El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante una reunión del Consejo Europeo

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante una reunión del Consejo Europeo Unión Europeo

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La UE congelará a perpetuidad los fondos rusos que quiere enviar a Ucrania sorteando el veto de Hungría

El objetivo es aprobar la inmovilización permanente de los 210.000 millones de activos rusos en territorio comunitario antes de la decisiva cumbre del 18 de diciembre.

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Las claves

La UE planea congelar de forma permanente 210.000 millones en fondos soberanos rusos para evitar su devolución a Moscú y sortear el veto de Hungría.

El objetivo es usar estos fondos para ayudar económicamente a Ucrania, otorgando un 'préstamo de reparaciones' que solo se devolvería si Rusia compensa los daños de la guerra.

Bélgica, donde están la mayoría de los fondos, mantiene su veto por temor a represalias rusas y exige garantías de los demás Estados miembros para compartir los riesgos.

La Comisión Europea invoca el artículo 122 del Tratado para aprobar la medida por mayoría cualificada, evitando así la necesidad de unanimidad y superando el bloqueo de Hungría.

La Unión Europea acelera el paso para congelar a perpetuidad los 210.000 millones de fondos soberanos rusos congelados en territorio comunitario desde el estallido de la guerra en Ucrania, recurriendo a un mecanismo de emergencia para sortear el veto de la Hungría de Viktor Orbánsegún han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes diplomáticas.

El objetivo es aprobar la inmovilización permanente de los activos del Banco Central de Rusia incluso antes de la decisiva cumbre del 18 de diciembre. Un encuentro en el que los líderes europeos se han comprometido a aprobar un enorme paquete de ayuda financiera para mantener a flote a Ucrania en los dos próximos años y permitirle resistir a la agresión del Kremlin.

La congelación permanente de los fondos rusos sería el primer paso para poder después enviar el dinero al Gobierno de Volodímir Zelenski en forma de un 'préstamo de reparaciones', que Kiev solo tendría que devolver si Moscú le compensa por los destrozos de la guerra

El Gobierno de Orbán, el mayor aliado que tiene Vladímir Putin dentro de la UE y alineado también con las tesis de Donald Trump, se opone a que Europa mantenga su apoyo financiero y militar a Ucrania.

Por su parte, Bélgica ha vetado hasta ahora el 'préstamo de reparaciones' porque teme convertirse en el blanco predilecto de las represalias del Kremlin, ya que la mayor parte de los fondos rusos se encuentran en la empresa de servicios financieros Euroclear, con sede en Bruselas.

Inicialmente, la Comisión de Ursula von der Leyen había propuesto aprobar a la vez los dos pasos en la cumbre del 18 de diciembre: la inmovilización a perpetuidad de los activos rusos y el préstamo de reparaciones. Pero los Gobiernos de la UE han decidido desgajar las dos etapas para aislar a Hungría y aumentar así la presión sobre Bélgica.

La decisión de Bruselas de acelerar, que ha sido adelantada por el periódico Financial Times, se debe también a la pretensión del Gobierno norteamericano de apropiarse de los fondos rusos congelados en Europa.

En su plan de paz de 28 puntos, Trump plantea invertir estos activos en esfuerzos liderados por Washington para reconstruir Ucrania. EEUU recibiría el 50% de los beneficios de esta operación.

La UE acordó congelar los 210.000 millones de activos del Banco Central de Rusia en territorio comunitario el 28 de febrero de 2022, como parte del tercer paquete de sanciones contra el Kremlin por la guerra de Ucrania. 

Estas sanciones se renuevan cada seis meses y para mantenerlas se requiere el apoyo unánime de los 27 Estados miembros. Hungría ya ha amenazado varias veces con vetar la renovación, aunque nunca ha llegado a hacerlo. Sin embargo, la liberación de los activos rusos pondría en jaque de inmediato todo el andamiaje del préstamo para reparaciones.

Es por eso que el Ejecutivo comunitario ha propuesto un reglamento para prohibir indefinidamente cualquier transferencia a Moscú de los activos inmovilizados del Banco Central de Rusia. 

La base legal que invoca Bruselas es el artículo 122 del Tratado, una cláusula de emergencia que permite prestar asistencia financiera a los Estados miembros en situaciones excepcionales de dificultades económicas, y cuya activación solo requiere mayoría cualificada y no unanimidad, sorteando así el veto de Hungría.

"Es urgente impedir que los fondos sean transferidos a Rusia para limitar el daño a la economía de la Unión", sostiene la propuesta legislativa.

"En ausencia de una prohibición para transferir los activos y reservas del Banco Central de Rusia, estos recursos se utilizarán para respaldar el esfuerzo bélico de Rusia contra Ucrania y sus actividades híbridas en la UE, agravando así las dificultades económicas dentro de la Unión", dice el reglamento.

Esta es la normativa que los Gobiernos de la UE tienen previsto aprobar en los próximos días (todavía no hay ninguna fecha definida) sorteando el veto de Budapest. "Las negociaciones avanzan, pero no puedo entrar en detalles", explica a este periódico un segundo diplomático europeo.

En cuanto a Bélgica, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, asegura que su propuesta ya tiene en cuenta "la mayoría" de las preocupaciones planteadas por su primer ministro, Bart de Wever, que sin embargo mantiene todavía su veto.

De Wever, que se reunió el pasado viernes con Von der Leyen y con el canciller Friedrich Merz, reclama una garantía mancomunada del resto de Estados miembros para cubrir la totalidad de los fondos rusos congelados y repartir todos los riesgos asociados.

“Bélgica sigue siendo un país que quiere alcanzar una solución a nivel europeo, y una buena solución. No creo que esta sea la solución correcta. Si un gran número de países quiere este préstamo de reparaciones, dejé claro a la señora Von der Leyen y al señor Merz el viernes que había tres condiciones cruciales”, ha dicho De Wever este miércoles en el Parlamento belga.

"Si se logra garantizar estas tres condiciones antes del 18 de diciembre, es posible que demos nuestra aprobación. No está en el ADN de Bélgica actuar como Hungría en Europa. Pero sigo siendo escéptico", avisa el primer ministro belga, que también se opone a usar el artículo 122.

“Es el dinero de un país con el que no estamos en guerra (...) Sería como entrar en una embajada, sacar todos los muebles y venderlos”, ha afirmado De Wever.

Las negociaciones continúan y el presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa, ya ha avisado de que la cumbre de la semana que viene podría alargarse indefinidamente hasta que haya fumata blanca.

"Estoy seguro de que el 18 de diciembre tomaremos una decisión. Pero, como les he dicho a mis colegas, si es necesario, continuaremos el 19 o el 20 de diciembre, hasta que alcancemos una conclusión positiva", ha dicho Costa.