Una imagen de uno de los campamentos de Euskal Udalekuak.

Una imagen de uno de los campamentos de Euskal Udalekuak.

Reportajes

Un campamento "feminista" en País Vasco presionó a menores a ducharse con sus monitores: "Dicen que es ducha sin ropa"

"Hacemos un esfuerzo para que les jóvenes puedan vivir su propia desnudez y su cuerpo (...) lo hacemos para que, en caso de que haya alguna persona trans, no se sienta categorizade", dice la organización de las colonias.

Más información:Las 22 familias en huelga de hambre en Vizcaya porque el colegio de sus hijos se queda sin ayuda

Publicada

Lo que iban a ser 15 días educativos y de descanso en verano se convirtieron en una experiencia traumática para los adolescentes de entre 13 y 15 años que se apuntaron a un campamento de Bernedo, en Álava (País Vasco), ofertado por la organización 'Euskal Udalekuak' (en euskera, campamentos de verano vascos).

Bernedo es un pequeño municipio en el que apenas hay dos bares y una carnicería. En el pueblo no hay colegio, pero sí muchas casas rurales. Los vecinos, en conversación con EL ESPAÑOL, aseguran se han mostrado completamente sorprendidos ante los hechos que investiga ahora la Ertzaintza.

La Policía autonómica abrió diligencias después de que los padres de los menores denunciaran prácticas como duchas mixtas o monitores que deambulaban desnudos, las cuales conocieron a través de cartas que les remitieron sus propios hijos al estar aislados sin teléfono móvil.

Así, el pasado 8 de agosto, decenas de jóvenes llegaron con ilusión al punto de encuentro en el que les recogería un autobús para aventurarse en los que prometían ser unos divertidos días de juego y descanso. Una ilusión que dista mucho de la realidad que estaban por vivir.

Fue en las puertas del autobús cuando Ane –nombre ficticio–, madre de una de las chicas, descubrió que las habitaciones en las que dormirían su hija y el resto de adolescentes serían mixtas.

Las familias desconocían esta información. Sin embargo, decidieron no darle una mayor importancia confiando en los monitores porque este "es un campamento serio", según cuenta Ane que le dijo uno de ellos.

Menores incomunicados

Entre sus valores, el campamento de verano Euskal Udaleku aboga por el "feminismo" y el "trabajo comunitario". Los monitores, educadores y cocineros que forman parte de esta asociación son voluntarios. Sin embargo, el libre albedrío que les caracteriza y sus prácticas con menores han sobrepasado límites inaceptables que podrían estar en la ilegalidad.

La asociación privada Euskal Udalekuak lleva organizando campamentos desde hace más de 40 años. Con casas en Abaigar (Navarra), Goni (Navarra) y Bernedo (Álava). Este último es en el que los jóvenes vascos se han enfrentado al horror.

Imagen de archivo del campamento de Bernedo.

Imagen de archivo del campamento de Bernedo.

A pesar de que desde sus campamentos prometen "un espacio seguro para todas las personas", los 80 jóvenes que pasaron allí su estancia del 8 al 23 de agosto no lo sintieron así.

El lunes 11 de agosto, a las 18:02, Ane recibió un mensaje de WhatsApp de su hija: “Hola, últimamente me encuentro un poco mareada. No me dejan contactar con vosotros a no ser que sea algo muy grave. Si no me ven mal no me llevan al hospital o a la farmacia”.

La hija de Ane toma pastillas para la tensión y, en caso de no recibir su medicación, puede poner su salud en peligro. Este mensaje fue enviado desde el móvil escondido de una de sus compañeras, ya que no se les permitía tener teléfono ni contacto con sus familiares.

“¿Con qué criterio ellos deciden la gravedad en temas de salud y si pueden o no llamar a sus padres? Han jugado con la salud de nuestras hijas”, cuenta indignada Ane en el podcast La Voz de Todas, de Nuria Coronado.

Tras muchos impedimentos, Ane logró comunicarse con su hija. Fue a partir de ese momento cuando saltaron las alarmas en una madre que, desde entonces, vive con miedo y nervios.

Los intentos de la menor por comunicarse con su familia no quedaron sólo en un mensaje de WhatsApp. Los chicos y chicas del udaleku de Bernedo tomaron la decisión de enviar cartas a sus casas desde el primer día como última opción por encontrar una solución ante el horror que estaban viviendo.

Cartas enviadas por una de las menores del campamento a su madre.

Cartas enviadas por una de las menores del campamento a su madre.

Monitoras en 'topless'

Los jóvenes vieron mermada su privacidad y libertad al ser obligados a compartir duchas mixtas. "Han dicho que es ducha sin ropa", cuenta la hija de Ane en una de sus cartas. "La supuesta libertad en este tema para mí es acoso", añade.

Ante la presión de los adultos para que se ducharan chicos y chicas, los adolescentes se rebelaron y tomaron la decisión de ducharse por turnos: “Nuestro grupo hemos acordado que primero se duchan los chicos y luego las chicas. A MÍ NO ME VAN A OBLIGAR", señala la hija de Ane en su misiva.

Las duchas, además de mixtas y sin ropa, también contaban con la participación de monitores adultos que se aseaban con los menores con intención de promover la "educación feminista".

En la entrevista que concede Ane al pódcast de Nuria Coronado también está presente la psicóloga Carola López Moya, que habla de una situación de "adoctrinamiento transgénero" y "comportamiento sectario" por parte de los responsables del campamento al promover estas prácticas.

La desnudez no era únicamente una imposición para los jóvenes del campamento. Los educadores del udaleku también se paseaban sin ropa: “Otra cosa rara es que las monitoras hacen 'topless' o como se diga en la piscina y por la cocina andan en tetas y alguna sin sujetador”.

No siendo bastante, los monitores replicaron a los chicos con el argumento de que "al menos los baños tenían puertas".

Esta espantosa situación no queda aquí: los jóvenes no sólo se veían obligados a ducharse desnudos, sino que además tenían prohibido mirarse en los espejos.

Una de las cartas que envió la hija de Ane a su familia.

Una de las cartas que envió la hija de Ane a su familia.

“Están pintados para que no nos podamos ver porque supuestamente gaizki ikusten ba zara berdin du ('da igual si te ves mal') y otra frase en un espejo donde hay dibujada a una mujer abierta de piernas y pone on egin ('que aproveche')”, relata en la carta la hija de Ane.

Es tal la desesperación que se vivía en el campamento que, en su misiva, la hija de Ane ruega a sus padres que la ayuden. Unas palabras llenas de indignación: "A MÍ NO ME VAN A SILENCIAR. ME VOY A QUEJAR. #MEVOYAESCAPAR", destaca en uno de estos escritos.

"Educación feminista"

Ane se siente impotente e indefensa ante el calvario al que se han visto expuestos su hija y el resto de los menores que se apuntaron al campamento. “Lo primero que mi hija me dijo al bajar del autobús es 'vengo asustada y traumatizada'”, dice la madre.

Ante la gravedad del asunto, Ane envió un correo a la asociación organizadora de las colonias pidiendo explicaciones. Una petición de la que obtuvo la siguiente respuesta: "No creemos en la división por géneros, ya que creemos en una educación feminista. Entendemos que esta propuesta pueda generar incomodidad entre les jóvenes".

La respuesta, además, justifica las duchas sin ropa y mixtas: "Hacemos un esfuerzo para que les jóvenes puedan vivir su propia desnudez y su cuerpo; la menstruación, por ejemplo, con naturalidad y tranquilidad. Esto lo hacemos para que, en caso de que haya alguna persona trans, no se sienta categorizade", continúa el comunicado respecto al aseo común.

La situación no ha terminado aquí y las secuelas son visibles entre los menores. Muchas de las jóvenes han tenido que recibir atención psicológica tras lo sucedido en el campamento de verano de Bernedo, según dice la madre que ha sacado el asunto a la luz.

Ane asegura que su hija "siente vergüenza" después de la situación a la que se ha visto obligada a vivir. "Siempre hemos tenido mucha confianza, y últimamente se tapa delante de mí, cuando nunca antes lo había hecho", dice esta madre.

Obligados a chupar dedos

No es la primera vez que menores se enfrentan a situaciones complicadas en los campamentos de Euskal Udalekuak, sino que estos hechos se repiten cada verano. Todos se relacionan con la desnudez, y muchos de ellos "son planteados como juegos para conseguir la merienda".

Imagen de archivo del campamento de Bernedo.

Imagen de archivo del campamento de Bernedo.

Ane habla de casos de chantaje como los de un joven que se vio obligado a "chuparle el dedo gordo del pie a un monitor" o como el de otro al que se le propuso que "se bajase los pantalones y enseñase el culo a todo el campamento".

La preocupación reside en que los hechos puedan volver a sucederles a otras familias. "Que alguien pare esto para que ninguna chica ni familia tenga que volver a enfrentarse a esta situación", ruega Ane.

"Es denigrante lo que hacen con los niños. Les mandas allí a disfrutar del verano y vuelven traumatizados", continúa. "Sólo pido que una institución se haga cargo del tema y lo pare".

Este periódico ha intentado contactar con la asociación para conocer su versión de los hechos. Sin embargo, las llamadas y correos electrónicos no han sido atendidos.

Desde la Diputación Foral de Álava aseguran que estos campamentos no pertenecen al programa de udalekus de la institución, así como que no han solicitado subvenciones, y que no asumen responsabilidades.

"Lo lleva una empresa privada, lo han gestionado por su cuenta", declaran a EL ESPAÑOL fuentes de la institución.

Tampoco desde el Ayuntamiento de Bernedo toman responsabilidades. "No tenemos nada que ver y no vamos a hacer declaraciones", sentencian.

Por el momento, la Ertzaintza ha puesto el foco sobre el asunto y se encuentra investigando la situación que se vive en las casas de los campamentos de verano de Euskal Udalekuak y, más concretamente, en el municipio de Bernedo.