Telma, Elma, Alberto II, la Preysler y los rockeros que nunca mueren

Telma, Elma, Alberto II, la Preysler y los rockeros que nunca mueren Guillermo Serrano

EL BESTIARIO

Telma, Alberto II, la Preysler y los rockeros que nunca mueren

Telma Ortiz, 'los Mónaco', Beatriz Arrastia y Charlie Watts; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.

29 agosto, 2021 02:08

Telma Ortiz 

Guillermo Serrano

Parece que la estoy viendo. Telma era una flaca que tuvo la suerte de nacer en una familia donde todas eran flacas y estiradas. Telma y Letizia, las que más. A una la conocimos gracias a la otra y, en general, a todas gracias a todas. Telma probó suerte  con distintos hombres y en diferentes destinos profesionales. Su primera pareja fue  un abogado al que conoció en Filipinas gracias a la AECI.

El abogado y la hermanísima regresaron a España y volvieron locos a los paparazzi, muchos de los cuales acabaron en los tribunales por una embestida del jurista enamorado. Afortunadamente para los reporteros, todo quedó en agua de borrajas. Sin embargo, los novios fueron padres de una niña a la que llamaron Amanda. 

Más tarde, separada ya del novio que odiaba a los paparazzi, Telma consiguió un trabajo en Barcelona y un noviete llamado Ignasi Cardelús (delegado de Presidencia y Relaciones Institucionales del Consistorio). De Cardelús pasó al corredor de Fórmula 1 Marc Gené y, finalmente, a Jaime del Burgo (hijo del que fuera primer presidente de la Diputación Foral de Navarra), con quien se casó por los curas en el Monasterio de Leyre.

Del Burgo dio paso a Robert Gavin, un irlandés grandullón casado con Sharon Corr,  cantante y violinista del grupo The Corrs. Lo más interesante de ese culebrón era la habilidad  de Sharon como letrista. Una de sus letras  dice precisamente: “la tonta y el escorpión”. 

La flaca y el grandullón viven en la Moraleja (Madrid) y entran y salen de Zarzuela cuando les da la gana. Porque pueden, claro. 

Los Mónaco

Guillermo Serrano

Les llaman “los Mónaco”. No se si está bien o mal dicho, pues en  materia de títulos  nobiliarios, el personal es muy exigente. Así, por ejemplo, dicen 'los Alba', 'los Luca de Tena, 'los Medinaceli', 'los Fernández de Córdoba', 'los Noruega', 'los Bután', 'los Terranova' o 'los Zaragoza'. Tal vez algunos de ellos no existen, pero yo los doy por buenos. 

Hace unos años, una amiga aristócrata me contó la historia de Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que entonces era la mujer más rica de España. Condesa de Torre Arias, para más señas. La gracia residía en el famoso Torre Arias, que no solo era un título nobiliario, sino el nombre de una cercana estación de metro.

Volviendo a 'los Mónaco', desde hace unos días no se habla de otra cosa: que se separan Albertito y Charlene. En realidad se están separando desde que contrajeron matrimonio, pero ahora va más en serio. Este año, Charlene dejó plantados a su marido y a los hijos con la excusa de viajar a Sudáfrica para una operación de oídos.

Pero han pasado los meses y los oídos de Charlene no prosperan, con lo que el casi Rey del Principado ha decidido tomar cartas en el asunto y desplazarse a Sudáfrica para pedir explicaciones a su chica. 

Dicho y hecho. No hay mejor desmentido que un buen testimonio gráfico. Ahora ya   sabemos que la familia que se fotografía unida, permanece unida. 

Preysler 

BeaArrastia

BeaArrastia Guillermo Serrano

Beatriz Arrastia (Beba para los íntimos) falleció esta semana en la residencia de Puerta de Hierro donde vivía desde los años noventa con su hija Isabel y algunos de sus nietos. Madre e hija estaban muy unidas. Tanto, que Beatriz llegó a decir publicamente: “Isabel es maravillosa: vale su peso en oro”. 

Estos dias hemos visto a Isabel en el couché, ocultando su tristeza tras unas gafas de sol y rodeada de sus hijos. No hay mujer en el mundo que se enfunde el luto con más elegancia que Isabel Preysler. Las tres últimas veces que ha vestido de riguroso negro han sido precisamente con ocasión de la muerte de su hermana Beatriz, su exmarido Miguel Boyer y ahora su madre, 'Beba' Arrastia.

El fallecimiento de Beatriz Arrastia, a los 98 años de edad, ha sido para Preysler un auténtico motivo de sacrificio y dolor. No solo porque se la ha llevado la enfermedad por delante sino porque ha muerto después de haber visto morir a tres de sus seis hijos.

Charlie Watts 

Guillermo Serrano

Se ha ido Charlie Watts, a los 80 años y sin avisar. Era el Rolling más tranquilo,  elegante y enamorado. También el de chasis más escuálido. Un percusionista prodigioso. Sus solos de batería quedarán para la historia.

Como el resto de compañeros de la banda, estuvo enganchado a las drogas (“sustancias”, se dice para disimular) aunque no tanto como Mick Jagger y Keith Richards. A Charlie le redimió el amor de Shirley Ann, la interesante y bella esposa  de la que estuvo a punto de separarse. Por suerte no lo lograron. Charlie se ha ido  dejando solas a sus dos mujeres, Shirley y Sheraphina, la esposa y la hija, que ahora lloran su pérdida en la pequeña granja donde conocieron la felicidad. 

Monógamo y discreto. Vestido siempre como un figurín, parecía recién salido de una revista de moda para lords.

Charlie Watts se va pero se queda. Su semblante de porcelana ilumina el recuerdo  de los años vividos. Qué pena. De este hombre nunca podremos decir que los viejos  rockeros nunca mueren. 

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