Carlos García Adanero, en la puerta del Congreso, este jueves.

Carlos García Adanero, en la puerta del Congreso, este jueves. Jose Verdugo E.E.

Reportajes

García Adanero, a un paso de sumarse a Feijóo: "¿Ficharía por el PP? Nos reuniremos en enero"

Tanto él como Sayas fueron expulsados de UPN en marzo, tras quebrar la disciplina de partido. No entiende el acercamiento de Esparza al PSOE.

17 diciembre, 2022 03:05

A Carlos García Adanero (Talavera de la Reina, Toledo, 1967) le silban las balas como en un fuego cruzado. Está vivo de milagro. En este 2022, su año más convulso, ha salvado dos bolas de partido. Una operación de cáncer de colon el 4 de febrero, el día posterior a romper la disciplina de partido por votar en contra de la reforma laboral, la primera. La otra fue hace escasas semanas, el 28 de noviembre, cuando salió ileso del impacto de la rueda extraviada de un camión contra su coche. Volvía de Madrid, era de noche, iba por un pueblo de Soria, nada se vislumbraba. Lo primero que pensó es que había chocado contra un elefante. Del amasijo de hierros salió como Bruce Willis en una jungla de cristal. Dibuja con aspavientos los airbags, su esponjosa nube salvadora.

Los dos hechos, asegura, le han dado cierta filosofía para relativizar la borrasca personal que atraviesa y desplazado sus "prioridades hacia otro lado". Sus preocupaciones políticas, claro, su encaje. Porque el 1 de marzo fue expulsado dos años y medio de Unión del Pueblo Navarro -el partido al que se afilió con 19 años- por su presidente, Javier Esparza, quien rompió irreversiblemente con el PP el pasado lunes, empeñado en tejer alianzas con el PSOE. Adanero y Sergio Sayas, el otro diputado electo de la ya extinta Navarra Suma, también expulsado, se sentarán en enero con el PP de Alberto Núñez Feijóo.

La lluvia del jueves moja el Congreso de los Diputados. Es el típico día que Julio Camba hubiera visto desde la ventana de la habitación 338 del Palace, donde vivía. Una exposición lo recuerda ahora. Por eso entramos en el hotel/centinela de la soberanía popular. Un fino hilo de piano es perfecto para sentarse a hablar de política. Al salir, un grupo de chavales de un colegio soriano se descuelgan para saludar al diputado. "Te hemos buscado en el pleno", le dicen. "Los chavales me quieren mucho, es por las redes sociales". El cariño le da gasolina.

Carlos García Adanero, durante la entrevista con EL ESPAÑOL en el Hotel Palace.

Carlos García Adanero, durante la entrevista con EL ESPAÑOL en el Hotel Palace. Jose Verdugo E.E.

—Es usted un tipo querido por toda la derecha en el Congreso.

—Eso se lo tendrá que preguntar al resto. Aunque sí, estoy a gusto en el Congreso.

—Se lo digo porque se habla de un cónclave extrañísimo en el que Abascal, Arrimadas y Cayetana Álvarez de Toledo coinciden en que es usted quien debe liderar una eventual moción de censura.

—Salió una noticia de eso, pero vaya, yo no tengo nada que ver. No sé hasta qué punto se ajusta o no a la realidad. Desde luego, como se decía antes, me enteré por la prensa.

—Entonces no ha repartido los ministerios, ¿no? Le vi ayer [por el miércoles] castigar sin cartera al diputado del PP Mario Garcés.

—(Ríe). Hay que tomarse las cosas con humor y ya está.

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—Qué prefiere, o qué considera más necesario ahora mismo, ¿una moción de censura o la convocatoria anticipada de elecciones?

—Unas elecciones anticipadas serían mucho mejores porque se verían los votos que tiene cada uno. La cosa es que las elecciones dependen de Sánchez y la moción de la oposición. Pero lo normal y lógico serían unas elecciones anticipadas. No porque sí, sino porque Sánchez está haciendo lo contrario que dijo desde el primer día. Necesita el plebiscito del electorado, del pueblo español en las urnas.

—En esas eventuales elecciones, ¿se ve revalidando su acta de diputado?

—Como no veo que vaya a convocar, parece ser que vamos a tener un año para ver qué ocurre. ¿Que si me gustaría ser diputado? Sí, claro. Estoy contento con la labor que realizo y quiero seguir.

—¿Van a fichar Sergio Sayas y usted por el PP?

—No es cuestión de fichar. Repito: queda todavía un año. Tenemos una reunión en enero con el PP sobre el tema, veremos entonces qué hacemos en Navarra de cara a las elecciones forales y municipales, cómo se puede montar una alternativa de centro derecha que tenga como objetivo no pactar con el sanchismo. Ya hemos quedado con el Partido Popular para hablar de ese tema, para ver cómo podemos entre todos contribuir a hacer eso.

"Bildu no es ETA"

Carlos García Adanero es, quizás, el único diputado capaz de levantar de su escaño a los diputados de PP, Vox y Ciudadanos juntos. Sus más de 120.000 seguidores en Twitter se nutren de simpatizantes de todos estos partidos. Asegura que Vox no le ha sondeado, aunque guarda buena relación con Santiago Abascal. Ambos tienen su despacho en la última planta del Congreso, donde sus debates son recurrentes. ¿Su afinidad más evidente? Su frontal rechazo al legado de ETA y un pasado con escolta. ¿Su mayor discrepancia? La España de las autonomías.

Carlos García Adanero posa para EL ESPAÑOL, este jueves frente al Congreso.

Carlos García Adanero posa para EL ESPAÑOL, este jueves frente al Congreso. Jose Verdugo E.E.


—Tuvo que ser dura la expulsión de UPN, el partido en el que usted militó desde los 19 años.

—Durísima. Me afilié a UPN cuando era un partido en la oposición, en el que era complicado militar. Era difícil ser de UPN entonces. Y he hecho de todo. Ahora la política funciona diferente, pero era la época en la que se ponían los carteles con el engrudo, cuando todo lo hacían los militantes, desde buzonear hasta ensobrar. Montabas muebles y sedes, las pintabas. Ha sido una parte de mi vida muy importante. Fue durísimo, sí.

—Usted ha sido de los que estuvieron amenazados, de los que miraban debajo del coche, de los que ha perdido amigos, de los que ha tenido escolta.

—Fueron unos tiempos muy complicados. Pero como yo, por desgracia, miles de españoles, de los cuales casi 900 fueron asesinados. Eran tiempos complicados donde la libertad estaba muy limitada si querías hacer política en un partido que no defendía los postulados del nacionalismo. Eso es así. Después, cuando pasa la vida, eres consciente de la parte de libertad que te supuso dedicarte a la política. Una parte muy importante que te cambia los hábitos de vida.

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—¿Merece la pena rememorar esa época? Ayer mismo, en los pasillos del Congreso, hablábamos con una periodista joven y brillante que reconocía que le costaba empatizar con el tema.

—En esta vida no puedes estar todo el día mirando al pasado, pero lo que no puedes hacer es olvidar. Y, sobre todo, yo creo que hay conocer lo que ha pasado. No estamos hablando de hace 50 años: aquí se ha asesinado hasta hace nada. Pero además, ahora, el problema añadido es que aquellos, no ya que no condenaran, sino que aplaudían esos asesinatos, y que les parece todavía bien y necesario que existiera ETA, son los que han hecho presidente y apoyan al presidente del Gobierno de España. Entonces, hay que recordar más para que no nos confundamos. Recordar los motivos por los que se ha asesinado. 

—Es uno de los debates recurrentes: ¿Bildu es ETA?

Bildu no es ETA. Porque dentro de Bildu se agruparon varios partidos. Creo que también hay que diferenciar. Una cosa es Sortu, su principal partido, el que toma las decisiones y donde están los jefes de Bildu, que es descendiente o la continuidad de Batasuna. Pero Bildu lo forman además Eusko Alkartasuna o Alternatiba. Partidos que siempre condenaron el terrorismo. Con eso juegan ellos también, claro. Sacan a un diputado o parlamentario y te dice que siempre ha condenado el terrorismo. Y no está mintiendo. Porque era de los otros partidos.

Carlos García Adanero, durante su entrevista con EL ESPAÑOL, este jueves.

Carlos García Adanero, durante su entrevista con EL ESPAÑOL, este jueves. Jose Verdugo E.E.

—Sus discursos contra Bildu enardecen las redes sociales. Se ha hecho usted muy popular con esas intervenciones. Se lo digo porque, a mucha gente, seguramente le sorprendería que no es extraño verlo charlar con Oskar Matute en el patio del Congreso.

—Vivimos en sociedad. En el Congreso de los Diputados hay una diputada navarra de Bildu. Eso quiere decir que la han votado unos cuantos miles de navarros. Estamos mezclados en la sociedad. Convives con la gente, claro, es que si no la vida sería más complicada. Vas por la calle y no sabes si el camarero vota a Bildu o no. Es convivencia. Otra cosa es en zonas de Navarra donde los partidos no nacionalistas tienen muy complicado presentar listas electorales por lo que ha ocurrido a lo largo de los años. Eso es diferente: ahí no hay libertad. Teniendo votos al Parlamento de Navarra, a Europa o al Congreso no puedes presentar una lista electoral porque nadie se atreve a dar el paso, porque se siente perseguido o aislado. Y si tiene un comercio a lo mejor le boicotean. Eso también hay que decirlo.

Esparza, el PSOE y la 'teoría del quesito'

La tesis es de Miguel Sanz, presidente del Gobierno de Navarra entre 1996 y 2011, también de UPN: "El éxito de UPN genera decepción en el PSN. La decepción genera frustración en algunos cargos personales, y la frustración termina generando odio". Lo explicó con pizarra y rotulador en mano, frente a lo más granado de la sociedad navarra. El vídeo está en YouTube. "Menos PSN igual a más Geroa Bai y a menos Navarra. (...). Y eso exige una estrategia".

¿Cuál? Alcanzar un vínculo estable entre UPN y el PSN que evite la aleje a los nacionalistas y garantice la continuidad del regionalismo en el poder. Se bautizó aquello como la teoría del quesito. Sergio Sayas, en conversación con este periódico, la saca a relucir. María Chivite (PSN) gobierna Navarra con los apoyos de Geroa Bai y Bildu. Sánchez se apoya en Bildu. Nada hace pensar en la posibilidad de un pacto. Esparza, aseguró el lunes, está convencido de que sin el PP sacará más votos.

—¿Por qué pretende Javier Esparza pactar con el PSOE?

—Porque cree que es la única forma de estar en el Gobierno. En vez de intentar conseguir una mayoría suficiente, de vencer al gobierno actual de Chivite, ha optado por conformarse con que le dejen sentarse a la mesa. Pactar y ser una muleta para ese gobierno. Yo creo que el tiempo nos está dando la razón. Nosotros nos negamos a apoyar a Sánchez y acertamos. Después de eso, con las cosas que ha hecho, mucha gente se ha dado cuenta de que no se puede pactar con él. Había gente que pensaba que sí. El objetivo de la dirección de UPN es pactar con el PSOE, con el sanchismo. ¿Por qué lo hace? Porque entiendo que quiere estar en el Gobierno y es la única forma de llegar. Yo creo que no lo va a conseguir, pero bueno.

—Me hacía gracia lo de la teoría del quesito.

—Sí. Esparza dice: "Quiero pactar con el Partido Socialista pero no con este Partido Socialista". Ya, pero es el Partido Socialista que hay, el que existe. Y ya le han dicho que con él no quieren pactar, sólo si lo necesitan para algo. Pero que es un apestado, que no queremos pactar contigo. No entiendo la postura.

—¿Por qué esa cabezonería?

—Habría que preguntarle a él. Yo, desde luego, no la entiendo. Lo que hay que hacer es combatir al sanchismo y ganarle en las urnas de una forma contundente.

—El lunes hacía sus cuentas Esparza y decía que eran 31 los diputados constitucionalistas en el Parlamento de Navarra.

—Ya, pero si parte de esos que él llama constitucionalistas, que son los del Partido Socialista, pactan con aquellos que quieren que Navarra desaparezca como comunidad autónoma, o comunidad foral en este caso, de qué te sirve.

—Se habla de una cena en las vísperas de la reforma laboral entre Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, también navarro, y Javier Esparza.

—He oído muchas cosas. Yo creo que ese fue también uno de los problemas. Al final nosotros desconocíamos cualquier negociación. Luego te enteras de que ha habido cenas, yo creo que con algún comensal más. El día de la votación lo que no era normal es que me dijeran que yo tenía que votar una cosa que iba totalmente en contra, apoyar a Sánchez, de lo que habíamos hecho hasta entonces. Yo no sabía los motivos. Y, sin embargo, tenía sentado enfrente a un diputado del PSOE, que es Santos Cerdán, que sabía perfectamente los motivos por los que yo tenía que votar a favor. A mí no me cuentan porqué tengo que votar una cosa y el tío del PSOE, sentado enfrente, lo sabe perfectamente por qué tengo que votar en contra de mis principios. Era todo un disparate.

Carlos García Adanero, en el Hotel Palace, durante su entrevista EL ESPAÑOL.

Carlos García Adanero, en el Hotel Palace, durante su entrevista EL ESPAÑOL. Jose Verdugo E.E.

—Cuénteme, ¿qué ocurrió el pasado 3 de febrero? ¿Cómo fue el día? ¿Los llamó Esparza?

—Esparza no nos llamó. Sí la secretaria general para decirnos que teníamos que votar que sí. Le preguntamos por qué, qué había pasado, que si había un acuerdo. Nos dijo que no podía darnos información, que había una rueda de prensa de Esparza por la noche y que la viéramos. Era el día anterior, el miércoles por la noche. Un periodista navarro le preguntó si había un acuerdo con el PSOE y dijo que no, que va a votar por el bien de España la reforma laboral. Le dije a la secretaria general que en esas condiciones yo no iba a votar la reforma laboral y que esperaba explicaciones. Que si no, yo no votaba. Me dijo que ya me llamaría Esparza. Hasta hoy.

—¿Hablaron con el PP?

—¿Nosotros? No.

—¿Ni con Cuca Gamarra?

—No, no, no. Se ha dicho que estábamos en el bar con Cuca y con más gente. La gente nos miraba con cara de "estos bastante papelón tienen".

—Mucha gente de Navarra, incluso compañeros de partido, les llamaron traidores.

—La situación fue muy dura. Tengo whatsapps del día de la votación de gente diciéndome que qué bien lo había hecho, que había acertado. Los mismos que días después me estaban pidiendo a gritos, hasta con cara de odio, que me expulsaran. La vida debe ser así. Las consecuencias de la vida son como son. Yo después de la votación, el viernes, tenía una visita médica y esos días me detectaron un cáncer. Eso también hizo que mis prioridades pasaran al otro lado. Tengo un recuerdo durísimo de esos días. No se lo deseo a nadie. ¿Qué tuve como compensación? Que recibí una pasada de cariño de gente anónima. Por el tema del cáncer volví a Pamplona, y noté el cariño tremendo de muchísima gente. Eso es lo que me animó a seguir palante. Creo que acertamos.

—Me habla del cariño de la gente en Navarra. Es precisamente sobre ese cariño, coinciden tanto Sergio Sayas como usted, sobre el que edifican la posibilidad de seguir. Confían en su tirón.

—Sí, es así.

—Montaron una plataforma. ¿Cuántos inscritos tienen? ¿Cómo van a jugar sus cartas?

—No llegaba, pero había unas 1.400 personas en Navarra. Un número importantísimo [UPN, estima Adanero, tiene unos 2.000]. Hicimos un acto en junio, en Pamplona, y no cabía toda la gente que quería acudir. Se llenó el salón y hubo gente que se quedó fuera.

Carlos García Adanero, este jueves en el Congreso, durante su entrevista con EL ESPAÑOL.

Carlos García Adanero, este jueves en el Congreso, durante su entrevista con EL ESPAÑOL. Jose Verdugo E.E.

—¿Qué posibilidades le ve a Alberto Núñez Feijóo para llevar a la Moncloa?

—Es la alternativa. Le veo posibilidades, pero hay que trabajar mucho, aquí no hay nada ganado y se necesita mucho trabajo. Hay que denunciar las cosas que está haciendo el sanchismo y, llegado el momento, ir presentando la alternativa: qué se quiere hacer en el futuro para que los ciudadanos se sientan ilusionados. Un trabajo tremendo por medio, pero tengo esperanza de que presida el Gobierno y termine con el de Sánchez.

—¿Cómo valora su trabajo durante estos meses?

—Esta haciendo las cosas que ve necesarias para llegar al objetivo final. Esto es un campo de minas, cada día surge una cosa. Es una persona acreditada, con experiencia política y de gestión después de las mayorías absolutas. Creo que sabe dónde se mueve.

—¿Ha hablado con él?

—Sólo nos hemos saludado, pero nada más.

—En Pamplona, durante el Congreso del PP de Navarra, el 4 de diciembre, ¿verdad? Al que fue Esparza nadie sabe por qué.

—(Risas) Sí, sí, inexplicable. Allí fue. No lo conocía. Sí a otros miembros del Partido Popular con los que, aunque no estén en el Congreso, he coincidido con más veces. Como Juanma Moreno o Ayuso y otros presidentes. Con Feijóo nunca había coincidido. Nos saludamos nada más, tampoco era el sitio para mucho más.

Cambiar la malversación es "corrupción"

El mismo día de la entrevista, por la tarde, Sánchez sacó adelante la reforma para cambiar el sistema de elección de los magistrados en el Tribunal Constitucional, la derogación del delito de sedición y la rebaja de la malversación. Para la oposición, un escándalo. También para García Adanero, que tachó de "corrupción" adaptar el Código Penal a los políticos presos del procès

—El Gobierno sacará hoy adelante la reforma del Tribunal Constitucional y de los delitos de malversación y sedición. ¿Qué significa todo esto?

—Modificar el Código Penal para perdonar los delitos a aquellos que han cogido el dinero de los españoles para ir contra España me parece un acto de corrupción. Respecto al TC, si quieren manejarlo para todas aquellas cosas que están haciendo, que son o pueden ser claramente inconstitucionales, les acabará dando la razón, claro, porque tendrán a personas colocadas por ellos. Hay una cosa, unida a todo esto, el discurso: como es la mayoría del Congreso la que lo ha decidido, no puedes llevarlo al TC. La pregunta es: ¿y si la mayoría del Congreso decide que no se vuelvan a convocar elecciones? ¿También es democrático? Es un argumento absurdo.

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—¿Cree que se trata de un golpe de Estado?

Lo que se está haciendo con la malversación, legislar para unas personas en concreto, es un acto de corrupción. Y en el tema del Constitucional, hay que dar la oportunidad al tribunal para que se pronuncie. Si no se puede hacer, no se puede hacer. El Estado de derecho tiene que funcionar, no se puede amenazar a los jueces o magistrados para que tengan cuidado con lo que hacen. Están amenazando a quien decide. Que lo haga el Gobierno es una barbaridad.

—¿Pero lo considera un golpe de Estado?

No me gusta hablar de golpe de Estado. Yo quiero seguir confiando en que tenemos un Estado de derecho. ¿Qué lo están minando? Sí, pero hay que tener mucho cuidado con los términos que se utilizan.

—Hay quien dice que los jueces son unos fachas con toga.

—No puedes amenazar ni coaccionar a quien va a tomar las decisiones. Tampoco decir que son unos fascistas que responden a los intereses de la derecha. Así no se puede funcionar. Hay que dejar que cada institución se organice y tome las decisiones que, de acuerdo a Derecho, tenga que tomar. Para eso existen los tribunales. No puede ser que acudas al TC y la respuesta del Gobierno sea que pretendes un golpe de Estado. Es una pasada.