Bilal 'El Popeye' o 'Bily Popeye', con dos perros de presa, durante uno de los seguimientos de la Udyco.

Bilal 'El Popeye' o 'Bily Popeye', con dos perros de presa, durante uno de los seguimientos de la Udyco.

Reportajes

Bilal 'El Popeye', el famoso narco de Melilla que se ha fugado tras salir en libertad provisional: "Es un peligro público constante"

La Audiencia Provincial revocó el 22 de julio su libertad, por el riesgo de fuga a Marruecos ante las pruebas que le señalan como cabecilla de un clan.

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El apodo de Bilal suena a broma porque le conocen como ‘El Popeye’, como el famoso marino de los dibujos animados que era adicto a las espinacas y a su novia Olivia. Pero nada más lejos de la realidad, ya que este narcotraficante está calificado por la Policía Nacional como un “peligro público constante”, por su carácter violento, como el supuesto cabecilla de un conocido clan de venta de cocaína y hachís en Melilla.

EL ESPAÑOL ha confirmado que Bilal 'El Popeye' se ha esfumado después de conocer que la Audiencia Provincial revocaba su decisión de dejarlo en libertad, previo pago de una fianza de 10.000 euros: pura calderilla para este narco.

El 27 de mayo se produjo la puesta en libertad provisional del presunto líder del clan de ‘Los Popeyes’ y el Ministerio Público se opuso de inmediato. Lo hizo presentando un recurso de apelación donde alertaba de “un evidente riesgo de fuga” a países como Marruecos. Todo ello, en base a “la enorme gravedad" de los delitos por los que se le investiga, tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal, los cuales están penados con varios años a la sombra.

“De acordarse la libertad, el investigado podría continuar cometiendo hechos de naturaleza similar o fugarse al país vecino, máxime cuando sabe que está siendo investigado en las presentes diligencias previas y que podrían caerle penas elevadas de prisión”, tal y como expone el Ministerio Público en su recurso.

“No está lejana la fecha en la que este Ministerio formulará escrito de acusación, y por tanto, la inminencia del juicio oral aumenta el riesgo de fuga”. Y no andaba equivocado en sus argumentos el Fiscal, ya que la Audiencia Provincial estimó su recurso y ordenó la vuelta a prisión de Bilal, para asegurarse su presencia cuando se celebrara el juicio, pero para entonces ya era demasiado tarde porque andaba en paradero desconocido.

Bilal, alias 'El Popeye', junto a la imagen de una báscula con varios 'pollos' con cocaína.

Bilal, alias 'El Popeye', junto a la imagen de una báscula con varios 'pollos' con cocaína.

Hasta su abogado, Raúl Pardo-Geijo, uno de los penalistas más famosos del país, desconoce si Bilal A. M. (Melilla, 1992) está escondido en España o en algún país del continente africano.

El asunto no es baladí porque 'El Popeye' acumula "numerosos antecedentes" que vienen desglosados en el atestado de la Udyco sobre su arresto. Desde una tentativa de homicidio, a un robo con violencia empuñando una catana, desórdenes públicos, tenencia ilícita de armas, amenazas, tráfico de drogas, incluso fue capaz de herir a trece agentes policiales en 2014, uno de los cuales recibió un perdigonazo en un brazo.

Este narco podría evitar sentarse en el banquillo de los acusados, si logra aguantar fugado diez años: el plazo establecido para que prescriban los delitos por los que se le iba a juzgar próximamente, a la vista de que la instrucción judicial estaba a punto de concluir, para poner el broche a una investigación de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional que arrancó en abril de 2023. El despliegue incluyó pinchazos telefónicos y seguimientos con agentes de paisano al temido clan de 'Los Popeyes'. 

De momento, Bilal suma tres meses viviendo en la clandestinidad, ya que el auto de la Audiencia Provincial que le enviaba de nuevo a prisión data del 22 de julio. Pero 'El Popeye' no iba a retomar el rancho de la cárcel para privarse de lo que disfrutó antes de ser detenido y que se resume en el atestado policial que hablaba de "su tren vida", con una Honda de 13.000 euros o una Yamaha de 4.500 euros, a pesar de que "no se le ha conocido oficio legal hasta 2021".

La decisión judicial de dejarlo en libertad, solo seis meses después de entrar en prisión, tiró por tierra la ardua investigación desarrollada bajo secreto por la Udyco, para sacar de circulación a este narco de la Cañada de Hidúm: una barriada marcada por la droga. “Es la zona más marginal de la Ciudad Autónoma de Melilla", tal y como confirma una fuente de la Policía.

Una imagen de archivo de una redada policial en la Cañada de Hidúm.

Una imagen de archivo de una redada policial en la Cañada de Hidúm.

Los vecinos de esta barriada están acostumbrados a ver desfilar a unidades de élite policial, ariete en mano, para desmantelar narcopisos“Los camellos se suelen cuidar y van con pequeñas dosis de droga, no llevan encima todo el material que tienen. Todos los meses se desarticula algún punto de venta de droga y lo reabren en el mismo lugar o muy cerca".

Ese es el error que cometió Bilal A. M., de 33 años, alias ‘El Popeye’ o 'Bily Popeye', después de que la Udyco diera caza a dos miembros de su clan familiar que estaban en la diana de la ‘Operación Donald’. Así lo expone la Udyco en su atestado: "En Donald, se ha investigado la venta de cocaína al menudeo en un punto de la Cañada de Hidúm, por parte de cuatro varones de una familia llamada ‘Los Popeyes’ que se había dedicado, desde hace años, al tráfico de drogas en Melilla”.

El 6 de mayo de 2024 cayeron Mohamed A. M. y Samir A. M. Durante el registro a su garito, los agentes incautaron un “bloque de cocaína” de 31 gramos; un bote de pastillas con 15 ‘pollos’ de coca envueltos en plástico para su venta; así como dos tabletas de hachís que sumaban 194 gramos y 51 dosis de la misma sustancia. Pero el operativo se saldó sin el objetivo principal: 'Bily Popeye', un viejo conocido de las Fuerzas de Seguridad, respetado y temido a partes iguales en la Cañada de Hidúm porque no se anda con chiquitas.

“Bilal A. M. se pertrecha de armas ilegales o animales de presa, signo inequívoco de que tiene enemigos en el mundillo delincuencial, siendo un peligro público constante que siga vendiendo droga y llevando este tipo de armas para defender su negocio, en un lugar donde hay cafeterías e incluso una ludoteca y un centro de mayores, en el que al parecer trabaja de mantenimiento. Tales lugares son muy concurridos a diario y asisten menores de edad, con las consecuencias que conlleva la presencia de Bilal para la psicología de quienes ven su actividad”.

De hecho, el atestado policial subraya que el clan de ‘Los Popeyes’ “ha convertido en su guetto particular” la Cañada de Hidúm. “En relación al feudo que tienen formado ‘Los Popeyes’ en su barrio y en su punto de venta, Bilal A. M. es el más agresivo de todos ellos, teniendo multitud de denuncias que indican la manera como defiende el punto de venta del grupo ante la Policía o ante cualquier persona, por poderosa que sea o aunque sea un simple sospechoso […]”.

'Bily Popeye', a la izquierda, con dos perros de presa, y al la derecha, otro miembro del clan de 'Los Popeyes', durante los seguimientos a los que fueron sometidos por la Policía Nacional.

'Bily Popeye', a la izquierda, con dos perros de presa, y al la derecha, otro miembro del clan de 'Los Popeyes', durante los seguimientos a los que fueron sometidos por la Policía Nacional.

La personalidad de este treintañero le llevó a cometer la osadía de retomar el negocio familiar y la Policía Nacional recibió un soplo: “Esta Udyco recibió información posterior de que Bilal había vuelto a reactivar el negocio en el mismo punto y con el mismo modus operandi que el grupo había usado”. De forma que la droga volvía a fluir por las inmediaciones del Centro de Mayores de Huerta Vega, una ludoteca, varios comercios, cafetines...

Los agentes montaron dispositivos de vigilancia en vehículos de paisano, denominados 'cuervos', que inmortalizaron a 'Bily Popeye' sentado en una silla de plástico y luciendo una riñonera, como si estuviera tomando el fresco, mientras los coches se paraban delante suya 'misteriosamente', para recibir un 'pollo' por la ventanilla del copiloto. Otras veces lo pillaban haciendo un "recuento de billetes".

En esta nueva andadura del negocio familiar le acompañaba Amar A. M. (Melilla, 1989) y pasado un tiempo se sumó Samir (1973): detenido en la primera fase de la 'Operación Donald'. Prueba de ello es que la Udyco recalca que no tardó ni un segundo en volver a las andadas con el clan: “Nada más salir del Centro Penitenciario de Melilla ha vuelto a sumarse al negocio ilegal de vender droga”.

A este veterano delincuente de 51 años, con “numerosos antecedentes” por tráfico de drogas a sus espaldas, los investigadores le atribuyen el rol de “custodio diario” del garito porque “suele llevar armas blancas para defender el negocio”. Los 'cuervos' tomaron fotos y recabaron pruebas en cada dispositivo de vigilancia, corroborando que 'Los Popeyes' cubrían turnos para que el flujo de clientela no cesara en todo el día, que escondían el dinero de sus transacciones comerciales y los 'pollos' en motos y coches aparcados en la calle: un Ford Fiesta, un Opel Corsa, una Renault Kangoo, una Yamaha...

Droga intervenida por la Policía Nacional a clientes de 'Los Popeyes'.

Droga intervenida por la Policía Nacional a clientes de 'Los Popeyes'.

Los 'cuervos' también paraban a los clientes en controles sorpresa y les intervenían la cocaína. Hubo actas de incautación desde abril de 2023 hasta noviembre de 2024. Decir que la situación era cantosa era quedarse corto por el trasiego de vehículos: “Igualmente se valen de otras mulas, para realizar las entregas en diferentes puntos de la ciudad de Melilla, modalidad conocida en el argot policial como telecoca”. 

De modo que el 28 de noviembre de 2024, se puso en marcha la segunda fase de la 'Operación Donald' para “desarticular definitivamente” al clan de 'Los Popeyes', con la detención de su supuesto líder: Bilal, al que le pusieron los grilletes en la Carretera de Hidúm. La Udyco se incautó 161 gramos de hachís y 15,17 gramos de cocaína, así como 5.535 euros en metálico en billetes de 5, 10, 20 y 50 euros. 'Bily Popeye' seguía la máxima del menudeo de la barriada de no ir cargado de material bajo ningún concepto.

De ahí la importancia de la investigación desarrollada por la Udyco y que reconoce la propia Audiencia Provincial: "Las evidencias y fuentes de prueba de cargo frente al investigado [Bilal], se han visto acrecentadas, dadas las numerosas diligencias de investigación patrimonial, peritaje de vehículos implicados en la actividad de venta y demás diligencias de investigación practicadas, sin que se hayan visto disminuidas dichas evidencias de cargo por las declaraciones testificales [...]".

De hecho, la Audiencia recoge en sus diligencias que doce de los trece clientes que fueron pillados con el carrito de los helados, por la Policía Nacional, ofrecían “una versión anodina” de los hechos. O bien no sabían cómo acabó la coca en sus coches o bien desconocían la identidad de su camello. Pero esta mala memoria se debía a que todos guardaban una “relación de amistad intensa” con Bilal "desde la infancia". A lo que se suma que temen sus represalias. Por eso, ahora todo el mundo en Melilla asegura desconocer el paradero de 'El Popeye'.