Miguel Navarré, en el centro flanqueado por Arantxa Murgui y Mariona Merino, dos de las concejales que ha cesado. EE

Miguel Navarré, en el centro flanqueado por Arantxa Murgui y Mariona Merino, dos de las concejales que ha cesado. EE

Reportajes POLÍTICA

Miguel Navarré, el valenciano que gobierna su pueblo desde Francia y hasta destituye concejales

"La gente está muy contenta", asegura el 'alcalde a distancia' de Casinos, que acaba de cesar a la mitad de su equipo por oponerse a crear un sueldo.

6 febrero, 2023 02:45
Valencia

A Miguel Navarré le sorprende que le llamen los periodistas para preguntarle qué es eso de ser alcalde de un pueblo valenciano desde Francia. Razón no le falta, porque lo lleva haciendo con naturalidad desde 2019. Pero es ahora cuando ha trascendido por una crisis de Gobierno. El primer edil de Casinos ha cesado a tres de los siete concejales de Compromís -su partido- por oponerse a crear un nuevo sueldo. Entre ellos, a la teniente alcalde que llevaba el peso de la gestión presencial.

"De verdad que me ha extrañado mucho este revuelo, porque el pueblo sabe lo que hay desde el principio y la gente está muy contenta. Casinos es muy pequeño, os invito a preguntar a los vecinos si están satisfechos con la gestión", expone Navarré a EL ESPAÑOL sobre su 'alcaldía a distancia'.

En efecto, el mandatario no ha engañado a nadie. De hecho, concurrió a las elecciones de 2019 cuando ya era profesor en la Costa Azul, donde reside con su familia. ¿Y cómo es posible? ¿Por qué Compromís no apostó por alguien que estuviera sobre el terreno? "Él era el líder de la oposición y la referencia contra el anterior gobierno, todos consideramos que era el indicado".

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Quien defiende su gestión desde el extranjero es Arantxa Murgui, la teniente de alcalde destituida el pasado mes de enero, tal y como informó el diario Levante-EMV. La cara más visible de Compromís era Miguel, y hubo un claro consenso para que fuera él el candidato pese a las circunstancias. Él, por su parte, consideró que podía afrontar el reto. "Tengo 15 días libres en el trabajo cada 5 semanas, y voy también al pueblo muchos fines de semana. No soy un alcalde ausente", sostiene el propio dirigente.

Ante sus peculiares condicionantes, el equipo de gobierno decidió que la dedicación exclusiva existente en la localidad no recayera sobre el primer edil, sino en Murgui, quien ejercía de teniente de alcalde y concejal de Servicios Sociales. "Yo hacía mucho trabajo de calle, y el alcalde asumía cuestiones como la gestión de subvenciones o la atención no presencial", explica la exconcejal.

Pero algo se truncó hace año y medio. "Comenzó a estar más tirante", apunta la edil, y subraya que esto coincidió con "la relación de pareja" que ella inició con otro concejal de Compromís, Juan de Páez. ¿Por qué le pudo molestar? "Realmente no lo sabemos bien. Pero creemos que no lo encajó bien. Algo comentó sobre que creía que no lo verían bien en pueblo", asegura.

Preguntado al respecto, Miguel Navarré rehúsa a explicar nada sobre la ruptura con sus concejales. "No voy a entrar en un cruce de declaraciones", zanja. Murgui, sin embargo, expone abiertamente su relato.

Apartada

"El pasado mes de septiembre, después de 8 años juntos en la oposición y tres en el Gobierno, me dijo que mi gestión era impecable, pero que no era visible, y que no me quería con él para las próximas elecciones de mayo 2023", expone la edil cesada.

Según añade, se vio entonces "hundida". "Seguí unos días, pero me di cuenta de que no podía continuar. Tuve ansiedad, y me dieron la baja médica", cuenta. Como se trataba de la única concejal del pueblo con dedicación exclusiva (la única con sueldo de los políticos del municipio) el alcalde decidió cubrir esa baja otorgándole la dedicación exclusiva a Mari Chiva, otra concejal de Compromís.

Así funcionaron durante cuatro meses, hasta que Murgui recibió el alta. A su regreso, se encontró con más movimientos inesperados del alcalde. "Nos trasladó que quería crear una nueva dedicación exclusiva, y tres de los concejales del grupo nos opusimos", afirma.

"Nos pareció injustificado e inapropiado crear un sueldo nuevo justo antes de las elecciones, cuando todo el pueblo había visto que funcionábamos bien solo con uno. No encajaba con nuestra política de austeridad. Las labores que debía asumir Chiva justificaban, como mucho, crear un cargo administrativo. Así que nos opusimos en el pleno", relata.

Miguel Navarré (derecha) alcalde Casinos. EE

Miguel Navarré (derecha) alcalde Casinos. EE

El alcalde vio cómo su propuesta era tumbada por la oposición (acudieron 3 de los 4 concejales del PP) con la ayuda de otros tres concejales de Compromís. Los discrepantes fueron Arantxa Murgui, Juan de Páez y Mariona Merino, y el dirigente, los días posteriores, decidió cesarlos y asignar la dedicación exclusiva a Mari Chiva.

En la actualidad, tras todo lo ocurrido, Navarré sigue gobernando el municipio desde Francia, pero ahora solo con tres concejales sobre el terreno. Su equipo se ha visto reducido a la mitad, y la oposición suma más concejales que el Gobierno local. Pero el primer edil insiste en su mensaje optimista.

"Creo que la gente es plenamente consciente del trabajo realizado y que sabrá valorar la gestión. Y hablo del trabajo de todos y cada uno de los concejales, a los que también quiero poner en valor", manifiesta.

"Durante el mandato hemos conseguido un centro de día, hemos reducido la deuda casi a cero, y, durante la pandemia, fuimos un ejemplo en toda España tanto por brindar las primeras ayudas directas para autónomos como por repartir mascarillas entre los vecinos".

"Y tengo que decir que mi presencia en Francia me sirvió para ambas cosas, porque las ayudas las lanzamos imitando un modelo francés y el proveedor de mascarillas lo encontré aquí", expone Navarré por teléfono a EL ESPAÑOL, desde la nación vecina.