Félix Sanz Roldán, ex director del CNI, acaba de incorporarse a Iberdrola en la división International Advisory Board en calidad de asesor geopolítico del presidente ejecutivo. Su fichaje por la energética se produce después de que el general haya obtenido el nihil obstat del Ejecutivo ante posibles incompatibilidades, tras cesar en julio de 2019.

Sorprende que esta contratación sin precedentes de quien ha sido el jefe de los espías durante una década por una compañía del Ibex, no haya sido cuestionada por ninguno de los grandes partidos políticos. 

Secretos de Estado

Sanz Roldán, que fue nombrado por Zapatero y reafirmado por Rajoy y por Pedro Sánchez, ha vivido en primera línea y ha sido protagonista de episodios tan oscuros como el viaje de Juan Carlos I a Botsuana, la interlocución con Corinna Larsen y la propia abdicación del Emérito.

Dado que son tantos los secretos de Estado que guarda el general, y puesto que su aterrizaje en Iberdrola no puede obedecer a un capricho repentino de su presidente ejecutivo, Ignacio Sánchez Galán, no son pocas las voces que advierten de que estamos ante una operación de Estado para blindar su silencio.

Puerta giratoria

Si no basta que la mujer del César sea honrada, sino que ha de parecerlo, la democracia debe ser lo suficientemente escrupulosa en sus procedimientos como para no alimentar la desafección. No hay nada en la ley que impida a Sanz Roldán fichar por una gran compañía del Ibex, pero formalmente no tiene un pase.  

En el mejor de los supuestos estaríamos ante un caso de puerta giratoria en grado máximo que mancha la imagen del Estado. Pero no hay que descartar que asistamos a la ecuación de "dinero por silencio". Y no están los tiempos para estas cosas.