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Se buscan albañiles españoles por 2.600 € al mes para un ‘simpático’ pueblo de Alemania

El SEPE publicó en abril una convocatoria para obreros de la construcción para trabajar en Scheßlitz, una localidad en el estado germano de Baviera. 

7 mayo, 2021 03:04

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Hace 20 años, un albañil en España podía fácilmente conducir un BMW, hipotecarse y llevar a sus hijos a un colegio de pago. Eran los tiempos de la burbuja que terminó estallando y dejó a su paso —junto con la crisis financiera— un país arruinado. Ahora trabajar en la construcción en nuestro país no se paga como entonces, ni de lejos, pero en otros países de Europa sí. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) publicó el pasado 16 de abril una oferta de empleo para trabajar como albañil en Alemania. Condiciones: 2.600 euros al mes, posibilidad de clases de alemán, 30 días de vacaciones y móvil de empresa.

La oferta proviene de la Agencia Federal para el Trabajo del país germano y el trabajo se desarrollaría en la ciudad de Scheßlitz, en el estado de Baviera, uno de los más ricos del país. Entre los perfiles demandados están la albañilería de hormigón y encofrado. Los requisitos son haber completado una formación como albañil o tener mucha experiencia en el sector. Asimismo, es recomendable —pero no imprescindible— saber hablar alemán. Para quienes estén interesados en aprender el idioma, se plantea la posibilidad de recibir clases.

Alemania es uno de los países que más demandan mano de obra extranjera y a menudo lanza ofertas hacia países vecinos en las que ofrece aprender el idioma y hasta formación profesional gratuita, sin dejar de pagar por el trabajo. Además se da la casualidad de que Baviera es el estado alemán con las constumbres más parecidas a las españolas, por ejemplo, en horario. El fútbol y la cerveza también son religión en la región alemana y —puestos a hablar de religión— el catolicismo es la creencia mayoritaria. 

Sin embargo, en España el sueldo promedio de un albañil ronda los 1.300 euros al mes, según el portal de empleo Indeed. Esta cifra puede llegar a doblarse según el grado de especialización del trabajador.

Estos bajos sueldos y el recuerdo de la burbuja hacen que el sector de la construcción esté envejecido. A los jóvenes ya no les interesa colocar ladrillos bajo el sol por 1.300 euros. Actualmente hay cerca de medio millón de albañiles en España y, antes de que la pandemia atacara, eran pocos para la demanda que había. De hecho, su tasa de paro era menor que en la industria y en la agricultura.

El pueblo alemán de Scheßlitz, en Baviera.

El pueblo alemán de Scheßlitz, en Baviera.

La vacas gordas

El sector de la construcción empezó en 2015 a resurgir de sus propias cenizas tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. La espiral de especulación se empezó a fraguar a partir de 1997, cuando los precios de la vivienda se empezaron a disparar fruto de una mayor demanda. Eran tiempos de vacas gordas.

En el año 2003, la Comisión Europea advirtió a España de los peligros que acechaban, mientras el precio de la vivienda duplicaba la subida del IPC. "El peligro de que un aumento significativo en los tipos de interés o un futuro deterioro del mercado laboral pudiera en algún punto inducir a una corrección del tamaño de los mercados inmobiliarios de algunos Estados miembros", advirtió Europa. A los pocos meses, el Banco Central Europeo hizo lo propio, así como numerosas voces del mundo académico.

España siguió a lo suyo, incluso bien entrada la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. El batacazo se presentaba importante, y así fue. La burbuja explotó a finales de 2007 y principios de 2008 con una enorme bajada de la demanda y de los precios. Las grandes empresas de construcción bajaron sus ventas un 72%. El sector pasó de ingresar 500 millones de euros, a ingresar 20.

Imagen de archivo de un obrero de la construcción en España.

Imagen de archivo de un obrero de la construcción en España. EFE

Cientos de constructoras quebraron y miles de trabajadores de la construcción se fueron a la calle arrastrando las deudas de mantener un holgado tren de vida. España se quedó en cuestión de meses sin un modelo de crecimiento sólido y el sector no empezaría a recuperarse hasta el año 2015.

Sin embargo, hay voces expertas que señalan que esta crisis nunca se ha superado del todo, ya que muchas entidades financieras siguen poseyendo un ingente cantidad de vivienda vacía, fruto de los impagos —y posteriores desahucios de la crisis—, así como los desmesurados créditos que se concedieron a los constructores.

Más oportunidades en Alemania

La llegada de la pandemia en marzo de 2020 ha afectado a la construcción tanto como a los demás sectores, con la diferencia de que en esta crisis los trabajadores españoles han contado con el respaldo de los ERTE. El batacazo ha sido, pero menor.

Es este contexto cuando Alemania hace un llamamiento a los albañiles españoles para trabajar en un pequeño pueblo de unos 7.000 habitantes a las orillas del río Regnitz. Y, además, con unas condiciones que ya las quisieran muchos trabajadores cualificados del sector terciario.

No es la primera vez que el país germano hace un llamamiento a los trabajadores españoles. El SEPE publicó a principios del mes pasado una oferta para cuidadores de mayores. Alemania buscaba a titulados en Bachilllerato dispuestos a cursar una formación similar a una FP de enfermería. Una vez terminada, los trabajadores pasaban a cobrar 1.950 euros, asegurados hasta 2026.