Emilio en su finca junto a uno de sus perros.

Emilio en su finca junto a uno de sus perros. Cedida

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Emilio, el criador contra la Ley de Belarra: invirtió miles de euros en animales y ahora no podrá tenerlos

La finca de Emilio destaca por el gran muestrario de aves exóticas con el que cuenta. Pero ahora, su gran proyecto podría correr peligro con la entrada en vigor de la nueva Ley de Bienestar Animal. 

30 enero, 2023 02:27

La infancia de Emilio siempre estuvo ligada a los animales. De hecho, no era algo inusual o extraordinario para sus vecinos ver a este pequeño jugando rodeado de monos, búhos, tortugas e incluso pequeños caimanes. “Yo era muy niño, no recuerdo bien todo, pero en mi casa siempre había animales. Siempre tuve palomas, canarios, loros…”, cuenta a EL ESPAÑOL. Pero a pesar de que su gran pasión por la fauna le viene de pertenecer a una familia de ganaderos, fueron sus casi 30 años viviendo en Venezuela los que le llevaron a desarrollar su afición por la cría de aves tropicales. 

Tras años de idas y venidas cruzando el charco de un lado al otro, Emilio decidió regresar a España para continuar su vida en Galicia, donde reside desde hace más de 30 años. Un día, en una tienda de animales, se topó con un loro amazónico. Pero no con uno cualquiera, sino con uno que cambiaría su estilo de vida. “Lo compré y empezó lo que los que tenemos animales llamamos el síndrome del arca de Noé”, comenta entre risas. Y es que, como les pasa a muchos humanos, ese pequeño animalito necesitaba una pareja. Y fue precisamente esa necesidad la que hizo que Emilio decidiera comprarla y crear así lo que se convertiría en su gran tesoro: un muestrario de aves exóticas que aguarda en su finca de Farbán, en Sarria. 

Aunque todavía no ha llegado a tener tantas como otros criadores españoles o mundiales  que pueden llegar hasta las 100  este gallego cuenta ya con 18 parejas de diferentes especies de aves exóticas, además de otros animales como caballos, cabras, pavos reales y perros mastines, sus favoritos. Pero ahora, su gran proyecto desarrollado durante años  y en base a muchos miles de euros de inversión  podría correr peligro por motivo de la aprobación de la nueva Ley de Bienestar Animal, que prohibiría la cría y tenencia de ciertas especies incluidas en el ya conocido como listado negativo.

Emilio junto a una de sus aves exóticas.

Emilio junto a una de sus aves exóticas. Cedida

La nueva normativa, impulsada por el director general de Derechos de los Animales, Sergio García Torres, y el ministerio de Ione Belarra, afectaría de forma directa al muestrario de Emilio. Y no solo por las especies de aves exóticas con las que cuenta en su posesión, sino también por el resto de animales que residen en su finca de forma habitual y que también se verían afectados por la nueva ley.

Tal y como asegura Emilio, mantener tantos animales tiene un gasto anual y mensual muy elevado. Debe comprar el pienso adecuado para cada una de las especies, las mezclas de semillas, nueces, almendras, avellanas y una gran cantidad de fruta. Y aunque no es capaz de dar una cifra exacta sobre cuánto dinero ha podido invertir a lo largo de los años en los que ha trabajado en su proyecto, estima haberse gastado más de 100.000 euros en todo el muestrario, incluyendo la compra de las aves, que en el caso de algunas especies concretas pueden alcanzar un valor de hasta 6.000 euros por pareja. 

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“Ha sido a lo largo de muchísimos años y lo he ido haciendo todo yo. Los aviarios, las estructuras, todo lo hago yo. Yo compro la materia prima, las mallas, los tubos, los hierros, la madera, el material del tejado y lo hago yo. Los precios varían, pero es una gran cantidad de dinero. El gasto mensual que tienes también es muy grande y de alguna manera tienes que intentar sufragarlo”.

Pero ahora, todo este trabajo podría llegar a su fin en el caso de que, finalmente, entre en vigor la nueva y polémica Ley de Bienestar Animal. La normativa amplía el listado de mascotas prohibidas en los hogares y, además, restringe las permitidas en base a una serie de requisitos necesarios para que un animal se considere doméstico. 

Y a pesar de que la finca de Emilio cuenta con la condición de núcleo zoológico y centro de cría y que él no comercializa con sus animales, lo cierto es que la nueva ley prohibiría al gallego poder continuar con la crianza de aves, poniendo así fin a la continuidad de su muestrario. “Es una ley que no tiene ni principio ni fin porque está hecha desde una ideología radical por unos grupos radicales, que son los animalistas. El foco es la forma en la que se tienen los animales en cautividad. ¿Dónde cometen el gran error? En que pretenden poner a los animales que se tienen en cautividad con una figura legal igual a la del ser humano”, explica en conversación con EL ESPAÑOL. 

Espacio donde Emilio tiene sus aves.

Espacio donde Emilio tiene sus aves. Cedida

Bajo su punto de vista, la redacción de la ley debería haber sido consultada y consensuada con los profesionales del mundo animal, como es el caso de veterinarios, científicos y criadores. “No se ha contado para nada con la opinión de esa gente que son los que tendrían que opinar y marcar las pautas para generar una ley que proteja a los animales”, asegura. 

Y es que, tal y como el propio Emilio explica, los animales ya se encuentran protegidos por el Código Penal, por lo que no se debería poner el foco en la creación de una nueva ley, sino en endurecer las penas y castigar la figura de los infractores. “Muchas veces se pasan por alto. Ahí es donde tienen que incidir, que se cumpla la ley que ya está vigente y no inventarse una ley que lo que va a hacer es afectar a un amplio tejido productivo”. 

— ¿A qué sectores afectaría la aprobación final de esta ley? 

 Afecta a la ganadería y a todo lo que la envuelve. Por ejemplo, no se van a poder tener vacas en los establos, tienen que estar todas libres. No se pueden tener perros y gatos y más animales en casa si no los tienes castrados. Eso será decisión del dueño. No se pueden tener aves tropicales que no sean las que quieran los señores que proponen la ley. Esto afecta a la producción de piensos, de comederos, de bebederos, de jaulas, de equipaciones, de transporte, etc. A mí me afecta menos que a una persona que tiene una tienda de animales, una persona que vende piensos o una persona que fabrica materiales ganaderos. A mí me afecta en el sentido de que prácticamente voy a tener que deshacerme de los animales que tengo. 

Entre las polémicas de la ley, además de la insistencia del PSOE por conseguir dejar a los perros de caza fuera de la normativa, se encuentra también la reciente propuesta anunciada por Esquerra Republicana. El partido presidido por Oriol Junqueras pretende que, una vez se determine cuáles son las mascotas prohibidas en una vivienda, sea el Estado quien se reserve el derecho a arrebatar los animales a sus legítimos dueños. 

Imagen de la finca de Emilio.

Imagen de la finca de Emilio. Cedida

“¿Esa persona sabe realmente todos los animales de compañía que hay en España? Se van a ir directos al sacrificio. ¿Eso es una Ley de Bienestar Animal? Desde mi punto de vista, eso no tiene ni pies ni cabeza. No hay infraestructura para tener todos esos animales, ni hay personas preparadas para atender a todos esos animales. A mí me parece una auténtica locura todo lo que están promoviendo”, explica Emilio arremetiendo contra el partido. 

Ratones, hámsters, cobayas, chinchillas, conejos, tortugas o periquitos, entre otros muchos, pasarán a ser mascotas prohibidas con la nueva ley. Por ello, la continuidad de las aves exóticas en la finca de Emilio podría correr peligro ante la entrada en vigor de la nueva normativa. “En el plano emocional me va a afectar muchísimo, pero en el ámbito económico también porque voy a perder un montón de dinero que he invertido ahí. Eso me duele en mi bolsillo porque lo he puesto yo, nadie me ha subvencionado nada”. 

Emilio cuenta con una figura legal que le ampara: núcleo zoológico y centro de cría. Legalmente, le deberían permitir criar con las aves con las que cuenta en la actualidad. Sin embargo, la medida del departamento capitaneado por Ione Belarra llegaría incluso a prohibir la crianza a este tipo de profesionales. Algo que, según el propio Emilio, favorecerá el “trapicheo” y el tráfico ilegal de especies, como es habitual en países de América Latina y Asia. 

El día a día de Emilio 

Cada día, a primera hora de la mañana, Emilio acude a la finca para dar de comer a todos sus animales. Les da la primera toma, salvo a aquellos que tienen comederos y pueden tener comida cuando quiere. A mediodía, cuando sale de trabajar del gimnasio que regenta, regresa de nuevo para darles la segunda toma. “A la mañana les doy semillas, al mediodía fruta y pienso. Puede variar durante la época del año, en función si es época de crías o no”, cuenta.

Muchas veces, incluso, regresa por la noche para echar un último vistazo y comprobar que todo está en orden. Y es que si una cosa tiene clara es su buena y estrecha relación con sus animales. Se lleva muy bien con ellos. De hecho, todos comen de su mano. Pero a pesar de ello, intenta mantenerse firme para no cruzar ciertos límites y no hacer que se conviertan en mascotas para él. 

Emilio junto a una de sus aves exóticas.

Emilio junto a una de sus aves exóticas. Cedida

“No tengo un contacto estrecho con ellos de sacarlos y acariciarlos porque no me interesa eso. Yo no quiero que mis aves tropicales sean mascotas. Yo quiero que sigan teniendo su comportamiento como aves semisalvajes”, asegura. Pero a pesar de ello, no esconde su condición de favorito. Y es que solo hay que ver lo que ocurre cuando llega cada día a la finca “el que les da de comer”. “Se forma una algarabía…”

Para Emilio sus animales lo son todo. Y es que lejos de tratar su afición como un hobbie, la actividad que realiza podría llegar incluso a ser considerada como una forma de salvar a especies en vías de extinción. Lo explica él mismo de forma clara y sencilla con el ejemplo de la película de animación 'Río' y su protagonista ‘Blu’, un guacamayo de Spix, una especie extinguida en el año 2000. Como ocurría en el film, tan solo quedaba uno en la naturaleza. Y finalmente, desapareció. 

“El año pasado, gracias a un criador privado y la colaboración de varias entidades, este hombre ha donado 52 aves de esta especie a una fundación que se ha encargado de repoblarlo. Han puesto unos grandes aviarios y voladeros en su zona de origen y, el año pasado, se soltaron 50 a la naturaleza de nuevo. Habían nacido en cautividad. Los criadores particulares servimos como reservorio de especies en peligro de extinción. Yo tengo de hecho tres especies que están en peligro de extinción en la naturaleza”. Una situación muy parecida a la que ocurrió hace años con el kakariki de Nueva Zelanda, una especie de loro que se extinguió en la naturaleza y que, gracias a los que quedaban en cautividad, volvió en grandes cantidades a la naturaleza. 

Contra Belarra 

Emilio se ha convertido en uno de los movilizadores de los autobuses que viajarán el próximo domingo 5 de febrero a la capital para participar en la manifestación convocada por diferentes representantes del sector animal. Bajo el lema #EXOTICOSPEROFAMILIARES y #StopLeyAnimalista, partirán de la calle Alcalá hasta el Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030 para leer varios manifiestos y mostrar su rechazo a la ley. 

Él mismo ha organizado algunos de los autobuses que saldrán desde Lugo y parte de León para acudir a la protesta. “Ha costado un poco llenarlo porque mucha gente todavía no tiene conciencia de lo peligrosa que es esta ley y que creen que no va a salir adelante. Puede que no, pero puede que sí y si sale hay muchos sectores que vamos a estar afectados”. 

Además de mostrar su oposición a la nueva norma, se exigirá la devolución de las competencias al SOIVRE, el organismo dedicado al registro de especies. Cuando un criador tenía una nueva especie debido a un nuevo nacimiento, este mandaba los datos, la fecha de nacimiento, el número de anilla o el microchip al órgano para proceder a su registro como animal válido y nacido en cautividad.

Sin embargo, los problemas en la entidad comenzaron con la centralización del sistema a su sede en la capital. “Al llevarlo a Madrid lo han liado todo porque no dan abasto con el trabajo que tienen y no tienen personal capacitado. Están entregando documentos de propiedad de aves mal hechos, m al redactados…”, explica.

No saben con exactitud cuántos serán, aunque esperan que miles. Pero lo que sí que tiene claro Emilio — y el resto del sector animal afectado — es su intención de echar freno a una ley que, en caso de continuar adelante, será la ruina para millones de familias y provocará el abandono de miles de animales por el miedo de sus dueños a hacer frente a posibles multas.