Carlos García Adanero, diputado electo del PP por Madrid, en el Congreso de los Diputados, en mayo de 2023.

Carlos García Adanero, diputado electo del PP por Madrid, en el Congreso de los Diputados, en mayo de 2023. Gabriel Luengas EP

Reportajes

Adanero al Congreso y su hijo a la JMJ: así se enteró el diputado 137 del PP de su entrada en las Cortes

El navarro se enteró por la prensa de que sería diputado y no sabía nada de la operación orquestada por Ayuso para revisar los votos. Aún así, cree que "Sánchez pactará con toda la banda" para ser presidente.

1 agosto, 2023 02:45

Carlos García Adanero cenó con su mujer y sus tres hijos el pasado viernes en Pamplona mientras el conteo del voto CERA en Madrid decidía el tiempo que iba a pasar en casa durante los próximos cuatro años. O quizás durante los próximos meses, en el aire una posible la repetición electoral dado el endiablado resultado arrojado por las urnas el pasado 23-J.

La posibilidad de un decimosexto escaño del PP en Madrid, el suyo, bailaba al son de un puñado de votos. Pedro Sánchez sumaba 172 diputados en comandita con sus extravagantes socios parlamentarios. PP, Vox, UPN y Coalición Canaria, si bien más que reacia esta última formación a compatir garita con los de Santiago Abascal, contaban hasta 171.

Remontar las 1.749 papeletas que separaban a los populares de ese diputado en detrimento del PSOE, además era una cuestión terapéutica para un Alberto Núñez Feijóo grogui tras el jarro de agua fría que supuso su amarga victoria electoral. Asimismo, acercaba al PP algunos centímetros a la Presidencia del Congreso.

[El PP suma el escaño 172 contra Sánchez y le obliga a contar con el 'sí' de Puigdemont]

La ligera ventaja de Sánchez a los puntos con Carles Puigdemont como árbitro estaba a punto de cambiar. En caso de que los 46.394 votos emitidos entre el Censo de Residentes Ausentes en el Extranjero en Madrid revirtieran la situación, el PSOE necesitaría el 'sí' de Junts y no sólo su abstención. Es decir, el pago de un precio más alto en favor de los intereses del independentismo catalán. 

Reclutado por Feijóo tras ser expulsado de UPN por rebelarse ante su líder y votar en contra de la reforma laboral, Adanero albergaba pocas esperanzas de permanecer otra legislatura más en el Congreso. Jamás se obsesionó con algo que, desde la noche del domingo, le parecía una quimera. "Ya me he hecho a la idea de que me quedo fuera. Podría salir, pero creo que me quedo fuera, es complicado, tampoco le ha dado más vueltas", reconocía estoico a EL ESPAÑOL el pasado miércoles.

Carlos García Adanero junto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado 14 de mayo en Pamplona.

Carlos García Adanero junto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado 14 de mayo en Pamplona. Eduardo Sanz EP

La cena discurría plácida. La familia preparaba el viaje a Lisboa de uno de sus hijos. El joven participará en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que el Papa Francisco clausurará entre el 1 y el 6 de agosto en la capital portuguesa. "No es fácil que nos juntemos todos, y cuando lo conseguimos, se agradece", celebra el político navarro, más preocupado del jamón y los picos y del maridaje que de ser diputado mientras los votos lo proclamaban como tal.

Adanero no manejaba más información que la publicada en la prensa. Consciente de los problemas estratégicos a los que se enfrenta la dirección nacional en su futuro más próximo, prefería ni preguntar en Génova. Además, era totalmente ajeno a la operación que Isabel Díaz Ayuso había desplegado para "pelear hasta el final", según desveló El Mundo este domingo, un escaño que podía "ser muy importante en el equilibrio de fuerzas y en la gobernabilidad de España".  

[Feijóo necesitaría arrancar dos de los tres millones de votos que tiene Vox para lograr mayoría absoluta]

La presidenta madrileña pidió a Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid, revisar una a una todas las actas de las 3.478 mesas electorales de Madrid y cotejarlas con el fichero del Ministerio del Interior "para detectar posibles errores". "No sabía lo de Ayuso hasta que lo leí", reconoce Adanero, agradecido.

Son algo más de las 23:00 horas. Los móviles comienzan a vibrar con las notificaciones de los periódicos. "El PP arrebata un escaño al PSOE en Madrid y obliga a Sánchez a obtener el 'sí' de Junts para la investidura", fue el push lanzado por este diario. Comenzaron las llamadas, los mensajes, los whatsapps. "Hasta que me lo confirmaron oficialmente", cuenta. Adanero recibe el cariño de su familia. El PP conseguía su diputado 137 y dejaba a Sánchez a merced de Puigdemont. La noticia era un balón de oxígeno para Feijóo. El líder del PP no ha llamado a Adanero, que sí ha tenido la felicitación de otros miembros de la dirección nacional.

Carlos García Adanero e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, frente al Congreso de los Diputados, en diciembre de 2022.

Carlos García Adanero e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, frente al Congreso de los Diputados, en diciembre de 2022. Cedida

Sin embargo, la felicidad es contenida, ausente el entusiasmo. La supervivencia política del presidente del Gobierno es un plato demasiado amargo para quienes estaban convencidos de la prosperidad de su alternativa. El último diputado electo del PP es, además, un firme convencido de que "Sánchez pactará con toda la banda" para sacar adelante su investidura. "Y si el último de la banda que le falta es Puigdemont, intentará sumarlo", añade.

¿Lo conseguirá? "Si depende de él, pagará lo que le pidan. Otra cosa es que el Puigdemont decida que no lo apoya", insiste Adanero. ¿Cambia algo que haya conseguido el escaño? "Es verdad que antes, al valerle la abstención de Junts, lo tenía más fácil, aunque parece que desde hoy [por el lunes] ya ha empezado a intentar ganarse el voto de Coalición Canaria, que hará lo que entienda que es mejor para sus intereses, aunque es cierto que ahora gobiernan con el PP en Canarias", argumenta.

Adanero compaginará sus actas como concejal en el Ayuntamiento de Pamplona y como diputado en el Congreso esta legislatura. Asegura que la reyerta en el seno de UPN que acabó con él y Sergio Sayas fuera de la formación navarra ya está más que superada. Aquello fue "un palo tremendo", reconoce, cuyas pavesas son el sambenito de "tránsfuga" endosado por sus enemigos políticos. "A ver, estoy en un partido con el que compartido candidaturas toda la vida. Siempre he tenido compañeros del PP y durante años no hubo la opción de elegir entre PP o UPN en Navarra. No me he ido al PNV", razona. "En el PP me siento muy bien acogido", se congratula.