La ministra de Defensa de Lituania en una reunión con su homólogo sueco la semana pasada.

La ministra de Defensa de Lituania en una reunión con su homólogo sueco la semana pasada. Fredrik Sandberg Reuters

Europa

La ministra de Defensa de Lituania dimite al considerar "insuficiente" el gasto militar: "No puede ser inferior al 5,5%"

Dovilė Šakaliene perdió la confianza de la primera ministra tras filtrar que el presupuesto del Gobierno para Defensa era inferior al 5%.

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D. Barreira
Publicada

Las claves

La ministra de Defensa de Lituania, Dovilė Šakaliene, dimite por discrepancias sobre el gasto en defensa, exigiendo un presupuesto mínimo del 5,5% del PIB para 2026.

Šakaliene filtró que el gasto en defensa no alcanzaría el 5% del PIB, lo que fue calificado por la primera ministra Inga Ruginiene como un "acto de sabotaje".

La renuncia de Šakaliene deja dos ministerios vacantes en el Gobierno lituano, en un contexto de tensiones políticas y críticas sobre la gestión del gasto en defensa.

Crisis política en Lituania por el aumento del gasto militar. La ministra de Defensa, Dovilė Šakaliene, ha presentado este miércoles su dimisión por diferencias con la primera ministra, Inga Ruginiene, en referencia al porcentaje del PIB que debe destinarse al rearme y a las inversiones en seguridad ante la amenaza rusa.

"Para mí, la defensa de Lituania es, ante todo, un ejército fuerte, el cumplimiento de las obligaciones de defensa colectiva y una sociedad resiliente en la que los ciudadanos comprendan y participen en la defensa del Estado. En 2026, el presupuesto de Defensa no puede ser inferior al 5,5%", justificó Šakaliene en un mensaje publicado en su cuenta de Facebook.

La disputa tiene su origen en una reunión informal celebrada la semana pasada en el Ministerio de Defensa a la que asistieron periodistas y líderes de opinión. Šakaliene, según el diario LRT, compartió documentos internos del Gobierno mostrando que los planes iniciales contemplaban que el gasto militar iba a ser inferior al 4% del PIB.

Unas cifras que se fueron corrigiendo poco a poco. Primero, en otra reunión del Ejecutivo celebrada el 1 de octubre, se acordó elevar el gasto en Defensa al 4,87% en 2026. Pero ante las críticas de blogueros militares y otros expertos en la materia, Ruginiene y su gabinete se comprometieron a invertir el 5,38%.

"Aun así, la financiación sigue siendo insuficiente, y algunas adquisiciones previstas del Ministerio de Defensa tendrán que cancelarse. Seguiré supervisando y participando activamente en el proceso del presupuesto de Defensa para este ejercicio fiscal y los futuros", explicó Šakalienė.

La ya exministra confesó que hace apenas un mes "tenía la esperanza de que podríamos trabajar con la primera ministra, pero lamentablemente no podemos porque tenemos una comprensión diferente en principios sobre cómo fortalecer la defensa". Tampoco está de acuerdo con la decisión de la primera ministra de trasladar la responsabilidad de las relaciones con la industria de Defensa a los ministerios de Economía e Innovación y al de Finanzas.

Pérdida de confianza

La renuncia de Šakaliene a un cargo clave en un país de primera línea de la OTAN coincide con el anuncio de la primera ministra de que destituía a la ministra de Defensa tras haber perdido la confianza en ella, si bien el presidente lituano, Gitanas Nauseda, les pidió la víspera que solucionaran sus problemas.

Šakaliene fue quien filtró la información de que el gasto en Defensa de Lituania para el próximo año no alcanzaría el objetivo del 5% del PIB. Ruginiene calificó este movimiento como un "acto de sabotaje" y afirmó que la confianza en su ministra se había visto disminuida.

Los acontecimientos del miércoles dejan dos cargos ministeriales vacantes en el Gobierno socialdemócrata de Ruginiene, ya que el puesto de la cartera de Cultura aún no ha sido ocupado.

Ignotas Adomavičius, empresario del sector alimentario nombrado ministro de Cultura por el partido populista Amanecer del Nemunas, socio de coalición del Gobierno, dimitió a principios de octubre tras unas protestas masivas de trabajadores culturales.

Estos coreaban consignas que señalaban que un "fabricante de pasta" no estaba cualificado ni era apto para dirigir teatros, orquestas, cine, literatura y otros ámbitos de la cultura lituana.

Ruginiene, de 44 años, ex alta dirigente sindical y también socialdemócrata, se hizo cargo del Gobierno lituano tras un escándalo de su predecesor, el socialdemócrata Gintautas Paluckas, quien dimitió antes del verano tras salir a la luz sus negocios privados y un subsidio estatal cuando ya ejercía en funciones.