
Un prisionero de guerra ucraniano se reencuentra con su madre tras su liberación. Reuters
La UE se niega a reconocer Crimea como rusa y a levantar sanciones a Moscú como pretenden Putin y Trump
Los europeos aseguran que su prioridad es reforzar al Gobierno de Volodímir Zelenski, en contraste con los ataques del presidente de Estados Unidos.
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El plan de paz para Ucrania promovido por Donald Trump ha profundizado el cisma entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre cómo poner fin a la guerra de agresión iniciada por Rusia. Los europeos consideran que la iniciativa del presidente norteamericano, que se ha cocinado a espaldas del Gobierno de Volodímir Zelenski y de Bruselas, sobrepasa todas las líneas rojas y supone en la práctica una capitulación de Kiev y una victoria para Vladímir Putin, que consigue buena parte de sus objetivos.
De acuerdo con este plan de paz, Estados Unidos reconocería la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Moscú en 2014, como territorio ruso. Trump también aceptaría de facto la ocupación rusa de parte de las provincias ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, siguiendo la actual línea del frente. Además, Ucrania tendrá vetada la entrada a la OTAN, mientras que las sanciones económicas impuestas a Rusia se levantarían progresivamente, para lo que se necesita el concurso de la Unión Europea.
Zelenski ya ha rechazado dos de las exigencias de Washington: la prohibición de acceder a la Alianza Atlántica y el reconocimiento de Crimea como territorio ruso. "No hay nada que hablar. Eso viola nuestra Constitución. Es nuestro territorio, el territorio del pueblo de Ucrania", alega. Una negativa que ha enfurecido a Trump, que ha acudido a su red Truth Social para arremeter de nuevo contra el presidente ucraniano, lo que contrasta con el buen trato que siempre dispensa a Putin.
"Esta declaración es muy perjudicial para las negociaciones de paz con Rusia, ya que Crimea se perdió hace años bajo los auspicios del presidente Barack Hussein Obama, y ni siquiera es un punto de discusión. Nadie le pide a Zelenski que reconozca Crimea como territorio ruso, pero, si la quiere, ¿por qué no lucharon por ella hace once años cuando fue entregada a Rusia sin disparar un tiro?", ha escrito Trump.
"La declaración que hizo Zelenski no hará más que prolongar el 'campo de matanzas', ¡y nadie quiere eso! Estamos muy cerca de llegar a un acuerdo, pero el hombre que 'no tiene buenas cartas' debería ahora, finalmente, CERRARLO. ¡Espero poder ayudar a Ucrania y a Rusia a salir de este completo y total DESASTRE que nunca habría comenzado si yo fuera presidente!", ha sostenido el magnate inmobiliario. En unas declaraciones en la Casa Blanca añadió que hasta ahora "ha sido más difícil" tratar con Zelenski que con Putin.
La Comisión de Ursula von der Leyen se ha esforzado este miércoles de distanciarse al máximo del plan de paz de Trump, eso sí, sin citarle nunca para evitar un choque directo. "Para la UE, sostener la independencia de Ucrania, su soberanía y su integridad territorial es crucial. Por lo que se refiere a Crimea, nuestra posición es muy clara: Crimea es Ucrania", ha resaltado un portavoz.
"Celebramos todos los esfuerzos que respeten la Carta de la ONU para traer la paz a Ucrania y nuestros esfuerzos diplomáticos continúan a todos los niveles. Nuestra posición sobre las negociaciones de paz está muy clara: corresponde a Ucrania fijar las condiciones para una paz justa y duradera. Y no puede decidirse nada sobre Ucrania sin Ucrania y sin la UE", ha insistido el portavoz.
La prioridad para Bruselas ahora es "garantizar que Ucrania esté en una posición de fuerza" para que no se vea obligada a aceptar un mal trato. En este sentido, los Estados miembros ya han comprometido 23.000 millones de euros de ayuda militar para este año y han alcanzado dos tercios del objetivo de suministrar a Kiev 2 millones de proyectiles. "Cuanto más fuerte sea Ucrania en el campo de batalla, más fuerte será en la mesa de negociación", sostiene el portavoz.
En cuanto al levantamiento de las sanciones contra Moscú, la UE no está en ese escenario sino que ha iniciado el movimiento contrario: preparar el decimoséptimo paquete de medidas restrictivas para privar al Kremlin de cualquier recurso que le permita alimentar su maquinaria de guerra.
"El fin de la guerra de agresión injustificada y no provocada de Rusia contra Ucrania y la retirada incondicional de todas las fuerzas militares rusas de todo el territorio de Ucrania serían las principales precondiciones para aliviar o levantar las sanciones contra Rusia", ha explicado el portavoz.
"No hemos visto ningún signo de buena voluntad por parte de Rusia en este sentido: el alto el fuego se ha traducido en más ataques contra el territorio ucraniano. Las sanciones se han impuesto porque Rusia inició una guerra de agresión en Ucrania. Rusia tiene que poner fin a su guerra de agresión, retirar sus fuerzas y retornar a Ucrania su territorio", insiste la Comisión Von der Leyen.
El problema al que se enfrenta ahora mismo la UE es la presencia de un caballo de Troya en su interior. La Hungría de Viktor Orbán amenaza con vetar la renovación de las sanciones contra Moscú, que debe aprobarse cada seis meses y requiere el apoyo unánime de los 27 Estados miembros. El resto de países trabajan ya en alternativas para seguir adelante sin Budapest, aunque todavía no han encontrado una solución definitiva. "Cruzaremos ese puente cuando llegue", ha señalado el portavoz.
El Gobierno de Trump ya ha amenazado con desentenderse de la guerra de Ucrania si Zelenski no acepta su plan de paz, lo que en la práctica significaría el fin del apoyo militar de EEUU a Kiev. La gran incógnita que todavía está lejos de resolverse es si la UE sería capaz de suplir el vacío que deje Trump y seguir sosteniendo a Ucrania frente a Rusia.