MasterChef celebraba anoche su gran final de la décima temporada. Adrián, David, Verónica y María Lo habían conseguido llegar hasta ella, superando las diferentes pruebas del programa, semana a semana. Y de todos, María Lo era la que se dibujaba como la gran favorita para ganar, tal como finalmente sucedió, tras elaborar un menú final del que Ferrán Adrián no pudo sacar ni una sola pega. María se ha llevado así la publicación de su propio libro de recetas, un master en la Basque Culinary Center y 100.000 euros en metálico, a lo que hay que sumar el contrato de un año en las cocinas del Resort Catalonia Gran Costa Mujeres en Cancún, que consiguió en la prueba inicial de la semana anterior.

Curiosamente, se repite una vez más el patrón de ganadores, que cada año alterna un hombre con una mujer (Juan Manuel Sánchez / Vicky Pulgarín / Carlos Maldonado / Virginia Naranjo / Jorge Brazález / Marta Verona / Aleix Puig / Ana Iglesias / Arnau París / María Lo).

Como suele ser habitual, el último capítulo empezó con la temida prueba “sigue al chef”. Carlos Maldonado, ganador del tercer año, y primer concursante del mundo en lograr una estrella Michelin, volvió al programa para elaborar una cigala con uno puntaletes caseros, junto una versión de tortilla de patata y caviar ahumado, acabado con un aire de Yuzu.

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Carlos olvidó sus raíces en el programa, y no tuvo piedad al elaborar un plato muy difícil, y dando mucha prisa a los aspirantes, a los que llevaba con la lengua fuera. Algunos fueron un auténtico desastre, como Verónica. David y María Lo destacaron como los mejores, pero fue la andaluza la que logró ser la primera clasificada en la final.

En la prueba de exteriores, la tortilla se dio la vuelta, y fue Verónica la que brilló. Los tres aspirantes viajaron al El Celler de los hermanos Roca en Girona, y tenían que replicar un menú de Jordi, Pitu y Joan Roca, que fue valorado por siete jueces de MasterChef de todo el mundo.

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Verónica supo controlar los nervios mejor que nadie, mientras que David se equivocó con una fórmula de su receta, y Adrián tampoco conseguía que le cuajasen uno de los platos. Finalmente, Verónica consiguió el pase a la final, tras unos platos a los que no se pudo sacar ninguna pega.

Ya en el duelo final, Verónica y María Lo tenían que elaborar un menú completo (entrante, plato principal y postre) con elaboraciones que mostrasen su evolución a lo largo de estos meses, y ambas aspirantes supieron controlar la situación por completo.

Verónica diseñó su menú, basándose en los productos de temporada de las cuatro estaciones. Como entrante de primavera, licuado de guisantes, angulas salteadas, colmenillas confitadas, espuma de ajo, y aire de espárrago blanco. Después bogavante con sopa de algas y marisco, gelée de crustáceos, bizcocho de coral, gel de sidra y salsa de yema de huevo. Y terminó con un bizcocho de chocolate con crema de calabaza especiada, helado de apionabo y lima con crumble de castaña y toffee salado de haba tonka.

María Lo, por su parte, quiso reflejar vivencias personales en su menú. Empezó con un jugo de tomate y manzanilla, quenelle de atún de almadraba, cebolleta encurtida, y falso caviar de piparra. El plato principal fue cigala marinada sobre jugo de cap i pota, esferas de apionabo, lentejas caviar y polvo de jamón ibérico. El postre fue un bizcocho de pistacho y té macha, cremoso de chocolate blanco picante, crumble de pimienta rosa, sorbete de lichi y un aire de lichi y yuzu.

Aunque ambas lograron buenas valoraciones, finalmente, fue María la ganadora, quien definió su paso por el programa como “una superación y satisfacción personal inmensa. Ha sido brutal. He cumplido un sueño, es la experiencias más importante y más heavy de mi vida”.