.- ¿Qué es lo que más echa de menos de su vida anterior a conocer la fama?

R.-El no tener esa alarma de que en cualquier momento alguien me pueda estar observando. Que a lo mejor nadie me conoce cuando voy a un sitio, pero aún así me siento observado. Eso le pasa a mucha gente conocida y cuesta mucho quitárselo.

P.- ¿Y qué es lo mejor que le ha dado la fama?

R.- Un montón de cosas. He podido viajar muchísimo y conocer un montón de culturas y muchas personas diferentes. Y también me llevo el poder hacer bien a la gente. Y, sobre todo, poder ganarme la vida con algo que no sabía si me iba a dar de comer.

P.- ¿De pequeño siempre tuvo claro que quería dedicarse a la música?

R.- Pues yo quería ser psicólogo.

Beret durante la entrevista.

Beret durante la entrevista. David Morales

P.- Bueno, al final hay algo en su música, según cuenta, que le lleva a sanar a la gente, ¿no?

R.- Sí, pero bueno, me hice cantante porque un amigo mío subió una canción mía a Youtube y lo petó y ahí me di cuenta de que quería dedicarme a esto. Pero antes de eso tenía miedo e inseguridad de que la gente me escuchara cantar. Pero cuando vi que a la gente le gustaba
tanto mi música se me fue todo eso.

P.- Pero era consciente de sus buenas cualidades para la música, ¿no?

R.- Sí, yo sabía que no cantaba mal, pero siempre tienes ese pudor y te lo guardas un poco para ti.

P.- ¿Por qué nos cuesta tanto expresar lo que sentimos?

R.- Porque cuando alguien se siente vulnerable se expone a que la gente le ataque Y creo que inconscientemente tenemos eso metido en la cabeza. Y cuesta mucho, a veces, poder ser uno mismo. Siempre queremos encajar. Y nos callamos lo que sentimos porque si muestras el dolor
te pueden atacar.

P.- A los hombres incluso parece que aún más todavía, ¿no?

R.- Sí, llorar parece que es algo que a muchos todavía les cuesta. A mí me ha pasado de que vengan hombres solos a mis conciertos y que me digan: "Mis amigos no saben que te escucho". Y me dan ganas de darles un bofetón (ríe).

P.- Imagino que una de las veces que más ha llorado fue con la muerte de su hermana, en 2022, a la cual le compuso una canción preciosa, 'Tata'. ¿De qué falleció ella?

R.- Pues ella se operó de un tumor benigno. En principio la operación no tenía por qué acarrear ninguna complicación ni riesgo. Nunca nadie había muerto de eso. Sin embargo, al cabo de cinco días le dio un fallo multiorgánico y falleció.

P.- Fue una negligencia médica, entiendo.

R.- Sí, esto no lo he contado nunca, pero tiene toda la pinta de que se dejaron algo ahí dentro durante la operación. De hecho estamos ahora con denuncias y eso.

P.- ¿Cuántos años tenía ella?

R.- 40 años.

P.- Era muy joven… ¿fue duro escribir esa canción?

R.- Pues imagínate, la escribí el mismo día que ella falleció. Y fue la cosa más dura del mundo. Aunque fue fácil de escribirla porque lo tenía tan presente y lo sentía tanto que volqué todos mis sentimientos en la canción. Y cuando la acabé me dije que no la iba a cantar jamás en público. Hasta que me di cuenta de que podía hacer mucho bien a mucha gente. Todos hemos perdido a alguien alguna vez. Y la he cantado una vez solo. Fue en el Wizink. Y ahora todo el mundo me la pide.

P.- Ella estará orgullosa de esa canción.

R.- Me acuerdo de ella todos los días. Y cada vez que me subo a un escenario también… Y oye, estoy pensando ahora que voy a cantarla en el siguiente Wizink (sonríe).