Funeral del 'número dos' de Hamás en Beirut, Saleh al Arouri, este jueves.

Funeral del 'número dos' de Hamás en Beirut, Saleh al Arouri, este jueves.

Oriente Próximo

"El crimen no quedará sin castigo": Israel, en alerta por miedo a la venganza de Hezbolá y los ayatolás

Mientras Israel completa la ocupación de Gaza, las luchas se recrudecen en el sur del Líbano tras la muerte de Saleh El Arouri.

5 enero, 2024 02:04

La amenaza de que el conflicto entre Israel y Hamás se extienda por el resto de Oriente Medio está presente desde el mismo 7 de octubre y parece más activa que nunca en este inicio de 2024. Aunque en un principio las presiones diplomáticas y militares de Estados Unidos parecieron calmar las ansias de Irán y de sus distintas milicias repartidas por toda la región -la Resistencia Islámica en Irak y en Siria, Hezbolá en Líbano, Hamás en Palestina, los hutíes en Yemen…- lo cierto es que los últimos acontecimientos están provocando una escalada dialéctica que no hace sino aumentar la tensión.

Mientras Israel parece completar la ocupación de Gaza, partiendo en dos la zona intermedia de la Franja y aislando la ciudad de Deir El Balah, último reducto de Hamás en la Franja, las luchas se recrudecen en el sur del Líbano.

El toma y daca de misiles es continuo entre Hezbolá y las IDF desde hace años, pero se ha intensificado en las últimas semanas. Israel está intentando convencer al gobierno legítimo de Beirut para que expulse a Hezbolá de la frontera y establezca una zona de seguridad de unos diez kilómetros… pero el gobierno legítimo de Beirut no tiene capacidad para imponer algo así y lo más que puede hacer es confiar en que nada de esto le afecte en demasía.

Todo hace indicar que Israel está en condiciones de abrir un segundo frente… y que no le haría demasiados ascos a la posibilidad. Crecidos ante el éxito militar en Gaza -no así el diplomático: sigue sin encontrar el rastro de los 125 rehenes que quedan en manos de Hamás-, los dirigentes israelíes parecen ver con buenos ojos una ofensiva sobre Hezbolá que haga retroceder al menos a la milicia chií lo suficiente como para que deje de ser una amenaza constante. De momento, según información de la inteligencia estadounidense, habrían conseguido echarles hacia atrás unos dos kilómetros.

Esta retirada choca con las declaraciones este miércoles de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, en las que prometía venganza contra Israel por el asesinato de Saleh El Arouri, número dos de Hamás, eliminado por Israel en Beirut. Nasrallah ha mostrado una actitud variable desde la matanza del 7 de octubre: salió inmediatamente a recordar a Israel que atacaría Cisjordania “como se les ocurriera poner un pie en Gaza” y cuando se confirmó la intervención terrestre, reculó de inmediato y anunció que su milicia no entraría en guerra abierta con Israel.

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"El crimen no quedará sin castigo"

Sin embargo, puede que el momento del conflicto esté a punto de llegar. Israel, como decimos, parece preparado, y la retórica bélica de Hezbolá, Irán y sus aliados no deja de intensificarse. “El crimen no quedará sin castigo”, anunció Nasrallah, palabras similares a las pronunciadas desde Teherán por Mohammed Reza-Ashtiani, ministro de defensa de la república islámica, quien insistió esta semana en que “estos asesinatos serán contestados en su debido momento”.

Hay que recordar que no solo Israel está atacando objetivos vinculados a Irán -además de El Arouri, las IDF asesinaron la semana pasada a Razi Musavi, uno de los líderes de la Guardia Revolucionaria en Siria-, sino que Estados Unidos está mostrando un papel particularmente activo en la zona. Este jueves atacó con drones determinados barrios de Bagdad (Irak) para eliminar a más jefes pro-iraníes, con el resultado de decenas de muertos entre la población civil.

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Asimismo, la quinta flota sigue alerta a la situación en Yemen, donde los hutíes pretenden impedir el tránsito de buques comerciales por el Mar Rojo, afectando directamente los intereses económicos norteamericanos. La ruta del Mar Rojo al Canal de Suez es vital para el negocio marítimo con Arabia Saudí, Israel, Egipto y todos los países de la zona. Las pérdidas se estiman ya en cientos de millones de dólares y tiene pinta de que, tarde o temprano, habrá que decir “basta”. Incluso la India ha amenazado con enviar buques de guerra a la zona.

El ISIS se une a "la fiesta"

Tenemos, por lo tanto, a Israel atacando a miembros de Hamás en Líbano, a miembros de la Guardia Revolucionaria en Siria y haciendo retroceder a Hezbolá dos kilómetros en la frontera norte. Tenemos, también, a Estados Unidos, repeliendo los ataques de los hutíes y atacando Bagdad. Ahora bien, eso no es todo. En las últimas horas, se ha sabido que los islamistas del ISIS podrían estar detrás de la matanza en el sur de Irán de 84 personas coincidiendo con el homenaje al general Qassem Solemaini, asesinado precisamente un 2 de enero de 2020 por orden personal de Donald Trump.

Aunque en un principio se pensó -con cierta lógica- que Israel o Estados Unidos podrían estar detrás del ataque, al final ha sido el ISIS el que ha reivindicado el atentado. Eso abre un nuevo e inesperado frente, pues hace tiempo que el ISIS no juega un papel relevante en Oriente Medio y, de hecho, el islamismo chií de los ayatolás iraníes ha ocupado buena parte de sus posiciones en los estados fallidos de Irak y Siria, donde el califato tenía más predicamento.

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El asesinato de Solemaini ya provocó en su momento las más encendidas protestas y amenazas contra Estados Unidos por parte de Teherán. Si hubiera estado detrás de este nuevo atentado, es imposible saber cómo habría reaccionado Irán. La alerta, en cualquier caso, sigue siendo máxima: en el cara a cara, los ayatolás no tienen mucho margen, pero son expertos en la guerra por la espalda, como se demostró el 7 de octubre y se está poniendo en evidencia en el Mar Rojo. Hace bien Israel en prepararse para lo peor, pues así le será más fácil evitarlo. En cuanto a Estados Unidos, sus tropas llevan tiempo en alerta máxima, lo que también parece más que razonable.