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"Es la peor cosecha de cereal de la historia": los agricultores avisan que la sequía subirá los precios

La carencia de producción de cereal en España deja expuesto el precio de los alimentos al vaivén de los mercados internacionales.

28 abril, 2023 03:17

La brutal sequía que azota a España no deja pie con cabeza en el campo. Los agricultores del sector del cereal y los intermediarios que comercian sus productos al por mayor están siendo los más damnificados por un cóctel meteorológico que combina falta de lluvias con unas temperaturas inéditas para los meses de marzoabril. Las previsiones para los próximos meses, de momento, no son nada halagüeñas, según la Aemet, y quienes labran el campo advierten de que esta es "de las peores sequías que se recuerdan en la historia".

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos asegura que este año prevén pérdidas de 9 millones de toneladas en la cosecha del cereal, más del 50% de los 21 millones que se cosecharon el año pasado. COAG cree que los agricultores podrían llegar a perder 500 € por hectárea y 300 € por cada tonelada de cereal, aunque otras asociaciones aumentan el varapalo a los 900 €, y auguran que habrá muchos labriegos que se quedarán, directamente, sin cosecha.

"A título personal puedo decir que esta va a ser la peor cosecha de la historia reciente", sentencia, sombrío, José Manuel Álvarez, secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE). El experto avisa de que la situación que vive el sector del cereal podría desembocar en un colapso de la cadena de valor. "Si falla un eslabón, fallan los demás", asegura. "La dimensión del problema es gigantesca, porque la gente piensa que se pierde sólo la cosecha, pero muchas veces no es consciente de que el cereal es más que productos para el desayuno y mazorcas".

Vista aérea de un tractor cosechando campos de cereal

Vista aérea de un tractor cosechando campos de cereal iStock

El cereal, recuerda, es parte de la base de la alimentación humana. Todos los productos cárnicos dependen de ello, pues es la materia prima de la que se elaboran los piensos que alimentan a los animales. Harinas, pastas y panes, y todos sus productos derivados, también dependen en última instancia del cereal. Por tanto, una falta de oferta en la producción nacional obligaría –y, previsiblemente, obligará– a España a importar cereales de otros países, lo que expondrá la cesta de la compra a los vaivenes de precios de los mercados internacionales.

"Actualmente España consume entre 35 y 40 millones de toneladas de cereal cada año. Nosotros producimos unos 21 millones, y el resto es importado. Lo bueno es que la máquina de importación está engrasada, porque estamos acostumbrados. ¿El problema? Que nos enfrentamos a las cotizaciones de los mercados. En Europa, por ejemplo, lo marca Francia, tanto de compras como de ventas", continúa Álvarez. "Si el cereal está caro fuera, lo que va a llegar a los puertos va a ser, lógicamente, más caro. Un ejemplo: si en Ucrania el maíz está a 100 €, llega a Tarragona con un precio de 150 € por los portes. Esto se lleva a Zaragoza, lo que suma otros 25 €. Al final, son 175 €".

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"El agricultor de Zaragoza debe venderlo a ese precio, no más, porque, si no, nadie lo compra", continúa el representante de ACCOE. "No tener cosecha propia nos deja al albur de unos mercados internacionales que, recordemos, no son muy compasivos". A pesar de todo, Álvarez señala que no habrá carestía, sino, como mucho, una subida de precios en el mercado, ya que las cosechas mundiales, en general, no están siendo malas. "España está siendo la excepción; le ha tocado la china".

La peor sequía que se recuerda

Jaume Cortadelles, agricultor del cereal en Lérida, Cataluña, vive la amenaza de la sequía en sus propias carnes. "Yo tengo 20 hectáreas de secano y 4 de regadío. El clima está siendo drástico y no vamos a poder aprovechar nada. Dentro de un mes todos los cultivos van a dar pena. Hasta los regadíos se verán como secano, porque han cortado el suministro para riego agrícola en el canal de Urgel, algo que no había ocurrido en 170 años. Todo se va a ver como secano; los campos se teñirán del color de la miseria".

Las pérdidas de su cosecha ascienden ya, asegura, a 60.000 €. "Todo ha subido. Antes, una cosecha podía costar entre 7.000 u 8.000 euros, pero ahora cuesta entre 15.000 o 20.000. Yo normalmente podía producir 80.000 o 100.000 kilos, pero este año no llegará ni a 10.000. Todos estamos a ver qué pasa, pero el que no tiene nada más que la agricultura está metido en un problema muy grave. Yo tengo 54 años y no había visto nunca algo igual". 

Luis Cortés durante una charla organizada por la Unión de Uniones

Luis Cortés durante una charla organizada por la Unión de Uniones Imagen cedida

El negocio de Sergio Baldominos también peligra. Su empresa, Secebalsa, se dedica al comercio al por mayor de cereales en Guadalajara. Compra el cereal a los agricultores, lo procesa y lo vende como semilla o producto para animales. "Al agricultor claro que le afecta, porque la mayor parte de sus ingresos provienen de la cosecha. Pero tienen otras fuentes de ingresos, como el dinero de la PAC u otras ayudas [regionales]. En cambio, las empresas privadas como la nuestra vivimos netamente de lo que se recoge en el campo. Y no vamos a tener ingresos ni subvenciones", critica.

Va a ser un año muy largo y muy duro!", estalla, no sin cierto ápice de desesperación en su voz. "Pero, a pesar de todo, debemos tranquilizar al consumidor: los productos van a estar, porque el cereal vendrá de importación a través de multinacionales de otros países que no sean España. Los grandes perdedores vamos a ser los comerciantes y las cooperativas".

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Luis Cortés, agricultor y coordinador estatal de la Unión de Uniones de agricultores, pinta un panorama aún más desolador para el campo. El 95% de las cosechas de cereal en Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura está completamente arruinado. Si no llueve de forma importante en los próximos 10 o 15 días, el 85% de la de Castilla y León –6 millones de hectáreas– también se puede dar por perdida.

"Esta sequía está siendo especialmente grave por varios motivos. Primero: Si yo siembro cereales y tengo una pérdida del 100%, si al menos tuviese combustibles baratos y una mano de obra asequible perdería 400 € por hectárea, pero con los costes que manejamos ahora me voy a 900 €. En segundo lugar: llevamos dos años de sequía consecutivos. El año pasado ya hubo una ola de calor mayo con la que perdimos 2.000 kilos de cereales por hectárea. Y tercero: viene acompañada de temperaturas altísimas. Así que, si me preguntas cual es la peor sequía que recuerdo en toda mi vida, contesto sin lugar a dudar: la de 2023. ¡Si ahora mismo estamos a 36 grados en Cáceres y Badajoz!", exclama.

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El cóctel es explosivo, y la culpa la tiene, señala Luis Cortés, el cambio climático, que está adelantando las olas de calor cada vez más. La falta de lluvias que seca el campo y el calor extremo prematuro impide que haya condiciones de humedad para que las cosechas sobrevivan a pesar de la carestía de agua. "Ya no hay ni rocío por la mañana. Todo seco. Aunque ahora mismo lloviera en Ávila, las pérdidas serían ya del 95%. No se va a sacar nada. Cero. El problema es que ni grano, ni paja, con el consiguiente perjuicio para la ganadería. Yo no recuerdo nada así. En Extremadura hablamos de pérdidas de 240 millones de euros. Una broma comparado con Castilla y León: si no llueve en Valladolid, Burgos y León en la próxima semana, hablamos de varios miles de millones.

La urgencia de Cortadelles, Baldominos y Cortés no es exagerada. El ministro de Agricultura, Luis Planas, solicitó esta semana a Bruselas una parte de los fondos de emergencia de la Unión Europea para paliar la gravedad de la situación que padece España, también inmersa en plena crisis política debido a la condición en la que se encuentra el parque natural de Doñana en Andalucía. "La situación derivada de esta sequía es de tal magnitud que sus consecuencias no podemos abordarlas únicamente con fondos nacionales", escribió Planas al comisario de Agricultura europeo, Janus Wojciechowski, según pudo saber El País.

Javier Fatás camina por un campo cosechado

Javier Fatás camina por un campo cosechado Imagen cedida

"Efectivamente, vamos a requerir de un rescate a nivel estatal", argumenta Javier Fatás, responsable de agua y medioambiente de la COAG. "No quedará otra solución. Estamos hablando de algo muy serio. Llevamos 9 millones de toneladas de pérdidas. El problema es que esto no se limita sólo al sector del cereal: la ganadería extensiva se va a ver muy afectada porque perderá alimentación de pastos, y el sector apícola ha perdido ya entre un 20% y 25% [...] La diferencia de esta sequía con otras muy graves, como la del 1995-1996 [o las de 2004 o 2009] es que no se concentran en sólo unos meses, y tampoco afecta a unos pocos territorios; es algo generalizado en toda la Península Ibérica que afecta a demasiados sectores".

Luis Cortés remata con una evidencia: "Esto es consecuencia del cambio climático. El aire sahariano cada año entra antes en España, lo provoca que haya menos agua, que se evapore antes y que los pantanos estén al mínimo. Antes hacíamos la valoración del nivel de evaporación a partir de mediados de junio; ahora lo hacemos desde marzo. Los primeros que estamos sufriendo las consecuencias [del calentamiento global] somos los agricultores y los ganaderos. Esto no es una emergencia coyuntural; es una crisis estructural".