Arlem García (1d), en la mesa del restaurante de Puente Tocinos donde comenzaron la celebración del 30 cumpleaños del nicaragüense Eric Hernández (1i).

Arlem García (1d), en la mesa del restaurante de Puente Tocinos donde comenzaron la celebración del 30 cumpleaños del nicaragüense Eric Hernández (1i). Cedida

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Arlem, superviviente del cumpleaños mortal de Éric en Murcia: "El fuego devoraba la discoteca"

La Policía Nacional eleva a 13 la cifra de fallecidos en el incendio que se originó supuestamente en la Fonda Milagros y se extendió a las discotecas Teatre y Golden de la zona de ocio Atalayas en Murcia.

1 octubre, 2023 14:45
Murcia

Arlem ha vuelto a nacer porque se ha convertido en una de las supervivientes de la Discoteca Fonda Milagros de Murcia: un local de la zona de ocio de Atalayas que se calcinó durante la pasada madrugada y que arroja ya un saldo de 13 fallecidos. De todos ellos, esta nicaragüense afirma conteniendo las lágrimas que siete de los difuntos son amigos y familiares suyos a los que no han localizado: "Todos sus teléfonos están apagados", sentencia Arlem García, de 42 años, luciendo todavía un elegante vestido verde que se puso para festejar el cumpleaños de Eric.

"Era el treinta cumpleaños de Eric, y su hermano, Sergio, había reservado un palco en la Discoteca Fonda Milagros de ambiente colombiano", tal y como explica a EL ESPAÑOL una de las supervivientes de esta fiesta, celebrada en el palco VIP número 18 y que se ha convertido en la mayor tragedia en la historia del ocio nocturno murciano.

La celebración comenzó pasadas las ocho y media de la tarde de este sábado, en el Restaurante Fonda de los Milagros de la pedanía murciana de Puente Tocinos. Allí estaban citados unos treinta compatriotas de Nicaragua para darle una sorpresa a Eric Hernández, un repartidor de Coca-Cola que dejaba de ser un veinteañero. "Todos éramos amigos o familiares de Eric", según confirma esta nicaragüense, de 42 años, afincada en la localidad alicantina de San Juan.

"En el restaurante estuvimos cenando y tomamos la tarta, hasta que a la una de la madrugada dijeron que nos íbamos a bailar a la Fonda de los Milagros". Esta discoteca de ambiente latino se ubica en la calle Isla Cristina de Atalayas: una zona de copas de la noche murciana. Arlem ni se lo pensó porque había buen ambiente y decidió prolongar la fiesta del sábado hasta bien entrada la madrugada del domingo. "Lo estábamos pasando muy bien". El primero que lo estaba disfrutando era Eric, al que todos sus allegados le regalaron sobres con dinero para que se diera un capricho.

Arlem García, superviviente del incendio declarado en la Discoteca Fonda Milagros

"Entramos en la Discoteca Fonda Milagros porque mi primo Sergio, el hermano de Eric, había alquilado en la planta de arriba un palco: era el número 18, estaba justo al lado de los aseos", tal y como prosigue relatando Arlem a EL ESPAÑOL. Todo iba sobre ruedas, mucho baile, bromas y copas: "Nos pusieron una botella de ron, refrescos...".

En el palco había entre "diez y doce personas", según precisa esta nicaragüense que se gana la vida en Alicante cuidando a personas mayores. "Estaba todo bien, no notábamos nada raro: Eric estaba feliz, celebrando su cumpleaños con su madre, su hermano, sus amigos...". La tragedia se desató antes de que la discoteca echase la persiana: "Eran las seis de la madrugada cuando mi primo, Jordi, me dijo que nos fuéramos ya porque era muy tarde y cuando empezamos a bajar por las escaleras comenzamos a sentir el olor a humo".

- ¿Qué pasó a partir de ese momento?

- Arlem García: Cuando estábamos llegando a la puerta de salida, después de bajar las escaleras, se olía a humo cada vez más. Entonces, le dije a una de mis amigas: 'Huele a quemado'. Nos dimos la vuelta para intentar subir al palco a avisar al resto del grupo, pero en las escaleras ya había personal de seguridad de la discoteca y no nos dejó regresar porque estaban desalojando.

- ¿Qué ocurrió con el cumpleañero Éric y el resto de la gente?

- Arlem García: Nosotros salimos a la calle, pensando que el personal de la discoteca iba a desalojar a los que quedaban en el palco. Pero en el momento en el que salimos ya no nos dejaron entrar: una amiga lo intentó y la expulsaron. Salimos a la calle con la tranquilidad de que no había llamas porque pensábamos que la situación la tenían controlada. Empezaron a llegar los bomberos, la Policía y varias ambulancias. En ese momento, colocaron un precinto y el humo ya salía por la puerta de la discoteca y las llamas por el techo. El fuego estaba devorando completamente Fonda Milagros.

- ¿Sus amigos lograron salir?

- Arlem García: No, ya no les volvimos a ver. Nosotros nos quedamos en la calle para ver si ellos salían y no vimos salir a nadie más. Fue un momento muy duro y difícil.

- Preguntarle esto es muy duro, ¿cree que sus amigos y familiares han muerto en el incendio de la discoteca?

- Arlem García:  Claro.

La lista de fallecidos de esta fiesta de cumpleaños supuestamente la componen: el cumpleañero Eric, un repartidor de Coca-Cola que cumplía 30 años, su hermano, Sergio Hernández, la madre de ambos, Marta, así como la pareja sentimental del cumpleañero, Orfilia, un matrimonio de amigos, Tania y John, y un allegado que se incorporó a la celebración a última hora de la noche: Rafael. Todo ellos son naturales de Nicaragua.

De izquierda a derecha: Arlem, una superviviente, Tania, una de las desparecidas en el incendio, Marta, otra de las desaparecidas, Inés y Lorena, dos supervivientes del incendio declarado en la discoteca..

De izquierda a derecha: Arlem, una superviviente, Tania, una de las desparecidas en el incendio, Marta, otra de las desaparecidas, Inés y Lorena, dos supervivientes del incendio declarado en la discoteca..

El incendio supuestamente se originó en la Fonda Milagros y a partir de ahí se extendió a las discotecas Teatre y Golden que están pegadas a la primera sala de ambiente latino. De momento, la Policía Nacional ha cifrado en trece el número de víctimas mortales, la mayoría son nicaragüenses que estaban festejando con Eric su treinta cumpleaños: la última fiesta de sus vidas.

"Eran las seis de la mañana y estábamos ya en la despedida", se repite una y otra vez la pobre Arlem, incapaz de asimilar la magnitud de la catástrofe, de la que ella es una superviviente junto a su primo, Jordi, su esposa, Catherine, y su amiga Carolina. "Los trabajadores estaban desalojando, pero el resto de la familia se nos quedó arriba: serían unas siete personas. No vimos a más gente salir cuando llegamos a la calle y ya no pudimos subir a por nuestros familiares: fue terrible. Sentimos mucha impotencia".