Militares ucranianos, con uniforme más claro, e instructores españoles manejan un lanzador de misiles antiaéreos Hawk, el 26 de enero en la base de El Copero, en la provincia de Sevilla.

Militares ucranianos, con uniforme más claro, e instructores españoles manejan un lanzador de misiles antiaéreos Hawk, el 26 de enero en la base de El Copero, en la provincia de Sevilla. Carlos Márquez

Reportajes

Un día con los 20 militares ucranianos que aprenden a derribar aviones rusos en Sevilla

Reciben un curso intensivo en la base de El Copero para manejar la batería antiaérea donada por Defensa. 

30 enero, 2023 02:28
Base El Copero (Dos Hermanas, Sevilla)

Estos veinte militares ucranianos que aprenden a disparar misiles antiéreos Hawk en la base sevillana de El Copero están a más de 3.000 kilómetros del frente de batalla contra el invasor ruso, pero el eco de la guerra los sigue persiguiendo hasta aquí. Varios de ellos tienen en sus móviles una aplicación que les alerta cuando hay un ataque contra sus ciudades, donde viven sus familias. Y la alerta les ha sonado varias veces durante sus dos semanas de instrucción intensiva, como un acuciante cordón umbilical que les recuerda para qué han venido a España.

No de vacaciones, desde luego, sino a aprender urgentemente de la mano de instructores del Ejército español cómo se maneja el sistema de radares y lanzadores de misiles Hawk donado por España que les permitirá detectar y derribar aviones, helicópteros o misiles de su enemigo ruso. Esas intercepciones evitarían bombardeos aéreos contra objetivos militares y civiles en Ucrania, como los que se han visto hasta ahora en sus poblaciones, y salvarían, por tanto, muchas vidas de inocentes. 

Los sobresaltos con los móviles de los oficiales ucranianos se le han quedado grabados en la memoria al coronel Diego Alcolea Navarro como recuerdo de su estancia. Esas alertas significan que "sus mujeres, sus hijos, en ese momento están en un ataque", dice el jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 (RAAA74) del Ejército español. Él es el único que da su nombre y enseña su rostro en la visita que EL ESPAÑOL realiza al lugar donde los militares ucranianos, hombro con hombro con los instructores españoles, manejan los radares y lanzadores de misiles como los que tienen ya en Ucrania donados por España en octubre y noviembre de 2022.

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Son veinte hombres con un perfil de entre 25 y 40 años y experiencia con sistemas antiaéreos antiguos de la época soviética, explica Alcolea. Todos ellos se han cubierto la cara con gorras y bragas de cuello para que no se les pueda reconocer en las fotos, y ninguno, según explican en Defensa, tiene permiso de sus superiores ucranianos para hablar con la prensa. Los instructores españoles también se cubren el rostro. Las condiciones de la visita incluyen el compromiso de no dar ningún dato de su nombre o rango que pueda identificarlos. Solo se distingue a ucranianos de españoles por los colores de su país en la insignia del uniforme y que este es más claro en el caso de los visitantes. 

Además del coronel, el jefe de los instructores españoles, en su caso también con la cara cubierta hasta los ojos, cuenta cómo ha sido la "gratificante" formación con sus colegas ucranianos y cómo funciona el sistema antiaéreo Hawk, armamento de fabricación estadounidense cuyas siglas coinciden en inglés con la palabra "halcón".

El coronel Diego Alcolea Navarro, jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 con sede en El Copero, durante el adiestramiento de los militares ucranianos

El coronel Diego Alcolea Navarro, jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 con sede en El Copero, durante el adiestramiento de los militares ucranianos Carlos Márquez

Munición estadounidense

No conocemos la cara, el nombre ni la historia de estos militares ucranianos, si se llaman Sasha o Volodímir, si han derribado aviones rusos o les han matado a familiares y compañeros. A sus instructores españoles, con los que se comunican por medio de intérpretes ucranianos civiles contratados por Defensa, tampoco les ha dado tiempo de ahondar en sus vidas, porque pasan "mañana y tarde de lunes a domingo" centrados en la técnica del curso intensivo y la barrera idiomática dificulta ir más allá, dice el jefe de los formadores. Pero lo que sí ha trascendido, según coinciden él y el coronel de la base, son las ganas y la urgencia de aprender que han demostrado desde que llegaron a El Copero. 

Esta gran base militar, situada en el municipio sevillano de Dos Hermanas, junto al río Guadalquivir y la esclusa de acceso al puerto de Sevilla, alberga el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 y otras importantes unidades como el Batallón de Helicópteros (Bhelma IV) y el Regimiento de Guerra Electrónica nº 32 (REWE 32). 

Este sábado, tras su paréntesis formativo español de dos semanas, los veinte militares profesionales regresan a Ucrania y a la guerra. Llevan inmersos en ella once meses y ahora afrontan el segundo año armados con un nuevo conocimiento clave: están listos para operar la batería de misiles antiáreos Hawk que España donó a Ucrania en otoño. La batería la integran los radares y seis lanzadores preparados para cargar cada uno tres misiles de medio alcance, lo que da un total de 18 proyectiles armados simultáneamente.

Militares ucranianos (de uniforme claro) y su instructor español, con un lanzador de misiles Hawk en la base de El Copero.

Militares ucranianos (de uniforme claro) y su instructor español, con un lanzador de misiles Hawk en la base de El Copero. Carlos Márquez

España ha aportado el sistema de detección y lanzamiento, y la formación para usarlo, pero no la munición necesaria, de la que el Ministerio de Defensa no ha informado. Los misiles Hawk los pone Estados Unidos de su propio arsenal. Así lo dijo el Departamento de Defensa estadounidense al anunciar el 10 de noviembre un paquete de ayuda militar para Ucrania valorado en 400 millones de dólares que incluye "un número no especificado" de misiles Hawk para "complementar" los lanzadores de España. Una portavoz del Departamento precisó entonces que EEUU tiene que reformar estos misiles antiguos antes que se puedan emplear en combate.

Cómo dispararán

Mientras ucranianos y españoles, repartidos en grupos en el campo de adiestramiento sevillano, manejan los radares y lanzadores, el instructor explica a este periódico el funcionamiento del sistema Hawk y señala la particularidad de la defensa antiaérea en una guerra: "No es como un combate cuerpo a cuerpo. Estamos en tensión las 24 horas pero la operación se ejecuta en unos pocos segundos".

Militares ucranianos aprenden en la base española de El Copero cómo derribar objetivos aéreos rusos con misiles Hawk Carlos Márquez

El sistema de misiles antiaéreo Hawk se basa en tres tipos de radares para detectar, identificar, seguir y disparar contra el objetivo. Dos radares de exploración con un alcance de 100 kilómetros barren el espacio aéreo y detectan las aeronaves o los misiles hostiles. De este par de radares, uno, con forma de "oreja" gigante giratoria, conocido por las siglas PAR, explora las cotas altas y usa onda pulsada, y el otro, un semicilindro giratorio llamado CWAR, se destina a las cotas bajas y emplea onda continua. Luego están otros dos radares de seguimiento, o iluminadores (HIPR), de forma igual, cada uno con un par de discos como grandes sartenes, que se encargan de fijar el objetivo y rastrearlo. En el puesto de mando, en el centro del despliegue, usan otro radar (IFF) para identificar si el aparato es amigo o enemigo.

Un soldado español de la base de El Copero patrulla durante el entrenamiento de los oficiales ucranianos junto a un radar de exploración de cota alta del sistema antiaéreo Hawk.

Un soldado español de la base de El Copero patrulla durante el entrenamiento de los oficiales ucranianos junto a un radar de exploración de cota alta del sistema antiaéreo Hawk. Carlos Márquez

Un radar de detección para cota baja del sistema de misiles antiáreos Hawk, en la base sevillana de El Copero.

Un radar de detección para cota baja del sistema de misiles antiáreos Hawk, en la base sevillana de El Copero. Carlos Márquez

Radar de seguimiento del sistema antiáreo Hawk, en El Copero.

Radar de seguimiento del sistema antiáreo Hawk, en El Copero. Carlos Márquez

Si de instancias superiores recibieran la orden de abrir fuego, dispararían de forma electrónica los misiles de medio alcance cargados en los lanzadores. Los proyectiles, que pueden llegar a 18 kilómetros de altura y 40 kilómetros de distancia, perseguirán el aparato enemigo a una velocidad máxima continuada de 2,5 Mach (dos veces y media la velocidad del sonido, o 3.062,6 kilómetros por hora).

El misil guiado cambiará de dirección según lo haga el objetivo, hasta impactar contra él, si es que este no consigue evadir el ataque con el vuelo y con otras medidas de protección frente a ataques terrestres. El sistema Hawk tiene una probabilidad de derribo del 90%, según la ficha técnica del Ministerio de Defensa español.

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En la guerra en Ucrania, este sistema tendrá sobre todo, por su alcance, una función defensiva para enfrentarse dentro de su territorio a la invasión rusa; pero, instalado cerca de la frontera, podría servir también para atacar aeronaves rusas que vuelen dentro del vecino espacio aéreo de Rusia.

No ha trascendido dónde ha ubicado el Ejército de Ucrania la batería que ha donado España. Pero, a tenor de lo que explica el instructor español, sus movimientos dentro del país son relativamente rápidos: para manejar la batería con los seis lanzadores y los radares hacen falta entre veinte y treinta militares, que pueden replegar el material en solo una hora y, tras el transporte al nuevo emplazamiento, desplegarlo otra vez, listo para entrar en combate, en dos horas y media. Para cargar los misiles de 600 kilos en su lanzador usan tractores especiales como los que esta mañana conducen los alumnos ucranianos.

Militares ucranianos manejan un tractor de carga de misiles Hawk, durante su curso en El Copero.

Militares ucranianos manejan un tractor de carga de misiles Hawk, durante su curso en El Copero. E. D. C.

Más armas

El sistema de misiles antiaéreos Hawk es el más antiguo del Ejército español, con más de medio siglo de servicio desde que los compró en los años 60. Se están actualizando para alargar su vida útil hasta 2030. Los misiles que usan en El Copero son de instrucción, con carga inerte; los proyectiles con cabeza armada no se guardan aquí sino en polvorines en otros lugares. El Regimiento Antiaéreo 74 tiene un segundo grupo, de mantenimiento, en San Roque (Cádiz), junto al Estrecho de Gibraltar. Este regimiento tiene seis baterías Hawk, y una de ellas es la entregada a Ucrania. España cuenta en su defensa antiaérea con otros misiles como los Patriot, los Mistral o los Nasams.

En el exterior, artilleros antiaéreos de la base sevillana de El Copero participan en la misión de la OTAN de apoyo a Turquía en la frontera con Siria, manejando misiles Patriot en la base turca de Incirlik, cerca de la ciudad de Adana, y, desde junio de 2022, en Letonia, en la base de Lielvārde, en el refuerzo de la frontera con Rusia de este país de la Unión Europea.

Un militar ucraniano y su instructor español manejan un radar de guiado de misiles Hawk en la base de El Copero.

Un militar ucraniano y su instructor español manejan un radar de guiado de misiles Hawk en la base de El Copero. Carlos Márquez

Los lanzadores Hawk donados por España se suman al creciente arsenal que los aliados de Ucrania (medio centenar de países organizados en tres marcos: la misión de la Unión Europea, la OTAN y el Grupo de Contacto) han enviado para repeler la invasión que el presidente ruso, Vladímir Putin, desató el 24 de febrero de 2022. Las fuerzas ucranianas han recibido durante este año de conflicto misiles portátiles antitanque Javelin y antiaéreos Stinger manejados ambos por un solo soldado a pie, misiles antiaéreos Patriot, camiones lanzacohetes Himars o vehículos blindados MRAP o Bradleys. En Ucrania, España colabora también con otro sistema de misiles antiaéreos de medio alcance, el Aspide.

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Al despliegue internacional se unirán en las próximas semanas o meses, en lo que supone un salto cualitativo, los tanques estadounidenses Abrams y los europeos de fabricación alemana Leopard 2, cuyo envío varios países, incluida España, han anunciado ya. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, demanda también aviones de combate y misiles de largo alcance.

De civiles a reclutas

Terminan su curso intensivo y se vuelven ya a Ucrania los militares que dispararán misiles Hawk contra el enemigo ruso, pero continúa su entrenamiento en España un contingente de 198 civiles movilizados por el ejército ucraniano. En el nuevo Centro de Adiestramiento (Toledo Training Coordination Center, TTCC, lo llaman) habilitado dentro de la Academia de Infantería de Toledo formarán cada dos meses a 400 nuevos soldados ucranianos sin experiencia previa, para que vayan a la guerra preparados para intentar sobrevivir y vencer.

La misión de la Unión Europea de apoyo a Ucrania se ha fijado como objetivo instruir como soldados a 15.000 hombres y mujeres en dos años, de los que España se encargará de 4.800 (a razón de esos 400 alumnos cada dos meses).

Civiles ucranianos movilizados para su formación militar en España forman en el acto de bienvenida con la ministra Margarita Robles a su llegada a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), el 12 de enero de 2023.

Civiles ucranianos movilizados para su formación militar en España forman en el acto de bienvenida con la ministra Margarita Robles a su llegada a la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), el 12 de enero de 2023. Ministerio de Defensa

Los nuevos reclutas ucranianos son atendidos en la base de Torrejón de Ardoz por militares españoles al llegar, el 12 de enero, para recibir formación en Toledo.

Los nuevos reclutas ucranianos son atendidos en la base de Torrejón de Ardoz por militares españoles al llegar, el 12 de enero, para recibir formación en Toledo. Ministerio de Defensa

La ministra de Defensa, Margarita Robles, recibió el 12 de enero en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) al primer grupo de este año, llegados en un avión del Ejército del Aire español, tanto los 198 nuevos reclutas que han ido a Toledo como los 20 profesionales que han venido a la base sevillana de El Copero. Los civiles convertidos en militares a marchas forzadas aprenden estos días en Toledo cursos básicos de tiro de precisión, primeros auxilios en combate o detección de artefactos explosivos. Entre los alumnos hay también algunas mujeres. Como Alona, que, según contó Defensa, trabajó 14 años en España y ahora combatirá por su país.

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En 2022, un grupo de 21 militares ucranianos recibió en Almería un curso específico para usar la media docena de obuses remolcados 105/14 donados por Defensa (piezas de artillería con un alcance de 14 kilómetros), y otro de 19 militares aprendió en Zaragoza a usar la batería antiaérea Aspide. Los cursos especializados relacionados con el armamento entregado continuarán en 2023. Todos los envíos de material y la formación los gestiona el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa.