Evelyn Joshua apareció en el escenario a las 6 de la tarde.

Evelyn Joshua apareció en el escenario a las 6 de la tarde. DD

Reportajes

Evelyn Joshua, la líder del evangelismo mundial: 4.000 feligreses suplican sus milagros en Madrid

EL ESPAÑOL acude al segundo día de la Cruzada en España, ocho horas donde hubo desmayos, vómitos y ritos inexplicables.

30 abril, 2023 02:32

Una señora está en el suelo del pabellón, a gatas. A unos centímetros de su cara tiene una especie de gasa. Está tratando de vomitar sobre ella, pero algo no le deja; da arcadas sin llegar a cumplir su cometido, como si un ayuno de días le impidiera que nada saliera de su estómago. Una cámara está encima de ella, le graba un primer plano y emite lo que está ocurriendo en las pantallas gigantes que hay colocadas en este recinto de Fuenlabrada (Madrid). Ella consigue, por fin, escupir algo: es sangre. Continúan las arcadas y los espasmos. Vuelve a echar otro poco más de sangre. Alrededor de ella hay muchas personas pero ninguna le atiende ni le ayuda, simplemente hay quien le agarra el pelo. No, no está enferma. Esta imagen es cosa de Dios.

Por los altavoces del Fernando Martín de Fuenlabrada se escucha a una speaker decir casi con emoción que está vomitando sangre, como si hubiera que celebrarlo. "Está echando el veneno que lleva dentro", dice. Cuando otra mujer protagoniza un acto parecido, por los altavoces se aporta que está eliminando a los demonios.

Mientras esto ocurre, Evelyn Joshua, la pastora más importante del movimiento evangelista mundial, está sanando en nombre de Dios a muchos de los presentes.  Hay quien se lanzan al suelo con el solo toque de la lideresa; hay quien se levanta de su silla de ruedas para volver a andar; hay quien se retuercen y bregan contra quienes les sujetan; los hay que chillan. No es ella, es Jesucristo, se recuerda por los altavoces. Por eso todos los que se recuperan a los segundos se sienten libres y lo agradecen ante el micrófono que oportunamente les llega: "¡¡¡Gracias, Jesús!!! ¡¡¡Gracias, Señor!!!".

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Yadira Maestre, la pastora evangelista que participó en mítines del Partido Popular recientemente, era la organizadora de este evento. Ella misma cerró el espectáculo explicando de manera sonrojante lo que había ocurrido allí durante más de 16 horas entre el viernes y el sábado: "Hemos visto la mano de Dios en España como nunca la habíamos visto".

Evelyn Joshua durante las curaciones.

Evelyn Joshua durante las curaciones. DD

El evento

El Fernando Martín de Fuenlabrada acogió este viernes 28 y este sábado 29 de abril un evento de carácter religioso. Se trataba de la denominada Cruzada en España, organizada por el Centro Apostólico Cristo Viene y su directora espiritual, Yadira Maestre.

En este evento, la atracción principal era ver a Evelyn Joshua, una telepredicadora nigeriana que promete hacer curaciones milagrosas en directo. En teoría, no podrían ser testigos de tal hito los menores de 12 años —no deberían haberlo sido—, pero en este pabellón había incluso bebés que estuvieron en la zona de curación.

La entrada era gratuita y en torno a unas 4.000 personas se dieron cita. Había dos tipos de espectadores: los que iban a ser curados y los que no. Para ser curado había que entregar días antes en un local de Usera, un barrio de Madrid, "un informe médico" y los "aparatos" necesarios en tu vida diaria.

A partir de ahí, viernes y sábado se daría esa curación. 

Imagen de un creyente durante el evento.

Imagen de un creyente durante el evento. DD

El evento, además, sería retransmitido en directo a través de Emmanuel TV, la televisión de la telepredicadora Joshua que fundó su marido. Ambos dirigen el Ministerio Cristiano carismático La Sinagoga, Iglesia de Todas Las Naciones (SCOAN, por sus siglas en inglés).

Esa televisión muestra parte de lo que ocurre allí, como lo narrado al principio. Los camiones de Mediapro en la entrada hacen ver que la realización es extremadamente profesional y no habrá nada dejado al detalle. Los trabajadores portarán camisetas de la Cruzada.

En España no se vio ningún episodio homófobo aparentemente, pero según denunció Público días atrás la telepredicadora, dentro de sus milagros realiza curaciones a homosexuales.

Un día largo

EL ESPAÑOL fue testigo directo de lo que ocurrió el sábado en el pabellón Fernando Martín. El evento comenzaba a las 12 de la mañana y casi una hora antes, en los aledaños del complejo deportivo madrileño, avisaban de cómo iría la jornada: "Ayer salimos de aquí a las 20.30 horas. Ahora es impresionante, mucho más que en los vídeos", advertía un hombre madrileño, al que suponemos asiduo de Emmanuel TV, en la fila.

Charlaba amigablemente con otro señor que procedía de San Sebastián, aunque se comunicaba con su hijo en francés. Llevaba a su pequeño de la mano a ratos y otras en brazos. Se sumó a la conversación un pastor colombiano que aseguraba haber realizado ayunos similares y curaciones como las que íbamos a ver hoy. Venía desde Barcelona y si el evento se alargaba tanto como el día anterior, no le daría tiempo a coger el tren. "La línea francesa que hay ahora está muy bien y me salió muy barata", apuntaba.

Sí, sólo había hombres en esta fila. Las mujeres, tal y como se advertía a toda la que llegaba, debían irse a otra zona. ¿Por qué? De momento, nada raro. Simplemente era para que los controles de acceso fueran más fáciles. Ellas ganaban por mayoría. Tenían tres filas de cientos de mujeres.

El acceso al pabellón fue a pocos minutos de las 12. Puntual comenzó un evento en el que, según dijeron al reportero, había que ponerse lo más cerca posible del escenario. "Para que te llegue bien la unción".

Lo primero que llama mi atención es la señora que se coloca a mi lado. Va sola, como yo, pero no entabla conversación alguna. Está como fuera de sí antes de llegar, centrada en un mundo que no debe ser terrenal. Antes de que todo comience, ella ya realiza sus propios cantos en forma de oración. Hay otros que hacen lo propio, pero ella está en otro espectro. Comienzan las primeras canciones en el escenario y ella empieza a bailar como si la hubiera poseído la magia. Las lágrimas caen de sus ojos cerrados.

Colas de mujeres a la entrada del espectáculo.

Colas de mujeres a la entrada del espectáculo. DD

Una señora no le quita ojo. Lleva un cartel en el que pone: sanadora. Tiene papel higiénico en sus manos y se lo alarga. También me mira a mí, supongo que por el hecho de que no canto ni levanto los brazos para recibir a Dios, solo grabo con el móvil —posteriormente me dirán que no puedo por ser periodista— y trato de hacer alguna foto.

La mujer de mi lado continúa en su mundo, disfrutando de los cantos. Mientras tanto, pienso en la emoción que debe sentir, algo similar a cuando un estadio de fútbol ruge en los últimos compases de la remontada de un partido. De hecho, al fondo hay banderas que ondean mientras se llevan a cabo los cánticos. Las mueven niñas adolescentes y tienen imágenes de leones con proclamas como King Jesús. Lo que faltaba para acabar con la comparación futbolística, ahora cantan: "Con Cristo camino y estoy danzando cada temporada".

Sirve de explicación la comparación con los aficionados al fútbol porque el nivel de éxtasis es similar. De ahí que comiencen a caer personas, en su mayoría mujeres, en redondo con el paso de las canciones. Una de ellas lo hace en el centro del pabellón. La dejan reposar hasta que se levanta por su propio pie. 

Las acciones se repiten a lo largo del día. Las dos primeras horas son un concierto en forma de oración. Hay un sonido muy bueno, unos artistas espectaculares y canciones de diferentes estilos: cumbias, merengue...

Llega la hora de la comida. La cantina no es cara: 7.50 euros dos bocadillos de tortilla —pequeñitos—, un refresco de cola y un botellín de agua. 3.50 euros costaron más tarde otro refresco y un sándwich sin tostar de jamón y queso. Aquí no hay trampa. Se puede pagar con tarjeta y el pago va a Centro Apostólico Cristo de Fuenlabrada.

Las horas pasaban y entre las alabanzas a Dios, el calor aumentaba en el pabellón, sobre todo en el Fondo Norte. Todo seguía en la línea, hasta que comenzó lo jugoso: los testimonios de los milagros. "Si hoy estamos aquí no es casualidad, es providencia de Dios", dice uno de los ponentes. 

Los testimonios

En este evento se reúnen personas de muchas nacionalidades. Hay banderas de España, de Francia, Holanda y hasta Suecia. La mayor parte de los asistentes es población de origen africano o latino. Los caucásicos son una minoría, aunque había bastantes. Habrá unas 4.000 personas aquí.

Cuando llega el momento de los testimonios, todo se pone interesante. Los primeros son Iván y Estela Yankov, un matrimonio en el que los dos tenían apnea del sueño. Cuentan que ya no necesitan la máquina que antes usaban para dormir bien —la traen y la enseñan como aparato ahora inútil—. Cuenta que antes no podía dormir y se levantaba cansado. "Ahora, gracias a Dios, soy libre", dice él. Ella cuenta lo mismo: "Anoche dormí como un bebé". Él insiste: "Creemos que somos libres porque hemos descansado y no la vamos a usar. ¡¡Gloria a Dios!!".

Llega el turno de Benjamín, que viene desde Palma de Mallorca, aunque es de América del Sur. Cuenta que estaban a punto de deportarle de España y tenía un problema de corazón —detalla los síntomas de la ansiedad— cuando encontró a Joshua por internet y empezó a seguirle. No tenía trabajo y todo eran problemas en su vida hasta que acudió a la Scoan. Ahí todo se solucionó, encontró trabajo, se casó con su mujer —que está a su lado— y aprendió que tiene que dejar el pasado atrás y perdonar. "Cuando mamá Evelin se acercó a mí empecé a sentir un fuego muy fuerte. Cuando puso la mano en mi pecho, sentí que una mano gigante me tocaba. Cuando llegué a mi casa, me di cuenta de que podía trabajar y tenía fuerza. Todo empezó a cambiar", dijo.

A partir de aquí, cuenta el milagro de su madre, que también le acompaña en el escenario. Le llevó a la línea de oración y oraron por ella, lo que terminó con sus problemas de mojar la cama cada noche.

Testimonio de Iván y Estela.

Testimonio de Iván y Estela. DD

Le faltan otros tres milagros a Benjamín. Su padre lo abandonó con 3 años. Sin embargo, él llevó una foto de su padre a la Scoan y él viajó a España. No tenía papeles, pero cuando rezó por él, "milagrosamente le llegó la carta con los papeles".

Pero Benjamín tenía otra espinita. Llevaba tres años comprometido, pero no lograba casarse. Volvió a la Scoan y se casó. Además, cuenta que Evelyn logró hacer "un rompimiento" en su familia. Su padre, al que llevaba 35 años sin ver, pudo ir a su boda. "Esto es impresionante, porque lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios", apunta justo antes de contar que sus padres se reconciliaron. Los progenitores, sobre el escenario, se besan. Volvieron a casarse.

"Quiero aprovechar para dar las gracias a mami Evelyn por cuidarme como un bebé y tratarme como un rey. Cuando tenía este deseo y no podía ir a la Scoan, Joshua venía a mis sueños y oraba por mí", terminó de contar.

Por otra parte, Ana llega de Alicante junto a su esposo. Asegura que se caía al poco tiempo de estar de pie. "No me daban solución, solo pastillas. Los doctores decían que no había medicamento", dice. 

La señora ahora se mueve por el escenario y presume de todo lo que puede hacer. Baila y dice: "¡¡¡Yo creo!!! He sido tocada por el poder de Dios". Además, explica: "Cuando mamá Evelyn me tocó, sentí electricidad. Me hizo así pshiiiiish".

Esto ocurre, "desde ayer y hoy no me he tomado pastillas. He dormido como una niña. Lo ha hecho Dios. Solo Dios puede hacer algo, hermano y hermana. Aunque venga el diablo para traer desesperación, agárrate a Dios, es el único que puede sanarte".

Marcelina, de Madrid, es dominicana. Tampoco podía andar. De hecho, tiene que sentarse durante su explicación. Ella ha vuelto a andar sola, sin depender de que nadie la lleve y la traiga en coche. "Minutos antes de que ella —Evelyn— llegara, empezó a sentir un poder muy fuerte. Cuando ella me tocó, yo sentí que algo salió de mí. Yo me levanté y salí caminando. Después me sentí liberada. La Gloria es para Dios porque me ha liberado".

Su hija Wallace ha subido con ella al escenario. "Desde los 12 años he sido atacada por los demonios. Toda mi vida fue una tortura porque Satanás se encargó de destrozar mi familia, mi salud y mi economía. Gracias a Dios, hoy soy una mujer completamente liberada, porque papito Dios hizo el milagro a través de Evelyn.Tenía asma crónica y nunca me encontraban nada; dolores en los huesos, roturas, la columna desviada. Hoy puedo danzar en el nombre de Jesús".

Rosalba Guerrero es de Colombia. Un tren le cogió la mano y fue a Estados Unidos a curarse. Lo logró, pero la pandemia le hizo empeorar. Regresó a EE. UU., pero nada fue igual. Hasta anoche, que Evelyn le tocó. "Yo no podía hacer esto", dice mientras aplaude por detrás de su cabeza. Su intervención termina: "No podía fregar ayer y esta mañana descuarticé un pollo. Gracias, señor".

Las curaciones

Si usted aún no ha creído los testimonios, este sábado había más curaciones. El momento clave llega en torno a las 18 horas. Cuando Evelyn Joshua salta a la cancha, la grada es una caldera. Tras una especie de sermón, se lanza a obrar milagros, el momento más esperado.

Levantar de la silla de ruedas a personas que no podían andar no es lo más llamativo. Lo más icónico es ver cómo tras el milagro alguien coge una pancarta con su problema, perfectamente explicado, para enseñarlo sobre su cabeza a la cámara que apuntaba en primer plano. Que se vea, se mueven con muchísima prisa. Lo importante es que se vea el cartel. También se muestra el "aparato" que utilizaba anteriormente de manera rauda. Por ejemplo, unas muletas.

Momento de las curaciones.

Momento de las curaciones. DD

A los curados se les pone un micro delante para que cuenten su experiencia al minuto. Todos alaban, como es obvio, a Jesús, a Cristo y a Dios todopoderoso. Una joven asegura haber recuperado su capacidad auditiva. Hasta en dos ocasiones muestra sus audífonos a la cámara.

Los milagros se agolpan: Evelyn vuelve a curar a gente con apnea que levanta sus aparatos de respiración, gente que no puede andar y levanta sus muletas. La pastora quita hasta migrañas y llega a tocar a un menor con trastorno de la hiperactividad para sanarlo. 

A su alrededor, comienza a dibujarse la imagen narrada al principio. Mujeres que vomitan en las gradas y otras que acceden a un trance que obliga a trasladarlas a la pista. Los gritos de los demonios saliendo son desagradables y se alargan más allá de las 20 horas. Le ayudan otros dos pastores a obrar milagros. Una señora, incluso, parece no fiarse si no es Evelyn la que le toca para hacer la curación. 

El final de todo deja a Evelyn sobre el escenario junto a Yadira Maestre. La pastora residente en España entrega un homenaje a la líder del movimiento evangelista. Cuando Evelyn se marcha, Maestre pone en valor lo que acaba de ocurrir. Su discurso apunta que donde no llega la Ciencia alcanza el todopoderoso. Si a su familiar no sana con los consejos del psicólogo ni el psiquiatra, ella le recomienda que le lleve a la iglesia. Las frases parecen anacrónicas y alejadas de la realidad. Lo que no parecen ser es la palabra de Dios.