El tuit de Óscar Puente en Nochebuena.

El tuit de Óscar Puente en Nochebuena. X

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La respuesta de Puente al Rey: Franco y Millán-Astray

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Menos de cuatro horas tardó Óscar Puente en responder al Mensaje de Navidad del Rey en el que apelaba a la concordia y pedía el cese de la crispación política.

Lo hizo con un tuit tan desafortunado como impropio de un miembro del Gobierno, comparando al presidente valenciano, Carlos Mazón, y al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, con Francisco Franco y Millán-Astray. Una equiparación absurda, repugnante y profundamente irresponsable.

"La tensión en el debate público provoca hastío, desencanto y desafección", había dicho Felipe VI.

A Puente, empeñado en tensionar y fracturar la sociedad, ni siquiera le frenó que fuera Nochebuena. Pero hay comparaciones que retratan más a quien las hace que a sus destinatarios. Esta es una de ellas.

Si es inconcebible que un miembro del Gobierno se dedique de forma sistemática a sembrar división, peor aún resulta que lo haga despreciando el llamamiento del Jefe del Estado a la moderación y al entendimiento.

No se trata solo de una cuestión de cortesía institucional, sino de responsabilidad cívica.

Para colmo, a primera hora del día de Navidad, después del ladrido de dóberman del ministro de Transportes, volvió el caos al tráfico ferroviario, con trenes detenidos y miles de pasajeros afectados.

A los ciudadanos les rentaría más -parafraseando a Pedro Sánchez en Extremadura- que el ministro se concentrara en gestionar los problemas del transporte público, que son de su competencia, en lugar de dedicarse a sembrar odio y rencores guerracivilistas.

El contraste entre el mensaje conciliador del Rey y la actitud del ministro tuitero es una muestra del clima de intolerancia que tratan de imponer personas que tienen la responsabilidad de dirigir el país.

España no está en guerra, pero vive en una trinchera permanente. Y Puente ha vuelto a demostrar que le faltan autocontrol y sentido de Estado: mientras el Rey pedía bajar el tono, a él le faltaba tiempo para encender otra hoguera.

Está claro que Sánchez ya está en campaña, pero no todo debería valer para intentar movilizar el voto.