Francisco, el neonazi que ha atacado sedes de Podemos e Izquierda Unida.

Francisco, el neonazi que ha atacado sedes de Podemos e Izquierda Unida. E. E.

Reportajes

Este es Francisco: ultra del Murcia, ávido lector de Hitler y neonazi que ataca sedes de Podemos e IU

La Brigada de Información trata de aclarar si este 'cabeza rapada' actuó solo o forma parte de una estructura organizada de extrema derecha

13 noviembre, 2021 17:52
Murcia

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Francisco tiene un sentido del humor muy particular, por no decir nauseabundo, porque se ríe con memes sobre el holocausto nazi y la muerte de niños en África por problemas de desnutrición. Uno de sus libros fetiche es 'Mi lucha', escrito por el dictador alemán Adolf Hitler. También le gusta el fútbol, pero no para disfrutar del deporte rey mientras anima a su equipo, sino para liarla con un grupo ultra del Real Murcia del que es miembro. A Francisco le apasiona la ideología neonazi y usa la violencia contra la izquierda: tratando de quemar la sede de Podemos en Cartagena o apedreando un local de IU en León.

Tales datos facilitados a EL ESPAÑOL, a través de una fuente próxima a la investigación de la Policía Nacional, dibujan el perfil radical y peligroso del 'cabeza rapada' más famoso del país por un motivo: el ataque que supuestamente perpetró contra la sede de Podemos en Cartagena, se produjo coincidiendo con las elecciones a la Comunidad de Madrid. Aquella noche del 2 de abril, cuando Francisco presuntamente lanzó varios cócteles molotov, no solo ardió la sede morada, sino también la campaña electoral madrileña porque la polarización de los discursos fue máxima.

Ese ataque catapultó a la fama al misterioso encapuchado que trató de prender fuego a las instalaciones podemitas de la ciudad portuaria. Todo ello tras realizar pintadas del tipo: 'Hijos de Puta', 'Escoria Corrupta' y 'No al terrorismo de Estado'. El Grupo I de la Brigada de Información de la Policía Nacional se dejó la vida para dar con el autor del ataque, mientras Francisco seguía con su vida como si nada: trabajando de cuando en cuando en el sector hostelero y sin ocultar su ideología hasta en la vestimenta.

Prueba de ello es su cazadora bómber, con la bandera franquista y una cruz de hierro nazi. En su armario también tenía una camiseta de Krasny Bor, que no dudaba en lucir este joven, de 20 años, por los alrededores de donde reside: en la calle Tirso de Molina, en la estación de tren de Cartagena... El estampado aludía a una encarnizada batalla de la II Guerra Mundial, librada en los arrabales de Leningrado, y donde la División Azul combatió junto al Tercer Reich contra el Ejército Rojo soviético.

Este veinteañero nacido en Balsicas, en una pedanía de Torre Pacheco, uno de los principales reductos electorales de Vox, disponía de abundante material de contenido xenófobo y nazi en su piso de la ciudad cartagenera: libros, pegatinas y banderas con la cabeza de muerto usada como insignia de las temidas SS de Hitler. También contaba con un arsenal de armas blancas: una daga decorada con una esvástica, machetes de supervivencia para la selva, puños americanos, hachas de varios tamaños, varios modelos de navaja, como una mariposa, un linchaco de fabricación casera...   

El joven 'cabeza rapada' detenido por la Policía Nacional en agosto por lanzar cócteles molotov a la sede de Podemos.

Utilizó las mismas zapatillas

La característica vestimenta de extrema derecha de Francisco S. M., de 20 años, ha sido una de las claves de la investigación para detenerle como el supuesto autor del lanzamiento de cócteles molotov a la sede de Podemos en Cartagena, así como de apedrear los cristales de un local de Izquierda Unida en el municipio leonés de San Andrés de Rabanedo.

La Brigada de Información analizó -al milímetro- la grabación de las cámaras de seguridad que el partido morado tenía en la fachada de su local en la ciudad portuaria. El mismo que había sido atacado en otras cinco ocasiones. Aquella noche de Viernes Santo, el misterioso encapuchado vestía un pantalón de chándal, con tres franjas blancas; un abrigo oscuro, con capucha; portaba guantes, y calzaba un característico modelo de zapatillas.

Una fuente próxima a la investigación confirma a EL ESPAÑOL, que este 'cabeza rapada' cometió el error de ponerse las mismas deportivas en los ataques que presuntamente perpetró contra sedes de partidos de izquierdas: en abril de 2021, en Cartagena, y en junio de 2020, en León. "Es un modelo que usan colectivos de extrema derecha porque evidencia la supremacía de la raza blanca sobre la raza negra: el fondo de la zapatilla es negro y tiene tres rayas blancas que están por encima".

Esas deportivas permitieron descartar la teoría del ataque autoinfligido por Podemos, con el objetivo de obtener rédito electoral en Madrid. De forma que la Brigada de Información revisó el listado de personas reseñadas por sus vínculos con colectivos radicales de ultraderecha. Y ahí estaba Francisco: un adolescente que había sido identificado varias veces por participar en conferencias, reuniones y manifestaciones hostiles contra inmigrantes, musulmanes, homosexuales... 

También le tenían echado el ojo por su pertenencia a Ultras Murcia 1908: los hinchas que solían colocarse en la tribuna lateral inferior (córner) del otrora Estadio Nueva Condomina, cuando el Real Murcia militaba en Segunda División. "Francisco fue detenido en un partido de fútbol que el Real Murcia disputó en Orihuela, porque portaba un arma blanca, y estaba con un grupo ultra vinculado a la ideología de extrema derecha", ejemplifica a este diario una fuente próxima al caso.

Un 'Apolo' le vigiló

El domicilio de Francisco estaba a menos de veinte minutos a pie de la sede de Podemos en Cartagena y con el historial que arrastraba este camarero, la Policía Nacional lo tuvo claro: desplegó por la zona un 'Apolo' -un vehículo camuflado-. Los investigadores hicieron un seguimiento diario a este 'cabeza rapada' que condujo a su detención por delitos de daños y contra los derechos fundamentales.

Durante el registro de su piso se intervinieron las famosas zapatillas captadas por las cámaras de seguridad de Podemos. Para más señas, las deportivas las había teñido de otro color, de forma cutre, con el objetivo de eliminar pruebas, pero lo único que consiguió Francisco fue quedar más señalado a ojos de la Policía Nacional.

Los grafitis de la sede de IU en un pueblo de León y los del local de Podemos en Cartagena que analizó la Policía Nacional.

Los grafitis de la sede de IU en un pueblo de León y los del local de Podemos en Cartagena que analizó la Policía Nacional. Esteban Palazuelos

Las 'obras literarias' que hallaron en su cuarto causaban pavor. Valgan como ejemplo: 'La revolución de las almas', en cuyo prólogo se habla de "la mística social y revolucionaria del fascimo", o 'Waffen SS en acción', centrada en el cuerpo de combate de élite de Adolf Hitler para imponer un nuevo "orden racial". También tenía memes racistas, como uno del Pato Donald, en el que el personaje de Disney se ponía erecto al ver un grupo de niños africanos desnutridos y un montón de cadáveres de judíos, apilados en un campo de concentración nazi.

En el registro practicado en agosto, se intervino tal cantidad de material adoctrinante y armas blancas, que la Brigada de Información comenzó a sospechar que Francisco podría estar detrás de algún ataque más con tintes de odio ideológico.

Entre los casos denunciados, y sin resolver, estaba el de la sede de Izquierda Unida y el Partido Comunista en San Andrés de Rabanedo: un municipio leonés de 30.549 habitantes, donde el Ejército de Tierra cuenta con la Base Conde de Gazola. En ese local, la noche del 30 de junio de 2020, otro misterioso encapuchado apedreó los critales y realizó una serie de pintadas amenazantes: 'Comunistas asesinos', 'Comunistas terroristas', 'Al horno'...

La escritura de las pintadas de esa denuncia fue analizada y Francisco pasó a estar en la diana del acto vandálico de León. "A simple vista se evidencia como la escritura es de grafía similar a las realizadas en la sede de Podemos en Cartagena". Los sabuesos de la Brigada de Información detectaron coincidencias en el trazado de las letras 'A', 'N' o 'R', del grafiti 'Al horno', aparecido en las intalaciones leonesas de IU, con el de 'No al terrorismo de Estado', del local morado en la ciudad cartagenera.

El móvil Samsung Galaxy

Las pruebas palmarias se hallaron al analizar el móvil de este neonazi. En su Samsung Galaxy constaba la foto que ilustra este reportaje: Francisco, haciendo un par de peinetas en la estatua de Guzmán El Bueno, el militar y noble leonés fundador de la casa de Medina Sidonia. El monumento está en la Avenida Condesa de Sagasta de León y este 'cabeza rapada' se fotografió allí durante su estancia por la provincia leonesa. De hecho, los investigadores confirmaron que pasó la noche con su novia, en San Andrés de Rabanedo, el mismo día que atacaron el local de IU.

Por si eso no fuera poco, en el móvil de este veinteañero había un vídeo del ataque a Izquierda Unida. Esta práctica es habitual entre miembros de grupos radicales: inmortalizan sus 'hazañas' para luego mostrarlas a sus amigos y jactarse de ello. En este caso, Francisco podría haberse librado porque en la grabación solo aparece un encapuchado, pero los investigadores analizaron cada fotograma y cantaron bingo: el sospechoso llevaba las mismas zapatillas que aparecían en el vídeo de Cartagena.

Y la guinda: una prenda de ropa que lucía en varias fotos que se hizo en su periplo en León, junto a su novia, era igual a una intervenida en el registro de su piso en la ciudad cartagenera. "Sus prendas son representativas, como si de un uniforme se tratara, y solo son usadas para actos vandálicos", detalla la mencionada fuente. El trabajo del Grupo I de la Brigada de Información de la Policía Nacional fue de matrícula de honor porque permitió vincular con el mismo autor, dos ataques perpetrados con diez meses de diferencia, y con una distancia de 790 kilómetros.

Francisco, a la salida de la Comisaría de Cartagena, tras ser detenido por agentes de la Policía Nacional.

Francisco, a la salida de la Comisaría de Cartagena, tras ser detenido por agentes de la Policía Nacional.

¿Forma parte de un grupo?

Francisco volvió a ser detenido este 2 de noviembre, por segunda vez, como presunto autor de un delito de daños, contra los derechos fundamentales y las libertades públicas. De forma que sigue incrementando su currículum delictivo, ya que también le consta un supuesto delito de lesiones, ocurrido en Torre Pacheco, por el que la Guardia Civil instruyó diligencias en junio de 2018.

La investigación sobre este veinteañero no se ha cerrado: ahora la cuestión es dilucidar si actuaba por su cuenta o si solo es el eslabón de un grupo organizado. Esta semana el diputado de Podemos en el Congreso, el murciano Javier Sánchez Serna, alertó de ello: "Hay una estructura organizada de la extrema derecha que opera por todo el país".

Motivos para la sospecha existen a raíz del análisis del Samsung Galaxy de este neonazi, afincado en Cartagena. EL ESPAÑOL ha podido saber que Francisco estaba en un grupo de WhatsApp donde aparecen ultras de distintos puntos de la Región de Murcia. Uno de ellos es 'El Disturbios': conocido por la crudeza de sus agresiones, líder de un movimiento de extrema derecha en la capital del Segura y miembro de la Asociación Lo Nuestro, de corte nacionalista español, donde han llegado a afirmar que su ejemplo a seguir es Hogar Social Madrid.

En las conversaciones que se están analizando se hace referencia a la creación de la sección murciana de Bastión Frontal: una organización juvenil de extrema derecha, que se creó durante el confinamiento en el barrio obrero de San Blas de Madrid. La base de sus postulados se sustenta en el nacionalismo alemán del siglo XIX, previo al nazismo, y son portidarios de abolir la Constitución de 1978.

"Lo ocurrido en León y Cartagena podrían no ser actos vandálicos, sino el resultado de una estructura que se organiza a través de grupos de WhatsApp y que cuenta con recursos económicos de la ultraderecha para financiar viajes, armas blancas, merchandising, pegatinas y panfletos". De momento, por el ataque al cuartel general morado en la ciudad portuaria, la Policía Nacional también ha indentificado por su supuesta implicación a Javier: un joven, natual de Alicante, amigo de Francisco, y que también es miembro del grupo Ultras Murcia 1908.