Localizan en Cuba a Martiño, el exlíder de En Marea fugado tras violar "sádicamente" a una niña, con nueva identidad y profesión
El profesor gallego, condenado de forma firme a 13 años de prisión por violar en repetidas ocasiones a una alumna de 12 años, reside desde hace meses en La Habana, donde se hace llamar "Martín" y se dedica a la fotografía.
Martiño Ramos Soto estuvo desaparecido desde septiembre. Cortó el teléfono, dejó su vivienda y se esfumó en el mismo silencio con el que durante años ocultó los abusos a la alumna de 12 añosa la que violó de manera"sádica" y repetida.
Según ha podido confirmar en exclusiva EL ESPAÑOL, el exlíder de En Marea vive en La Habana, donde utiliza el nombre de "Martín Soto" y trabaja como fotógrafo. Reside allí al menos desde julio de 2025.
En la capital cubana se mueve sin llamar la atención. Participa en pequeños talleres de fotografía, aparece en exposiciones colectivas y frecuenta cafeterías del barrio de El Vedado.
Viste ropa ancha, rostro afeitado y presenta un aspecto muy distinto al profesor que hablaba de feminismo en actos públicos de Orense. Nadie allí conoce su identidad real. Nadie sabe que sobre él pesa una condena firme por violar en al menos diez ocasiones a una alumna a la que dio clase durante siete cursos escolares.
Martiño Ramos Soto, también conocido en los círculos de izquierda como 'Martinho o Minho', en una imagen reciente utilizada para mostrarse como fotógrafo.
E. E.
"Dice que es fotógrafo documental. Que vino buscando tranquilidad", explica a este periódico una persona que ha coincidido con él en varios talleres. "Aquí vive como uno más. No habla de España".
La salida
Ramos Soto abandonó España antes de que el Tribunal Supremo confirmara la sentencia, lo que pudo permitirle viajar sin activar alertas. Cuando en septiembre la Guardia Civil fue a notificarle su ingreso en prisión, ya estaba fuera del país.
Las fuentes jurídicas consultadas indican que España no tiene tratado de extradición con Cuba, lo que complica cualquier entrega. "Mientras permanezca allí, es muy difícil traerlo de vuelta", resumen.
En sus redes —ahora parcialmente restringidas— aún quedan fotografías de calles habaneras, retratos urbanos y autorretratos con su nueva apariencia. Ninguna referencia a su pasado.
En 2024, la Audiencia Provincial de Ourense condenó a Ramos Soto a 13 años de prisión por violar de forma continuada a una alumna desde que ella tenía 12 años. El TSXG ratificó el fallo y, en julio de 2025, el Tribunal Supremo lo declaró firme.
El caso sacudió la política local. Ramos Soto había sido una figura visible en la izquierda ourensana: militó en IU, participó en el comité electoral de En Marea y se vinculó a Ourense en Común.
El 15 de septiembre debía ingresar en prisión. No apareció. Su coche seguía en Orense. Él, no. Durante semanas, la Guardia Civil rastreó la comarca de Celanova sin resultados. Todo habían sido testimonios vagos.
En La Habana, Ramos Soto se presenta simplemente como "Martín". No menciona su vida anterior más allá de decir que procede de Galicia. "Es discreto. Habla de cámaras, de retratos, de técnica. Nada más", relata otra persona del entorno artístico local.
Mientras tanto, la víctima —que hoy tiene 20 años— continúa en tratamiento por las secuelas de los abusos, con varios ingresos psiquiátricos e intentos de suicidio, como adelantó este periódico.
En La Habana, Ramos Soto ha logrado escapar de su vida. Lejos de su nombre, de su rostro, de la niña a la que destruyó y de las miles de personas que han estado pendientes de su captura.
España mantiene activa la orden de búsqueda. Pero ahora su paradero está confirmado y también la identidad bajo la que se oculta. Falta saber si habrá una vía para su retorno.