
Sor Geneviève junto a Laura Esquibel, la primera transexual que estrechó la mano del Papa, junto al féretro de Francisco. Reuters
Sor Geneviève, la monja amiga del Papa, visita el féretro de Francisco con una transexual para darle su último adiós
Se trata de Laura Esquibel, la primera transexual que estrechó la mano del Pontífice.
Más información: Sor Geneviève, la monja que se saltó el protocolo en San Pedro para llorar y rezar junto al féretro de su amigo Francisco
Sor Geneviève Jeanningros, la monja francesa amiga del Papa que le llevó a conocer a las comunidades marginadas de Roma, acudió este viernes por cuarta vez a la basílica de San Pedro y acompañada de una transexual paraguaya para despedirse definitivamente de Francisco.
La imagen de la monja de 81 años, de la orden de las Hermanitas de Jesús, dio la vuelta al mundo el pasado miércoles cuando decidió saltarse el protocolo en la capilla ardiente en San Pedro situándose junto al feretro de su amigo para rezar y llorarle en silencio.
Ese viernes, Geneviève volvió a visitar el féretro de Francisco junto a Laura Esquibel, la primera transexual que estrechó la mano del Papa.
"Lo vi siete veces y comimos juntos. Le cocinaba empanadas de vez en cuando y se las mandaba. Le quería mucho", declaró Esquibel a la salida a Vatican News.
"Sus ojos, su mirada, cuando me dijo adelante", eso es lo que más echará de menos Geneviève, tal y como confesó al mencionado medio, justo después de haberse despedido con un beso dirigido al féretro.
"Y también su ayuda. Tuvimos mucha ayuda. Pero tal vez más la ayuda moral, ya ves, vinimos tantas veces, su bienvenida no tenía límite. Y también mucha esperanza", añadió la monja.
La 'enfant terrible' llamaba el Papa Francisco a esta religiosa que se dedica desde hace 56 años a asistir a las mujeres transexuales y a los feriantes de Ostia, la costa de la región del Lacio.
Sor Geneviève empezó cada miércoles a llevar a las audiencias generales a grupos de homosexuales y transexuales, muchas de ellas que ejercen la prostitución en esta zona degradada a las afueras de Roma.

El Papa Francisco se reúne con sor Geneviève Jeanningros y la comunidad de artistas de circo en el Luna Park de Ostia (Italia) el 31 de julio de 2024. Reuters
En medio de la pandemia del coronavirus, junto con el párroco de la Santísima Virgen Inmaculada de la localidad de Torvaianica, don Andrea Conocchia, llamó a la puerta del cardenal limosnero Konrad Krajewski para que llevase ayuda a las personas que trabajan en las ferias y a la comunidad trans: unas 40 o 50 personas, muchas sudamericanas, que ya no podían trabajar.
Un miércoles acompañó a Claudia, a Marcella y a muchas otras transexuales para que conociesen al Papa. "Incluso una fue asesinada poco después. Se habían tomado una foto con el Papa, se la llevé y él rezó por ella", contaba a los medios vaticanos.
Y la monja consiguió incluso el 31 de julio de 2024, que un Papa visitará el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes.