De izquierda a derecha: María Lo tras ganar MasterChef y María Lo junto a su padre.

De izquierda a derecha: María Lo tras ganar MasterChef y María Lo junto a su padre.

Reportajes

La María Lo más íntima: "MasterChef hizo que le contara a mi padre que soy lesbiana antes de fallecer"

EL ESPAÑOL habla con la vencedora de la décima edición sobre su historia de superación personal en el programa.

31 julio, 2022 01:56

María Lo, la joven gaditana con raíces chinas venció a Verónica Gómez se coronó como la última MasterChef en la final con un menú que comenzaba con una oda a Cádiz, continuaba con una fusión gallego-catalana y culminaba en un postre con aromas de oriente. Pero eso es, quizás, lo que menos le ha costado en el programa. Para cocinar, al fin y al cabo, tiene talento. 

Porque durante la grabación del concurso tuvo que lidiar, no solo con sus compañeros y rivales de MasterChef o con los jueces Samantha, Jordi y Pepe, sino también con otros temas personales como la enfermedad de su padre o reencontrarse con Teresa Jiménez-La Blanca en las cocinas del talent culinario, su expareja.

EL ESPAÑOL ha hablado con María Lo para hacer un repaso de todo lo vivido en el espacio de TVE y para que haga balance de esa avalancha de sentimientos que vivió derivados de su situación personal mientras intentaba deleitar en los fogones a Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz para ganar el concurso.

Fallecimiento de su padre

María Lo vivió en MasterChef multitud de emociones y experiencias. Pero no todas relacionadas con el mundo de la cocina. La gaditana, tras superar el casting organizado por TVE (producido por Shine Iberia), se encontró en el plató con una sorpresa, su expareja Teresa, por lo que tuvo que contarle a su padre su condición sexual antes de que se enterara por televisión.

“Son dos cosas que me han marcado mucho en MasterChef, podían parecer un problema, pero para mí ha sido una parte muy bonita del concurso”, reconoce la cocinera. Y es que no fue fácil para ella reencontrarse con su ex, con la que llevaba cuatro años sin verse.

María Lo junto a su madre.

María Lo junto a su madre. Cedida

- ¿Cómo fue el reencuentro en el programa con su expareja, Teresa?

- Me di cuenta, al encontrarme con esa persona con la que había compartido tanto, que, aunque se hubiera acabado la relación romántica porque cada una elegimos nuestros caminos, Teresa fue importante para mí. En ese momento solo recordé la parte bonita de ese amor, no la parte fea, además, era una de las que mejor nivel tenía en MasterChef (fue la séptima eliminada del programa).

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- ¿Le costó mucho contarle a su padre su condición sexual?

- Me daba un poco de miedo ver cómo iba a reaccionar mi padre con 83 años, chino y muy tradicional al saber que era lesbiana y tenía pareja. Como vi que iba a entrar en el programa y no quería que se enterara por la televisión, porque le podía dar un infarto, me armé de valor, cogí el teléfono, le hice una videollamada y se lo conté. Entre lágrimas me dijo que si yo era feliz, él también lo era, que solo deseaba que tuviera salud y amor en esta vida. Fue muy bonito porque tuve la oportunidad de decirle a mi padre quien era realmente y mostrarme sin filtros. Lo de Teresa y lo de mi padre han sido dos cosas maravillosas que me han pasado en MasterChef y estoy muy agradecida.

- ¿Qué le dijo su padre tras la victoria?

- Él falleció el 7 de mayo y yo había salido de MasterChef una semana antes, pero tuve la suerte de poder estar con él unos días y explicarle toda la experiencia, todo lo que había vivido, lo logrado y verle esa cara de orgullo que tenía. La verdad es que fue muy bonito. Por lo menos lo pude compartir con él, que eso para mí era fundamental. Me dio mucha pena que mi padre no estuviese en la final, de alguna manera le dediqué ese menú final a mi madre y a mi chica, pero sobre todo a mi padre, porque la pasión por la cocina me viene de él.

¿Ahora qué? 

Tras vencer en MasterChef, María Lo se llevó un suculento premio compuesto por el trofeo de MasterChef España, el maletín con 100.000 euros del premio y el libro que se publicará con sus recetas. El próximo curso asistirá al Máster en Cocina, Técnica y Producto impartido por Basque Culinary Center. Ese último premio destaca sobre el resto, “porque ir a Donosti al Máster, sinceramente, es el mejor de todos, poder seguir formándome”, comenta.

Durante la emisión del programa creó su pequeña comunidad en redes “subiendo el contenido que a mí me interesa con mis recetas. Pensaba que era más fácil, pero son muchas horas”, afirma la gaditana entre risas.

María Lo y su madre durante MasterChef.

María Lo y su madre durante MasterChef.

- Seguiré con el mundo redes porque me encanta llegar a la gente con mis recetas y que las hagan en casa, pero quiero materializar eso en proyectos personales relacionados con la gastronomía, y uno de ellos es abrir un delivery en Barcelona con los platos con los que más me identifico y poder llegar a las casas de la gente, que intentaré hacerlo mientras esté en Donosti en el Máster. En el futuro quiero abrir un restaurante, que siempre ha sido mi sueño y un poco también el de mi padre, lo que no sé es dónde todavía.

- Como chef debe probar todo tipo de alimentos, pero, ¿hay alguno que no le guste?

- No me gusta mucho la casquería, el momento sesos y esas cosas. Me cuesta un poco comérmela porque el sabor es muy fuerte. Pero si voy a La Tasquería de Javi Estévez y me pone unos platazos de lujo, igual cambio de opinión (risas).

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- ¿La comida más sorprendente que ha comido en su vida?

- Hay algo que a la gente le parece muy raro, pero es muy típico en Cádiz, las anémonas de mar, las ortiguillas de toda la vida que parecen un moco verde frito, pero que tiene un sabor a mar que es una maravilla. No lo llamaría rareza, pero entiendo que a la gente no le guste. Y los caracoles, que son muy típicos en Andalucía.

Su padre, muy presente

El progenitor de la gaditana siempre la acompañó durante su paso por el talent culinario de RTVE a pesar de no poder están en el plató durante las grabaciones por su enfermedad. Es más, fue la primera persona que se le vino a la mente cuando la proclamaron vencedora.

- ¿En quién pensó cuando dijeron que era la ganadora?

- En mi padre porque ha sido el que me ha inculcardo esta pasión que siento por la cocina. Él me dio todo su amor a través de la comida y de cocinar, enseñándome que era lo mejor cuando íbamos al mercado… Era su manera de amar y darme cariño, mucho más que un abrazo o un te quiero, ya que los asiáticos, a nivel de emociones, son más fríos. Él fue el primero que me vino a la cabeza porque, además, no pudo estar conmigo porque estaba malito. Mi paso por MasterChef ha sido un homenaje a mi padre. Aparte de él, también se lo dedico a mi madre y a mi chica, que son las personas que más me apoyan en este mundo.

- ¿Por qué decidió presentarse a MasterChef?

- Todo el mundo que veía lo que me gustaba la cocina me decía que me presentara al programa porque me flipaba este mundo. Al final lo hice porque siempre me he querido dedicar a esto. En su momento mi padre no quería, prefería que hiciera profesiones clásicas como abogada, arquitecta o ingeniera, pero al final estudié Gestión Hotelera porque mi padre no me dejó estudiar cocina, pero seguía teniéndolo en la cabeza. Pensé que presentarme a MasterChef era un manera de cambiar mi vida y usarlo como lanzadera en esta profesión, facilitándome cambiar de registro. Y eso que entrar aquí es una lotería. Todavía estoy flipando un poco y me pellizco todas las mañanas para creérmelo.

El menú de su vida

María Lo tuvo bastante claro desde que entró en MasterChef que debía pensar un gran menú si tenía la posibilidad de llegar a la final, en el cual expresar quien era ella, su identidad, en los tres platos que presentaría.

Por eso, comenzó el servicio con una oda a Cádiz: “A mis raíces, a los toques salinos, al atún de Barbate, e hice un jugo de tomate y manzanilla, atún de almadraba, cebolleta encurtida y falso caviar de piparra”. En el plato principal (cigala marinada sobre jugo de cap i pota, esferas de apionabo, lentejas caviar y polvo de jamón ibérico) la gaditana explica que “hice mención a la parte de desarrollo personal y madurez que la viví cuando me independicé en Barcelona y Galicia, dos lugares que a nivel gastronómico me han marcado mucho. Galicia tiene un producto que es un espectáculo y Barcelona es la cuna de la vanguardia y de unos chefs de lujo”.

María Lo y su madre.

María Lo y su madre.

Pero la guinda final del menú fue el postre (un bizcocho de pistacho y té matcha, cremoso de chocolate blanco picante, crumble de pimienta rosa, sorbete de lichi y un aire de lichi y yuzu), donde apareció “esa parte asiática de la cual he renegado durante toda mi vida, pero tenía claro que quería dejar un apartado solo para el eso porque María Lo es un 70% china y era una manera de aceptar esa parte asiática que es tan especial”, destaca.

- ¿Cómo se siente después de haber ganado MasterChef?

- Todavía estoy asimilándolo y eso que lleva tiempo grabado, pero el día de la final estaba viéndola y reviviendo la experiencia porque es muy fuerte donde estoy, no me lo creo. Tengo una alegría y una felicidad en mi cuerpo que no es ni medio normal (risas) porque estoy haciendo algo que siempre he querido hacer, dedicarme a la cocina. No puedo pedir más.

- ¿Organizó alguna quedada con amigos para el último programa?

- En casa no porque me tuve que ir a Madrid por toda la promoción y no pude estar con mi familia en Cádiz. Pero mi madre sí que juntó como a 40 personas en su casa y les puso un proyector para ver la final. Yo lo vi con mi chica y tres amigos míos de Chiclana que viven en Madrid y pasamos un rato súper agradable. Compartirlo con ellos fue muy bonito.

- ¿Le fue muy difícil ocultar que sabía el resultado?

- Me miraban la cara para ver mis reacciones, me preguntaban… tuve que poner cara de póker y advertirles que no les iba a decir nada a pesar de saberlo. Guardé el secreto hasta el final porque ya había sido capaz de hacerlo durante tres meses y medio.

- ¿Qué fue lo primero que pensó en el plató cuando dijeron que era la ganadora?

- Mi cuerpo entró en un estado de shock preguntándome si de verdad eso estaba pasando o no, pero qué emoción más bonita estaba sintiendo. Fue una final bastante reñida con Verónica porque no sabíamos muy bien quien iba a alzarse con la victoria, pero cuando dijeron mi nombre… ¡fue muy fuerte! No me lo podía creer, fue muy emocionante.

- ¿Cómo definiría a Verónica, su rival en la final?

- Es una mujer a la que admiro muchísimo y me veo reflejada en ella, somos muy parecidas en el sentido de la exigencia, el perfeccionismo, el tomarnos en serio las cosas a nivel profesional cuando nos apasionan y eso me parecen unas cualidades maravillosas. Es una persona con la que, con los ojos cerrados, haría cualquier cosa, es una máquina. Aparte, Verónica es muy inteligente, tiene un gran sentido del humor y nos llevamos muy bien. Me ha encantado enfrentarme a ella en la final luchando por algo que nos apasiona.

Estrictos los jueces

Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz son muy rigurosos con los concursantes de MasterChef para que den lo máximo en cada plato, aunque no siempre lo consiguen. En cada edición no faltan los enfrentamientos y los halagos entre ambos bandos, pero, al final, casi siempre acaban como amigos.

María Lo junto al jurado de MasterChef y Ferrán Adriá.

María Lo junto al jurado de MasterChef y Ferrán Adriá.

- ¿Lo ha pasado mal con las valoraciones de los jueces?

- Obviamente son duros, pero no al extremo de que te estén machacando. He aprendido mucho de sus valoraciones, pero todo lo que dicen es verdad, son personas que llevan muchos años en la profesión y creo que nos conocen ellos mejor que nosotros mismos. Recuerdo que fue con un comentario de Pepe que me dijo que iba de sobrada donde saqué mi furia interna. Pero tenía razón, lo entendí y todo fue un aprendizaje.

- ¿Cómo les definiría?

- Samantha es una mujer muy cercana, ha sido todo un descubrimiento, me he reído mucho con ella, tiene mucho arte y es el hilo conductor de sus compañeros. Pepe es generosidad pura y dura, tiene un corazón enorme. Jordi es la precisión y la pasión por lo que hace.